"Tardé una hora en conocerte y solo un día en enamorarme. Pero me llevará toda una vida lograr olvidarte. Y no quiero intentarlo." —Louis a ____.
Le dolía, le dolía la humillación, pero más le dolía la cara de ella, la pena en su rostro era palpable, odiaba que la gente sintiera pena por él.
No había querido tomar el autobús, por miedo a que se burlaran de él y porque, además también quería estar solo y su casa quedaba a pocas calles de la escuela.
Caminando solo se encontraba, a pesar de que siempre encontró que el camino era muy alegre y bonito, ahora lo veía feo y tristón. Como que las cosas cambian según como uno se sienta.
No recordaba muy bien el camino y tampoco hacía esfuerzos por recordarlo, ¿Para qué llegar? Se decía, estaba su madre y le haría un cuestionario de cómo le había ido y, sinceramente no tenía ganas de hablar de eso.
Pasó por afuera de una tienda de discos, amaba la música, se detuvo, decidió ir a comprar un disco para pasar el rato, siempre compraba discos tristes cuando estaba triste, una rara manía.
Por lo general, la gente cuando estaba triste intentaba sentirse mejor, él no. Todo lo contrario, recordaba qué lo tenía así y de echaba la culpa encima.
Si le hubiera preguntado primero si tenía novio... ¡Mierda! Era un inútil.
Y lo peor de todo, John Mayer era su novio, un rubio cortado a la perfección, más una cara angelical y además unos ojos azules (no tan azules como los de ____) hacían la perfección para las mujeres, Louis no podía competir contra él, con su pelo castaño y sus ojos azules cubridos por unos feos anteojos grandes, no podía competir.
Acercándose a su casa vio a su madre en el jardín, no quería hablar con ella, quería pasar desapercibido, quizá entrar por su ventana o por la puerta de la cocina, pero su madre ya estaba en frente de él, no había por dónde escapar.
La vio levantarse para ir a abrazarlo como todos los días.
—¡Louis! ¿Cómo te fue con la chica? —preguntó levantando las cejas, amaba a su madre, pero justo ahora no quería hablar de eso.
—Hola má... No quiero hablar sobre eso, ¿bien?
—Oh cariño, ¿qué pasó? —su madre lo estrechó entre sus brazos y le dio un beso en la frente.
—No se las pude entregar ¿bien? —fue brusco al responder. —Tiene novio.
Y no dijo nada más, su madre tampoco, él solo fue a su habitación.
Al entrar cerró la puerta, no fuertemente, no se quería desquitar con sus cosas, comenzó a recorrer la habitación con la mirada.
Vio sus posters, las mismas bandas que ____ amaba, vio sus medallas, la mayoría eran porque quería llamar la atención de ella y se había metido a muchos talleres para esperar que lo premiaran en alguno y que ella lo viera, ella...
Vio las fotos de su velador, en una salía con sus primos, en otra vestido de marinero, en una con sus padres y en la última, con una pequeña niña, de ojos azules, menuda, pero muy hermosa, ____... Desde pequeño había captado la atención de Louis y, de hecho, no fueron nunca mejores amigos, pero sí amigos, una vez les había tocado bailar juntos y la profesora los eligió como los mejores, por lo que bailaron juntos. La observó bien... Dios, era tan hermosa...
El timbre lo despertó de sus pensamientos.
—¡Louis ve tú! ¡Viene un bebé Lirio! —gritó desde el jardín trasero, avisando que estaba plantando nuevos Lirios.
—¡Voy! —se levantó de la cama y recién ahí pudo ver que tenía los ojos rojos, rastro de haber llorado, no le importó.
De seguro es Ryan, pensó, tal vez quiero que practiquemos basketball.
Fue a abrir, no miró quien era, tan sólo dijo:
—Ryan, no tengo ganas de salir, no me siento bien.
—No soy Ryan —dijo una dulce voz, que conocía perfectamente. Vestida de rosa, sosteniendo unos unos globos de su estilo, estaba ella.
____.