Capitulo nueve

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Mi corazón iba a mil por hora casi saliéndose de mi pecho por el nerviosismo, asentí para hacerle saber que había escuchado su advertencia.

Cuidado.

¿Por qué iba necesitar tener cuidado?

Algo en la manera en la que miraba Noel a Rae, (tan molesto y avergonzado), me hizo sospechar que, sin que nadie se diera cuenta, algo más ocurrió entre ellos en esos pocos segundos que se enfrentaron.

No estaba muy seguro de querer saber que ocurrió, Noel era una persona tranquila en realidad, muy protector con la manada, no solía dejarse llevar por sus sentimientos siendo una persona más objetiva.

¿Qué pudo haberle hecho Rae para que lo viera con abierta hostilidad ahora?

Camine al centro con paso decidido, pero con dudas en inundando mi mente, su loba color negro me esperaba impasible, cerré los ojos, y sin mucha ceremonia me transforme.

Cuando volví a abrirlos mi manada me miraba con respeto y admiración. Mi lobo era un poco más pequeño que el de ella, pero no por mucho, aunque con su postura y aura que desprendía se veía más grande de lo que en realidad era.

Recordé las sensaciones que me embargaron cuando hice esto mismo ejercicio pero en mi forma humana, y me estremecí mentalmente.

Cuando nuestras miradas colisionaron esta vez fue diferente, porque en lugar de dolor, vacío y sufrimiento su dulce voz junto con su risa llegó a mi cabeza.

No sentí miedo, ni dolor, solo la vi, o más bien la sentí. Como una mota de luz brillante que se aferraba a existir entre un montón de oscuridad.

Mi cuerpo se relajó, mientras que el de ella se tensaba, ladeo su cabeza, ese gesto tan característico que me basto un par de reuniones aprendérmelo de memoria. Lo solía hacer cuando algo la sorprendía, algo fuera de su conocimiento y que no alcanzaba a entender del todo.

Ese descubrimiento creo una seguridad inmensa que me lleno entero, hizo que mi postura se alzará, fuerte, imponente, la postura de un Alpha.

Creí ver como los ojos de ella me acribillaban, me llenaban de dudas y preguntas. Como la vez anterior, pude ver una galaxia a través de ellos.

Esta vez mientras más tiempo pasábamos mirándonos entre nosotros, más la tristeza pintaba su expresión. Fue mi turno de ladear la cabeza analizándola, intentando comprenderla, comprender las emociones contradictorias que la rodeaban.

Rae Mckensei era un misterio que, por alguna razón cada vez me sentía más empujado a resolver. Quería acercarme a ella, saber mas acerca de su vida, de su manada, de lo que había tenido que vivir para que todo ese dolor la envolviera siempre.

Porque siendo sincero eso es lo que más deseaba en aquel momento.

Estar con ella.

No entendía nada, esta necesidad que era como una corriente eléctrica que me impulsaba desde la punta de mis dedos hasta las hebras de mi cabello.

Di un paso en su dirección haciendo caso a mi instinto y dispuesto a llegar al fondo de este misterio, pero ella retrocedió, poniendo distancia entre nosotros. Cada vez que me acercaba ella se alejaba. Su expresión tranquila y en calma se quebró y algo parecido al miedo pinto sus ojos.

Esta vez no aguante y un gruñido de disgusto salió de mi hocico porque Rae se estaba alejando de mí.

De nosotros.

Me hablo Mack en la cabeza.

Y de nuevo.

Antes de que pudiera evitarlo, Rae salió corriendo en dirección al bosque, volviendo a desaparecer entre los árboles, su pelaje se mezcló con la oscuridad que la engullía, ocultándola ante las miradas de sorpresa e incomprensión de su manada y la mía.

Un Alpha de Oro Para Una Alpha de PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora