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Y ahí estaba yo, delante de Tyler pensando en si entraba a su casa o no y él me miraba divertido, riéndose de mi debate interno, por supuesto al final terminé entrando. Nadie se resiste a Los juegos del hambre, o al menos yo no.

Dejé mi mochila a un lado y él me señaló el sofá. Tome asiento mientras Tyler desaparecía. Volvió poco después con otra ropa más cómoda. Me pasó la caja de las películas para que la viera y bajó un poco las persianas antes de poner la primera.

Justo cuando comenzaba la paró.

- Espero que no seas de las que hablan mucho mientras ven una película y empiezan con "En el libro esto no pasa" - dijo mirándome fijamente -. No lo soporto.

- Entendido – contesté. Me mordí el labio nerviosa, yo era exactamente ese tipo de persona, de las que no callan. Tendría que hacer un gran esfuerzo por mantener mi boca cerrada.

Cuando llevábamos una media hora apareció Simeón y se sentó en silencio en el sillón que estaba pegado al sofá.

- ¿Hay palomitas? - le susurró a su primo.

Vi como este asentía sin despegar la vista de la película. Simeón se marchó y cuando regresó traía un humeante cuenco lleno de palomitas que dejó sobre Tyler que estaba en medio.

Más tarde la que entró en la casa fue la hermana de Simeón también en silencio, parece que Tyler los tenía bien aleccionados. Ella trajo refrescos y zumos de la cocina antes de acomodarse a mi lado.

- Ay, no. Justo llego para ver morir a Rue – murmuró apenada y se giró un poco hacia mi -. Por cierto soy Sara. No nos han presentado.

- Marta.

No pude decirle nada más ya que Tyler nos mandó callar.

- Imbécil – susurró Sara.

- 50 céntimos – dijo Simeón haciéndonos reír. Tyler nos miró mal a los tres antes de volver la vista a la pantalla.

En cuanto la película, las escenas extras y las entrevistas terminaron me puse a hablar con Sara hasta que Tyler, como siempre, me interrumpió.

- ¿Habéis acabado ya para poder seguir?

- ¿Siempre es así? - le pregunté a Sara.

- Viendo una película si, y leyendo también – añadió -. Ah, y cuando está estudiando o haciendo deberes es incluso peor.

Tyler simplemente levantó una mano y extendió despacio su dedo corazón mientras sonreía.

- Encantador – bufó Sara.

Miré mi móvil antes de volver a acomodarme. Mi madre me había mandado un mensaje en el que decía aún tardaría bastante. Resople con fastidio, pero luego recordé que íbamos a ver En llamas y se me pasó.

- Mi favorita – murmuré rápidamente antes de que el señor "Yo si soy silencioso no como Peeta" me regañara.

En esta tanto Sara como yo no pudimos evitar suspirar y exclamar varios "Awww".

- Tan tierno – comenté muy bajo.

- Yo quiero un chico así – dijo Sara con voz soñadora.

- No existe – Tyler como siempre hundiéndonos la moral.

- Que cruel – le recriminé.

- Y no del bueno – me respondió a la vez que su prima se le acercaba por detrás mio para darle una colleja -. Auch.

Él tras quejarse quiso devolvérsela, todo esto conmigo de por medio. Simeón de forma sabia pausó la película hasta que pararon de pegarse y una vez calmados la puso en marcha.

¡No eres Peeta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora