whatever⇜vhope [HIATUS]

28

Hoseok se arrepintió de inmediato, pero no había marcha atrás, lo hecho estaba hecho y ahora sólo tendría que aguantar el hecho de no volver a hablar con el chico del que llevaba mucho tiempo enamorado. 
Hoseok suspiró, no podía concentrarse en clases, le daba demasiadas vueltas al asunto, ¿y qué tal si sólo hablaba con Taehyung fuera de la escuela?, ¿qué si sólo lo miraba cuando estuviera sólo?, ¿podría aguantar el hecho de que su cabeza siempre estuviese diciéndoles que Taehyung muy dentro de él en realidad sólo le tenía lástima?, ¿qué si Jungkook tenía razón?

Taehyung se extrañó demasiado, sólo había hablado con Hoseok una vez - una vez por varias horas - y había llegado a la conclusión de que era amable y muy lindo, ¿entonces por qué lo ignoraba de esa forma?, ¿en realidad estaría tan molesto como para resistirse a su hermosa sonrisa? Porque Taehyung creía que su propia sonrisa podría hasta derretirlo a él.
Taehyung fue donde sus amigos, aún llevaba el ceño fruncido, mirando en dirección a Hoseok, tampoco se concentraba y sólo tenía en mente el descubrir el por qué del cambio de actitud del chico que le gustaba. 

Hoseok salió hacía la biblioteca en cuanto terminó la clase, no quería tener que encontrarse con Taehyung y tener que dirigirle la palabra, aún no había decidido qué hacer y verlo o hablar con él supondría una dificultad en su elección. 
Hoseok se sentó lo más alejado posible de la entrada - hasta el fondo, para ser exactos -, había tomado un libro de la estantería y lo estaba hojeando, se estaba metiendo tanto en la lectura que no se había percatado de que tenía a alguien en frente, justo la persona que menos quería ver en ese momento.

Taehyung logró zafarse de sus molestos amigos, molestos porque habían comenzado a decir cosas como "¿por qué le hablaste al adefecio?, que asco TaeTae, ¿acaso quieres que se te pegue lo pobre?, ¿cómo le hablas a alguien tan feo?"
Taehyung pensó en un lugar en donde Hoseok podría estar, pensó tan bien en él que pronto se encontró caminando en dirección a la biblioteca, dejaba que sus pies y su instinto le guiaran, donde lo encontró y pudo sentarse frente a él, sin decir una sola palabra, simplemente limitándose a observarlo.