Akari despertó en un blanco cuarto de hospital. La brisa que entraba por las ventanas erizaba su piel. Su cabeza le pulsaba y sentía el cuerpo pesado.
Lo último que recordaba era el silbato marcando su punto set contra el Kitawa Daiichi. Estaban en las nacionales ¿habían ganado el partido?
—Que bueno que despiertas—. Le dijo una voz desde la puerta.
Un hombre de bata blanca, el doctor, se acercó a ella y le puso una mano en la frente, checando su temperatura. Estaba tan aturdida que no sabía que decir, sentía una enorme inquietud en su pecho, no sabía nada de su estado actual.
—Dormiste una hora completa. ¿Cómo te sientes?
—M-Me duele la cabeza y siento el cuerpo pesado. Y-Yo no recuerdo mucho...¿Qué me pasó? ¿Dónde están mis padres?
El doctor anotó algo en una hoja y después pasó a seguir checándola.—Tuviste un accidente. Brincaste y al momento de caer tu pie izquierdo no pisó bien el suelo y te lo torciste completamente, decidiste arriesgarte mucho en aquella última jugada, corriste, te tiraste y terminaste por romper el hueso.
¿Eso que significaba?
Recordó el momento, el oírlo de otra persona si sonaba imprudente y hacía sentirla apenada, pero cuando estaba ahí justo en ese momento, se sentía toda la adrenalina correr por sus venas.La puerta se volvió a abrir y sus padres entraron por ella.
—¡Akari! ¡Dios mío! ¡¿Cómo te sientes?!— Gritó su madre.—A-Ahora estoy bien, supongo.
—¡Nos tenías realmente preocupados! ¡No sabíamos cómo te encontrabas!
Akari se llevó una mano a la cabeza, sobando suavemente su nuca, se sintió culpable por hacerlos sentir así.—Lo siento por eso.
—Escucha, Akari—. La llamó el doctor.—Hay algo que debes saber sobre tu condición.— Akari asintió. Estaba, sinceramente, preocupada por lo que le diría. No sabía que tanto podría afectarla. Su corazón comenzó a palpitar fuertemente.—Tu tobillo está roto. Los músculos y tendones están bastante sensibles, por el momento ya hemos estabilizado el dolor y tu pie está vendado. Tardarán unos meses en sanar. En cuanto al voleibol... Creo que sabes a lo que me refiero.
Estaba totalmente consciente de lo que el doctor quería decir y le dolía bastante. Odiaba la idea de abandonar lo que amaba por mucho tiempo, pero era necesario si en algún momento querría volver a jugar. Sus padre la miraban, incluso ellos mismos sabían lo duro que sería para ella.
Algo dentro de ella se rompió. Sentía una impotencia enorme en esos momentos.
—Lo siento mucho Akari.— Animó su padre.— Pero si el doctor lo dice, así debe de ser.
——
Tres meses después.
Aquí estaba finalmente, la preparatoria Karasuno. ¿Cómo pudo cambiar todo tan de repente? Ella había metido su solicitud a la tan anhelada preparatoria Fukurodani, donde sus amigos la esperaban tanto, sin embargo, terminó mudándose.
Miyagi. Después de tres maravillosos años en Tokio, tendría que iniciar de nuevo. No conocía a nadie y al parecer ninguna de sus ex compañeras de secundaria habían ingresado aquí.
Entró al instituto, era enorme, muchas personas andaban de aquí para allá, desde los de nuevo ingreso—como ella— hasta los de tercer grado.
Risas y reencuentros. Aquello hizo añorar aquel incompleto sueño de entrar al Fukurodani con sus compañeras de secundaria, se preguntaba si Yoshida se sentiría de la misma forma que ella, ya que también se había mudado nada más graduarse de la secundaria.
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El Regreso de una Prodigio [Haikyuu!!]
Fanfiction~Basado en el anime y manga Haikyuu!! © Todos los personajes son obra de Haruichi Furudate, a excepción de la protagonista y algunos personajes extras.