DESCUBRIÉNDONOS

EPILOGO

ALICIA

El verano acabo. Aunque este particularmente es uno que nunca voy a olvidar. Pase por lo que pase, me dejo tantas enseñanzas que no creo pueda alguna vez perderlo todo. A menos que un camión me pase por encima y me borre los recuerdos, cosa que no quiero que pase, así que mejor, toco madera.

Lo primero que aprendí este verano es que nunca debemos juzgar a las personas por como pensamos que son. Ellos no son solo lo que vemos por fuera. Tienen pensamientos y sentimientos igual que nosotros y nunca sabremos a ciencia cierta que está pasando por sus cabezas. Creo que esa enseñanza la comparto con Humberto.

Lo segundo que aprendí es que el dolor por la perdida es diferente a cada uno, y que como para algunos de nosotros puede ser mas fácil para otros puede ser extremadamente difícil de superar. Lo importante es no dejarnos llevar por el dolor, y valorar lo que nos queda en la vida. Mi padre y nosotros aprendimos eso por igual. Las cosas con mi padre cambiaron notablemente. Ya no trabaja los fines de semana, y aunque eso no quiere decir que pase todo el tiempo en casa, reparte el tiempo en su trabajo, sus hijos y el ocio. Quien sabe si algún día estará listo para buscar otra mujer, espero que por lo menos se pueda abrir a la posibilidad. El almuerzo de los domingos es sagrado, y Facundo siempre viene, bueno, siempre que puede y una mujer no se le atraviesa en el camino, pero papá y yo siempre almorzamos, a veces viene Humberto también y tratamos de hacer planes.

Otra cosa que también aprendí es que nuestros padres siempre nos amaran pase lo que pase. Lo entendí con papá y lo comprobé con los padres de Humberto. Ahora ellos ya no pelean tanto, y finalmente comprendieron que lo importante es la felicidad de él. Su padre siempre fue atento conmigo y aunque su madre estaba un poco reacia a lo nuestro, quizás por el lazo que tenia con su ex, he aprendido a ganármela simplemente siendo yo, y créanme, eso funciona.

Aprendí que los cambios a veces son realmente positivos y que ellos te ayudan a salir de tu burbuja. Yo me encerraba en el mundo de Alicia, lleno de castillos, príncipes y princesas. Ahora creo un poco que era nocivo para mi. Pero en este tiempo descubrí que hay mucho mas allá afuera, que tenia que salir a explorarlo y que era estupendamente buena.

Para los que se preguntan que paso con el concurso. No, no ganamos, pero nos dieron una mención honorifica, y eso ya era maravillosamente bueno para ser novatos en los concursos y en el genero. No me cabe la menor duda que lo que elegí para mi vida es lo que amo y quiero hacer para el resto de ella.

Junto con Humberto también nos abrimos a las posibilidades. Cada vez que podemos nos aventuramos a cosas diferentes, cosas fuera de nuestra zona de confort. También nos pusimos a la tarea de conocer gente y aunque no podemos decir que tenemos muchos amigos por lo menos nos arriesgamos a abrirnos a los demás.

Humberto consiguió trabajo en el café. Ya que Mabel lo ama tanto. Y le permite alternar entre la universidad y el trabajo, en el horario que más le sirva. Entro a primer año de Literatura y literalmente me usa para que le ayude con los trabajos y proyectos, ya que yo pase por lo mismo el año pasado. Por mi parte es mi segundo año y le pongo el mejor esfuerzo, quiero ser la mejor y sé que puedo serlo.

¿Saben? Cuando empezó el verano no me imagine cambiar tanto en apenas 3 meses. Al principio conocía a Humberto y me enamore, o eso creí. Un amor totalmente platónico. Un amor por las letras, por sus palabras, por su forma de escribir. Ahora que lo conozco sé que Humberto es mucho más que sus poemas. Humberto es una persona igual que yo, con sus inseguridades, sus miedos, sus problemas. Pero simplemente es perfecto para mí como es. Con su forma de hacerme reír, con su sonrisa, su mirada dulce, sus chistes malos, la forma de tocarme, sus libros favoritos, la música rara que escucha, su afición desconocida por el fútbol, sus amores literarios, sus caras raras al hablar, sus planes sorpresa y su apego al café y a la torta de fresa.