Tras Bambalinas

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Todos los patinadores y algunos acompañantes estaban en el lugar citado por Nikiforov. Algunos entusiasmados y otros solo estaban ahí porque no tenían nada mejor que hacer, esa semana de descanso entre las competencias estaba siendo... aburrida.

Viktor les había explicado su idea y era simplemente divertirse interpretando el libreto de su versión de: "El gato que vivió un millón de veces".

Los que iban a actuar, tanto por decisión propia como no, fueron empujados por los entusiastas Nikiforov, Giacometti y Chulanont tras bambalinas en el teatro improvisado que habían colocado en una de las salas del hotel que el pentacampeón alquiló.

Solo... no pregunten como Viktor hizo aquello tan rápido, el tipo tiene sus contactos.

-No puedo creer que esté haciendo esto -murmuró Yuri con molestia- ¡CERDO, AYÚDAME A SUBIR EL CIERRE! -gritó llamando la atención del japonés.

-Solo tómatelo con calma. No puede ser tan malo -dijo alegremente Yuuri, mientras le ayudaba.

El ruso le miró de reojo.

-¿Tu también participarás?

-Eh, algo así. Esto ya está -dió una palmadita a su hombro.

-¿De qué trata la obra? -interrumpió un curioso Otabek.

-¿Viktor no les ha dejado leer el libreto? -dijo algo sorprendido el de lentes.

-No -ambos negaron.

Viktor sí que es perspicaz, pensó algo divertido el azabache.

-Bueno... No estoy muy seguro de que estuvieran aquí si lo hubieran leído -contestó no muy seguro, pues él sí que lo había hecho- ¿Conocen la historia de El gato que vivió un millón de veces?

Ambos negaron nuevamente.

-Pues... es una historia muy bonita -sonrió.

-Si tiene gatos y me dejan conservar este traje, por mi está bien -se encogió de hombros Yuri.

Otabek por primera vez se fijó en lo que llevaba puesto el rubio, se veía demasiado tierno y tuvo que desviar la mirada para no sonrojarse.

-La verdad, te queda bien, te ves muy lindo, Yurio -afirmó Yuuri con una sonrisa a la vez que le despeinaba un poco el cabello.

Yuri se sonrojó y desvió la mirada.

-Cerdo, todo me queda bien -se sopló un mechón de cabello para disimular su sonrojo.

-¡Bien, hora de que repasen el libreto! -canturreó Viktor acercándose a lo lejos.

Yuri se alegró de alejarse de los cumplidos que lo hacían sonrojar del Katsudon y caminó junto al resto hacia el peliplata.

Viktor repartió los papeles entre los presentes y cada quien leyó el suyo. Y minutos después...

-¡NO HARÉ ESTO! -el grito de Yuri resonó en todo el lugar y luego miró a Otabek- ¿Cómo tu aceptaste esto? ¿Qué papel te tocó?, ¡déjame ver!

Otabek se encogió de hombros y le dejó ver, era el ladrón y pues eso explicaba su negra vestimenta.

-Viktor dijo que participarías y además... agregó otra cosa que me daría si participaba -desvió la mirada y le quitó su libreto de las manos.

-¿Qué cosa? -preguntó curioso.

Otabek solo se sonrojó y se encogió de hombros alejándose un poco para leer su libreto. No le diría que serían fotos de él en ese traje tan lindo de tigre y una copia de la grabación de la obra.

Yuri se fijó a su alrededor e iba a golpear a Viktor y mandar todo al demonio, pero su mirada se detuvo en el Cerdito, quien negaba repetidas veces sonrojado, mientras hablaba alejado con Viktor y sostenía un libreto. Al menos el Cerdo participará, puede ser divertido...

Y luego de echar otro vistazo al rededor, comprendió que quizás la mayoría estaba ahí para obtener algo o quizás solo fueran él y Otabek los interesados, y que en realidad el resto si quisieran divertirse... Pero Yuri solo no podía imaginar a Seung con un disfraz y actuando. Frunció el entrecejo y se acercó a Otabek para que no le molestaran y pudiera leer su estúpido libreto tranquilo.

Millones de VecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora