Capitulo 17: ILUSIONES YA DESILUSIONADAS

1 0 0
                                    


El salón de conferencia es, en mi opinión, una exagerada inversión en algo que perderá uso en los próximos meses, o eso espero que no pase: Alrededor de cien asientos forman un semicírculo, agrupados en cuatro grupos iguales, alrededor de un escenario sobre el cual hay una mesa larga, y detrás una enorme pantalla. Las paredes, negras pero repletas también de pantallas. Del techo cuelgan lámparas triangulares rojas, muy parecidas a las de la sala de reuniones de la sede de Capolohua de San Juan.

Cuando todos estamos sentados en las tribunas, y ya nadie está parado, por uno de los tres pasillos entra un grupo de catorce personas de las cuales solo reconozco a los tres instructores que tendremos, Carla, Calixto, y sorprendentemente la vicepresidente de Argentina. Supongo que si Calixto está allí, el resto serán los encargados de las otras sedes.

Los catorce suben al escenario y se sientan detrás de la mesa de vidrio. Carla se pone de pie, y un plano medio de ella aparece en la pantalla. Parecería estúpido, pero busco la cámara o el dispositivo que la está filmando, mirando hacia todos los ángulos posibles, pero no encuentro nada. Solo encuentro a Maxi haciendo lo mismo, intercambiamos una risa, y volvemos a centrar la vista al frente.

-Buenos días a todos. Me parece oportuno reunirnos para darles la bienvenida aprovechando que por primera vez en la historia de Capolohua, todos sus descendientes están reunidos bajo un mismo techo – estrecha una pequeña sonrisa, en mi opinión, sumamente forzada, y continua –. Creo que todos han notado que se encuentra con nosotros la Vicepresidenta de la Nación Argentina, la Licenciada Mabel Trincado, Vicepresente de la República Argentina, y en unos momentos nos dará unas palabras.

Carla se queda en silencio unos segundos, esperando algo, que luego entiendo que son aplausos. Aplausos que nadie dio, ni nadie dará.

-Bien. Bien – continua –. Hoy no solo quiero darles la bienvenida, sino felicitarlos. Felicitar su valentía, felicitar su grandeza al estar aquí, preparándose para una guerra que deliberara el destino de todos como argentinos. Es un orgullo ver la voluntad que le están poniendo día a día, desde el terrible... Si, terrible día en el que se enteraron de que irían a un campo de batalla.

»Puedo ahogarme en un mar de excusas en decirle porque deberían hacer esto, en porque es tan importante para la patria que ustedes ganen esa batalla, pero creo que lo más correcto sería decirles que deben esforzarse día a día, poner lo mejor de ustedes, levantarse cuando crean que no pueden hacerlo, y caminar hacia adelante, siempre hacia adelante, por un solo motivo: Por todos aquellos hermanos que hemos perdido en los últimos años. Gente inocente que murió en atentados, asesinatos en mano de la Comisión Secreta de Conquista, porque así es, no me tiembla la voz al decir que fueron ellos los encargados de esos actos.

Todos en la mesa asienten con la cabeza, pero Calixto se acomoda en su silla abriendo sus ojos en una expresión de incomodidad. No lo conozco mucho, pero creo que es un hombre que necesita pruebas claras para acusar de todo eso a alguien, y no decirlo porque estamos en la alfombra roja de una guerra.

-Pase lo que pase, me comprometo a que los nombres de esa gente, y los de ustedes, no sean olvidados jamás. Contamos con ustedes chicos, creemos en ustedes. Nuestras ilusiones están de pie frente a ustedes, y tenemos mucha fe en que con la ayuda necesaria, ayuda que les estamos brindando ahora y les brindaremos siempre, podrán hacerlo.

Otra vez el silencio incomodo en el que nadie aplaude. Y no es que quiera hacerlo, al contrario, me uno a varios que extienden sus manos, para simplemente cruzarlas y recostarse en las butacas rojas.

Carla y la vicepresidente intercambian una mirada, haciendo que una se pare, y la otra se siente. La Vicepresidente es una mujer alta, muy alta observándola bien, de pelo negro y ojos negros, cara alargada y cuerpo muy pequeño, muy delgado. Hubiese apostado anorexia en una mujer de mi edad, pero ella es muy grande para tener esos problemas, comparándolos además con todos los problemas que una vicepresidente debe tener.

CAPOLOHUA: El Vigésimo Quinto DescendienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora