Capítulo VIII

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Rocinante se despertaba después de haber tenido una larga sesión de sueños incomodos.
Volteo a ver el reloj que se hallaba sobre la mesita de noche que tenía a su izquierda:
Eran las nueve y media de la mañana. Era más tarde de lo que se había propuesto dormir.
Seguramente ya habrían bajado el Red Line, así que tomo su den den mushi para asegurarse.

-Hola, sí, quisiera saber si ya estamos cerca de bajar el Red Line...-pregunto el rubio con voz apagada.

-Saint Rocinante, señor, su descenso está casi por terminar, solo faltan unos 10 minutos. Su barco está completamente listo para zarpar.

-¿En serio? Bueno, muchas gracias.

Y rápidamente se quitó de encima las sabanas, salió de la cama y se dirigió al baño.
En aquella cabina solo había un cuarto de baño, así que cuando llego frente a la puerta y la encontró cerrada se dio cuenta de que Law estaba ocupándolo.

-¿Ya despertaste?-pregunto la voz de Law-. Salgo en unos minutos...

Y en una cuestión de segundos el joven moreno salió de dicha estancia; tenía una toalla envuelta alrededor de su cintura y con otra toalla más pequeña se encontraba secándose el cabello. Rocinante no pudo evitar mirar con cierta avidez el cuerpo semi desnudo de Law.
En un instante sus ojos naranjas recorrieron el torso del muchacho con la mayor discreción posible.
A la brevedad reacciono y se obligó a no seguir pensando en eso. Finalmente se dispuso a entrar al baño. Rocinante había dejado sin querer la puerta entreabierta.

-Te preparé algo de comer, está sobre la mesa...-dijo Law mientras se dirigía a su habitación para ponerse ropa. La casa estaba organizada de tal manera que las habitaciones quedaban frente a frente, la sala de estar estaba en medio de estas dos, la cocina se anexaba a la sala de estar discretamente y el cuarto de baño estaba al lado de la habitación de Law.

-Creí haberlo dicho ayer, te dije que podría encargarme de eso-le recordó el rubio mientras se quitaba la ropa.

-Por favor, deja de actuar así, es lo menos que puedo hacer-terció Law, alzando la voz, mientras se quitaba la toalla de sus caderas y se colocaba una bata amarilla que había encontrado en el pequeño armario que había en su habitación-¿O acaso vas a desperdiciar la comida?

-Te lo agradezco, pero repito, déjame hacerme cargo de mis cosas. Hoy comeré, pero de aquí en adelante...-y Rocinante se sorprendió al ver que Law lo miraba críticamente desde el umbral de la puerta. El rubio estaba solo en ropa interior ahora, por lo que su rostro se sonrojo bastante.

-Rocinante, por favor, ¿quieres dejar de actuar así? Ya sé que es no es el mejor pago que puedo dar pero...

-¿Pago? ¿Pago de qué? ¿Crees que me tienes que pagar algo?-soltó de pronto muy molesto el joven noble. Se irguió cuan alto era y se colocó una toalla alrededor de la cintura, a pesar de que aún tenía ropa interior puesta.

-Pues parece que así tiene que ser-respondió Law ácidamente.

-¿A qué te refieres?

-Estás actuando como un niño frustrado...Solo porque las cosas entre nosotros no pueden llegar más allá, estás molesto porque las cosas no pueden ser perfectas, porque simplemente no puedo corresponderte como tú quisieras...Te fastidia que no pueda agradecer toda esta ayuda con algo más que simples tareas... Eso es lo que pienso-declaro Law amargamente mientras apretaba los puños en una señal de frustración-. Te respeto y te agradezco todo lo que has hecho por mí, como no tienes idea, pero Rocinante... Mira las cosas objetivamente: Tú y yo prácticamente no nos conocemos lo suficiente para ser algo más que amantes de una ocasión y ya. Yo sé que quieres más pero... No puedo, no ahora...

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