Cap. 1

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Era una mañana como todas las anteriores, sin nada nuevo, ya estaba saliendo el sol y este pegaba en la ventana de cierto rubio que se empezó a despertar por culpa de la luz.

Este vivían en uno de sus barcos que estaba en medio del mar, el seguía el ejemplo de su padre, uno de los mejores piratas que se encontraban en París.

Adrien viajaba con toda su tripulación, en busca de tesoros y hacer descubrimientos inolvidables.

A el desde corta edad le había gustado mucho el mar y sus océanos, su padre era uno de los mejores navegantes de su época y eso a el le encantaba ya que siempre ha vivido rodeado de aventuras y más, pero lo que a él  le había encantado es la historia de ese y todos los misterios que este contiene; pero había algo dentro de él que le decía que no sólo estaban aventuras y tesoros sino que también se encontraban misterios y lugares realmente hermosos dentro de este.

El camarote donde dormía era grande, muy espacioso, se miraba si entrabas el montón de cosas encontradas por así decirlas, todo a la perfección. Se podía ver en una gran cama a una persona acostado durmiendo pasivamente sin camisa y en boxer, con una sabana que dejaba descubierto un torax bien marcado y escultural por así decirlo, su cabello cual sol, despeinado que  le daba un toque único y atractivo.

Se había escuchado un toque en la habitación indicando que alguien tocó la puerta del camarote de Adrian y este empezó a despertar para ir a abrir, cuando llegó y atendió se dio cuenta que era su mejor amigo y socio de embargación, ellos desde muy corta edad les gustaba andar navegando y investigar cada cosa que se les presentaba pero debido a su corta edad no se podían cumplir sus deseos pero sin mas que decir les quedaba recibir consejo y práctica de sus mayores, expertos en la navegación y sus adentros, circunstancias, problemas, desarrollo, entre todas las cosas que se hacian, pero el ya no tenía  15 años, sino que era un hombre adulto, maduro, responsable y sobre todo con los pies en el suelo, dándose cuenta que el ya no estaba jugando y que las cosas que hacía eran verdaderas y con total pasión a lo que hacía.

Muchas personas le habían dicho que lo que el pensaba que era un deseo a tal cosa, era simplemente un juego y que cuando creciera se daría cuenta de eso.

De un momento a otro sintió que le golpearon levemente el rostro este sin mas despertó a la realidad, sacándolo de sus pensamientos de un solo salto:

A: hey que te pasa, bienes todavía a levantarme y me golpeas- dijo molesto, sobandose donde le golpeó.

N: hay Dios no te estés quejando hombre, que simplemente fue un golpecito suave- dijo burlandose de su amigo, compañero y socio por el puchero que estaba haciendo.

A: ok, ok pero por que me golpeaste- dijo este desconsertado por la reación de su amigo.

N: es que te estaba hablando y tu ni me prestabas atención, que era lo que estaba pensando, ah Agreste?- dijo curioso.

A: Ah, nada simplemente acordándome de los tiempos de antes, cuando apenas éramos unos chicos de 15 años y queríamos andar de navegantes apoderandonos de lo que encontráramos- dijo ya calmado.

N: Ah ok, oye bañate y vístete que parece que encontramos algo y de paso comes algo, y de paso te maquillas donde te golpee, que tienes un morado- dijo burlandose.

A: interesante por fin encontramos algo, ya quiero saber que y que gracioso y después dices que yo soy el que no aguanta bromas, en un momento salgo, para que les digas- dijo un poco confundido por lo de su amigo.

Después de esa charla tempranera el rubio, se fue en busca de darse una buena ducha para que lo despertará, ya que andaba un poco con sueno, pasaron los minutos y este ta había salido con una toalla en su cintura bien sexi por así decirlo, el era un joven que era sencillo no era extrabagante como los otros, el buscaba ser el más orgullo de su padre, aunque el ya sabia que era su mas grande éxito con su hermana (Choe) y su madre (Amelia).

En unos minutos ya llevaba una ropa como todo un marinero, pero no como aquellos cuentos del capitán garfio, su madre le contaba casi diario a el y a su hermana esa historia y le pareció bastante informal el traje que se miraba en el libro del cuento.

Flasblasck

Cuando Adrian era un niño de apenas 8 años, el y su hermana melliza no podían dormir así que su madre le contaba un cuento de peter pan y se emocionaba ya que tenía casi lo que a él le gustaría ser solo que sin las desgracias que al pobre capitán le pasaban.
Su madre en ese momento lo vio bien pensativa así que desidio hablar con el:

Amelia: Hijo cariño te encuentras bien?- pregunto preocupada por la actitud de su pequeño.

A: ah, si, si mami- dijo un poco desorientado.

Amelia: No te creo, andas bien pensativo, que ocurre?- dijo dudosa.

A: No, no es nada- le mintió ya que le daba pena contarle sobre que el quería ser el mejor capitán de todos, así como su amado padre.

Amelia: Mi cielo, sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa, eso incluso decirme sobre tus asuntos?- dijo cariñosa, eso le dio confianza al pequeño rubio de contarle sus asuntos y desde ese momento le empezó a apoyar para que su gatito (así le llamaba ella a el, primero sus fáciles de curioso, jugueton y travieso).

Fin del flasblack

☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆

Nota: Los padres de Adrian siguen siendo los mismos, la madre esta viva, solo que le puse Amelia, por que no se su nombre, su hermana melliza el Cloe, la puse por algunos rumores que ellos son hermanos.
Posdata: Cloe es buena y Gabriel el padre de ellos no es tan amargado jajajajaja.

Espero les guste :)

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El pirata y la sirena (Adrinneth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora