Millones de Veces

Preparaciones Previas

-Vamos, Yurio -alargó alegremente Viktor, mientras zarandeaba al rubio.

-¡No, viejo! ¡No molestes! -gritó molesto.

-Por favor -alargó abrazándolo- El resto accedió.

Yuri se lo sacó de encima.

-¡Que el resto sean idiotas que se dejen llevar por tus cosas no es mi problema! -le gritó huyendo lejos de él.

-¡Vamos! Hasta Otabek participará -dijo como quien no quiere la cosa.

Mas Yuri solo le miró con recelo escudándose detrás de uno de los sillones de la habitación.

-¿Y?

Viktor suspiró.

-Bien, Yurio -le miró seriamente- No quería llegar a esto, pero me obligas -y sin más, se retiró.

La determinación en la mirada del platinado alertó al menor y enseguida miró a Yuuri, quien hasta el momento solo se mantenía alejado y miraba con una pequeña sonrisa rendida al par de rusos.

-¿Qué planea el abuelo, Cerdo?

-Eh, pues...

-¡TA-DA! -exclamó Viktor regresando de repente y con una gran caja de estampado de tigre.

Yuri le miró con fingido desinterés, pero la verdad era que se moría de curiosidad por saber el contenido de tan vistosa caja.

-¿Qué hay en la caja?

Viktor colocó la caja en el suelo y sacó un disfraz de cuerpo completo de tigre. Yuri se quedó enamorado al instante, mas mantuvo su compostura y le miró despectivamente.

-¡¿Y eso qué?!

-Te lo regalaré luego de la obra si quieres -canturreó y movió la pieza con una sonrisa confiada.

-¡NO ME COMPRARÁS TAN FÁCIL! -exclamó apartando la mirada de semejante pieza de arte atigrado.

-Oh, ¿en serio? Entonces... -miró al azabache- ¿Yuuri, te lo pondrías para mí? -preguntó coqueto y guiñándole un ojo.

El japonés se sonrojó sorprendido de ser arrastrado a la conversación y tartamudeó un poco al responder.

-Ah, eh, b-bueno, yo...

Yuri saltó desde donde se encontraba y le arrebató con gesto serio el traje a Viktor, para luego meterlo de nuevo bruscamente en la caja.

-Al Cerdo no le quedaría bien tal cosa. Por el bien común, aceptaré y lo usaré en tu estúpida obra -tomó la caja y lo miró de reojo para luego murmurar:- Pervertido.

Y seguidamente salió de la habitación para probarse el traje en solitario y tomarse muchas fotos que luego subiría a Instagram.

-Debo admitir que tienes un gran poder de convencimiento -admitió Yuuri al acercarse a la puerta y ver al menor huir rápidamente a su habitación.

Viktor sonrió satisfecho, la parte más difícil estaba lista y el resto era como ser pentacampeón del mundo, ósea, fácil para él.

-Si... Pero aun no te convenzo de que durmamos juntos, Yuuri -le miró con un puchero a la vez que le abrazaba por detrás.

Yuuri se removió algo incómodo y sonrojado.

-Ehh...

Y el resto del tiempo, Viktor se la pasó intentando convencer a Yuuri de dormir juntos y escribiéndole a unas cuantas personas más para que asistieran a su obra.