ChanSoS (ChanBaek)

< Uno >

" Me producen diez enfermedades diferentes de solo verlos "

Química.

Baekhyun la adora, está completamente enamorado de ella.

La electroquímica es su pasión, el equilibrio químico su evangelio, Dalton es su dios y Marie Curie, su patrona. Baekhyun aprueba todas sus asignaturas con honores pero la que se lleva el premio mayor es su materia favorita; casi todo lo referente a ella le apasiona, inclusive decidió estudiar Química pura desde que tenía doce y dedicó su adolescencia en aprender de ella todo lo que pudiese; sin embargo, hay algo que no le termina de gustar del todo de la química.

Sus clases.

Su profesor no es malo, por el contrario, es el mejor de su instituto; sus temas son interesantes e innovadores así que ahí no recae su molestia; su laboratorio es amplio, muy bien equipado e higiénico por lo que es de sus lugares predilectos.

Entonces ¿dónde está el problema?

– Yeollie, me dices cual es la solución de la pregunta 14~

– Es 34 moles, bebé~

– Graciaaas~

Ellos son el problema, aquellos quienes le producen diabetes crónica.

A comienzos de año, hace seis meses, Baekhyun y PatasLocas (aka Park Chanyeol) habían decidido ser compañeros de laboratorio ya que era por afinidad; en sus comienzos todo había sido felicidad y armonía, amor nerd diagonal fraternal en todo su esplendor, tenían las mejores notas y siempre recibían créditos extras por su excelente trabajo en los proyectos de ciencia, eran la pareja científica ideal, no tenían competencia alguna y de ese modo Baekhyun lo veía todo más bonito y correcto; ambos usaban suéteres que combinaban y gafas grandes, las de Chanyeol eran de pasta negra y las suyas con marco dorado y redondas, siempre iban impecables y no había cabello fuera de su lugar, en ese entonces eran los mejores amigos de todo el mundo.

Eran.

– Byun, le falta agua a la solución. – Chanyeol ni siquiera lo vio cuando se lo dijo, enfocado en terminar de escribir la molaridad de la mezcla.

– Está en el recipiente verde, como siempre. – por el contrario, Baekhyun le prestaba toda su atención, mirándolo cual perrito atropellado y gatito callejero; la indiferencia de Chanyeol lo molestaba.

Era su eterna migraña.

– Ya no hay. – se giró apenas para señalar la botella y luego regresó a su bloc de notas. – Ve a buscar.

– No eres mi jefe. – cruzó sus brazos.

– Técnicamente sí, tú me nombraste delegado de grupo.

– No para que seas un dictador. – refutó.

– Da igual, ve y trae agua.

Baekhyun se siente estúpido por obedecerle y no ignorarlo así como él hizo con sus sentimientos, pero no importan sus regaños mentales porque ya camina al grifo que está del otro lado con el envase verde entre sus manos.

Cuando termina de llenarlo y está caminando de regreso a su sitio puede ver a Kyungsoo apoyado en su mesa capturando la atención de Chanyeol.

Duele, como si padeciera arritmias concurrentes.

Porque Chanyeol le sonríe hermosamente y juega con el lápiz entre sus dedos de forma nerviosa, se ve tan enamorado que Baekhyun tiene inmensas ganas de llorar como mujer durante su periodo leyendo Angst y viendo dramas cortavenas, parece que tuviera fiebre por toda la cara y no está caliente por la vergüenza o el bochorno, sino por la furia.