-Es hora del próximo acto -canturreó Viktor llevándolo de las axilas de nuevo hasta el escenario.
-¿¡Qué le hiciste a mi Cerdito japonés!? -exigió saber dando zarpazos al aire que no le llegaban al ruso mayor.
-Nada que él no quiera -respondió coqueto y con un guiño de ojo que hizo molestar aún más al menor.
Viktor tenía alguna idea sobre los sentimientos de Yurio hacia Yuuri y le gustaba provocar y molestar al rubio. No le dejaría tan fácil a su Katsudon... no sin al menos divertirse antes, claro.
-¡Asqueroso anciano pervertido! ¿Qué le hiciste al Cerdo?
-No sé qué estará imaginando tu cochina mente, Yurio -dijo con su normal tono alegre e inocente bajándole.
-Eres peor que Chris -replicó serio.
-Uhmm -sonrió con falsa inocencia.
-Das miedo.
Se alejó tarareando.
-¡Oye, Christopher! -llamó cantarín a su amigo tras el telón.
-Mucho miedo.
-¡Inicio del tercer acto!
Yuri lo dejó pasar y con molestia, se puso en posición.
"En una ocasión, fue el gato de un ladrón llamado Otabek. El gato odiaba a los ladrones."
Yuri se relajó al ver a su amigo entrar a escena. Le sentaba bien el vestuario a decir verdad. Con un pequeño sonrojo actuó bien y se dejó cargar por Otabek, quien lo hizo de una forma que no le molestara.
"El ladrón caminó sigilosamente a través de la oscuridad del pueblo con el gato, como si fuera él mismo un gato. El ladrón sólo robaba casas con perros."
De repente, Maccachin corrió a escena y se abalanzó sobre Yuri para lamerle la cara.
-¡M-Maccachin, para! -logró decir con dificultad el rubio.
-Yuuri, nuestros hijos son buenos actores -dijo Viktor con orgullo y abrazó al nipón.
-¿H-Hijos? -preguntó impresionado devolviéndole a duras penas el abrazo.
-Claro, somos los padres de Yurio y Maccachin, a veces así lo veo yo, ¿tu no? -preguntó con una sonrisa tierna.
-Bueno, yo... -no sabía qué decir ante aquella hermosa sonrisa.
-No te preocupes, si quieres yo soy la madre -elevó el mentón del chico y se acercó mucho a él.
"Mientras el perro le ladraba al gato, el ladrón abría las cajas fuertes."
Otabek se notaba algo indeciso entre ayudar al rubio o seguir la actuación. Finalmente decidió lo segundo, mientras más pronto acabara, mas rápido le quitaría al caniche de encima.
-Pero, tú serias buena madre... -murmuró Viktor rozando los labios de Yuuri con los suyos.
"Un día, un perro mordió de muerte al gato."
-V-Viktor, Maccachin debe salir de escena -murmuró Yuuri, hipnotizado por los ojos azules del ruso.
-¡Oh, cierto! -le soltó y silbó- ¡Maccachin, aquí! -dió un par de palmadas en sus piernas.
El caniche regresó tras bambalinas y se lanzó esta vez sobre Yuuri, quien soltaba risitas desde el suelo, mientras este le lamia.
Viktor lanzó un quejido haciendo un puchero.
-No es justo, Maccachin, ¡yo iba a besar a Yuuri!
"El ladrón abrazó al gato junto con los diamantes robados y caminó a través de la noche del pueblo, sollozando a gritos. Entonces, fue a casa y sepultó al gato en un pequeño jardín."
Aquella escena fue hermosa para todos, (a excepción del ruso y el japonés, que estaban muy ocupados; uno quejándose por no haber besado al segundo y el otro intentando quitarse a Maccachin de encima).
Hubo un suspiro general. Yuri y Otabek tenían mucha química. El kazajo miraba al ruso con ojos profundamente tristes y...
-Fin del tercer acto -esta vez, Sara estaba abrazada a Mila y ambas lloraban.
-¡Tan conmovedor! -exclamó Emil abrazando a Michele.
-¡Ah! ¿Qué te pasa?, suéltame -exclamó el Crispino fingiendo que sus ojos no estaban aguados.
-¡Abrázame! -sollozó fingida y ruidosamente Emil.
Michele rodó los ojos y le dio unas palmaditas en la espalda.
-Ya, ya...
El checo le abrazó más fuerte y con cariño.
-¡Micky!
-¡Uaah!
Y detrás el telón.
-Uhm, Otabek, ya me puedes soltar -dijo Yuri desviando la mirada.
Estaba sonrojado, hasta a él le había llegado la actuación de su amigo, aunque eso no era actuación.
-No me molesta quedarme así un poco más -dijo, más aun así le soltó- Lo siento, por un segundo imaginé que era cierto y...
Yuri le miró con una pequeña sonrisa sincera.
-No te preocupes, yo...
Más no pudo terminar por los ladridos de Maccachin y las risas de Yuuri, Viktor y acompañantes. El viejo estaba muy cerca de SU Cerdito japonés. Se erizó.
-Discúlpame, Otabek -se excusó y caminó hacia esa escena- ¿CUANTAS VECES LES HE DICHO QUE NO HAGAN SUS COCHINADAS EN PÚBLICO? -gritó enojado.
-Pero no estamos haciendo nada -replicó Viktor abrazado a Yuuri a la vez que juntaba su mejilla con este.
-¡Suelta al Katsudon! ¡Y tú, ten un poco más de respeto hacia ti mismo y no te dejes tocar así por este tipo! -reclamó tirando de Viktor.
-Alguien esta celoso -canturreó alegremente Chris ocasionando más risas.
-¿YO, CELOSO DEL CERDO Y DEL VIEJO? -estalló en risas sarcásticas y prosiguió a defenderse.
Pero si había alguien que estaba celoso al igual que Yuri, era Otabek, cuyo corazón estaba algo roto al comprobar que aquellas reacciones, miradas y sonrisas no iban dedicadas para él... Pero si Yuri era feliz, él igual lo era.
Sonrió y se acercó con una sonrisa a la escena, mientras Yuri gritaba alguna cosa sobre que no habían visto su maravillosa actuación por andar en sus cochinadas.
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Millones de Veces
FanficPorque en un día aburrido, Viktor no tuvo mejor idea que plantar una obra de teatro improvisada con Yuri como protagonista... -No creo que sea buena idea, Viktor -murmuró un preocupado Yuuri viendo el libreto. -Oh, vamos Yuuri, ¿qué puede sa...