El Regreso de una Prodigio [Haikyuu!!]

Capítulo 17

El olor a Air Salonpas inundó sus fosas nasales.
El ambiente creado en el gimnasio era increíble, la atmósfera competitiva era realmente fuerte. Hacía mucho que no sentía lo que era pisar una cancha antes de iniciar un torneo, los chirridos que las zapatillas provocaban al caer en el suelo, los gritos y pedidos de las chicas en el juego, la cancha, el balón... La sensación de pertenecer a un equipo. Incluso los puntos perdidos, las caídas  y lágrimas al saber que se ha acabado, todo aquello era entrañable para ella.

Eran el primer juego, estaba claro, a pesar de que hubiera deseado ver el partido de los chicos primero. El equipo contrario— las chicas del Shiratori— ya calentaban, su presencia era imponente, eran unas chicas altas, esbeltas y con un aura prepotente.

Akari ajustó sus rodilleras, asegurándose de que éstas estuvieran correctamente puestas para poder protegerla, checó su tobillo, que se mantenía cubierto por una venda escondida dentro de su zapatilla, lo movió, saltó y comprobó que estuviera en condiciones para el juego.

Finalmente, cuando el calentamiento del equipo contrario finalizó, las chicas del Karasuno se alinearon para dar inicio al suyo. Yoshida en su posición, como setter oficial del equipo, comenzó a levantar el balón para las rematadoras.

—¿Soy yo o las del Shiratori nos miran mucho?— Cuestionó Nozomi, quien estaba detrás de ella.
Akari miró al lado contrario, y efectivamente, las miraban mucho.— Quizás tratan de averiguar algo de nosotras, las de primero.

—Quizás...— Avanzó, apunto de golpear el pase de su amiga. Yoshida la conocía bien, habían estado juntas desde secundaria, así que ella sabía cuál pase era el mejor para ella.

Alto, rápido y bien posicionado. Así era el balón en ese momento. Saltó, elevó su rápida zurda y lo golpeó con fuerza. Izumi no fue capaz de recibirlo, lo que ocasionó que la pelota fuera justo a los pies de una de las oponentes.

—¡Buen remate, Akari!— Apremiaron las chicas.—¡Dales una buena!

La chica se sonrojó un poco, ellas siempre aplaudían la forma en que jugaba con grandes ánimos.
Akari se movió, permitiendo que el calentamiento continuara y caminó hacia donde el balón yacía. A medida que más se acercaba, más sentía las miradas clavarse en ella, se agachó, intentando ser lo más discreta posible para no interrumpir al Shiratori, pero una chica tomó el balón antes de que ella se diera cuenta.

—¿Es suyo, cierto?— El #5 se leía en su uniforme.— Aquí tienes.

Akari tomó el balón, asintiendo levemente a aquella número 5.— Gracias.

Empezó a retirarse, al fin de cuentas, solo iba por el balón, sin embargo, una mano la tomó del hombro, evitándole regresar con su equipo.—Espera.— Dijo la misma chica, alzando una ceja y mirándola con indiferencia.

—¿Eh? Lo siento yo...

—Fue un buen remate.—Musitó— Pero, por favor no llores cuando vean la diferencia en el marcador, ¿de acuerdo? Por lo visto, eres de primer año. No se desanimen mucho, aún les quedan dos años.

Akari alzó una ceja—¿Insinuas que perderemos?— Le recriminó, fuera quien fuera, no tenía el mínimo derecho de asegurar que aquí se acabaría para ellas.

—Ustedes nunca han sido buenas— Volvió a sentenciar.— El año pasado las hicimos pedazos, no debería sorprenderte.

El rostro de Akari se contrajo en una expresión de odio.—¿Quién demonios te crees para decirme eso?

—Solo alguien que habla de lo que ve.

—¡No has visto absolutamente nada!

La chica sonrío con desdén.— El que tu seas buena, no significa que tu equipo lo sea. Es la segunda vez consecutiva en la que jugamos contra ustedes y puedo decir con toda seguridad que so-