El local estaba vacío.
Solo estaban ellos dos, ella miraba de reojo a su compañero, que parecía muy ocupado acomodando el té por orden alfabético, justo como su jefa se los había pedido.
Ella seguía sin creer que fuera su chico misterioso, recordaba cuando se enteró, no podía reaccionar, optó por ser cruel con él ya que se sentía engañada, pero luego vio que él no se rendía y vio que lo que había pasado en estos días era real, no una mentira para burlarse de ella.
Ella solo quería una cosa. Lo quería a él, pero no podía arriesgarse a que le volviera a hacer lo mismo, así que solo se conformó con verlo, una vez que salieron, en vez de irse corriendo para evitar caminar con él, lo esperó.
Un paso a la vez, pensó.
—Oh — dijo él sorprendido cuando la vio.
—Yo, ah, me preguntaba si podíamos irnos juntos — le dijo ella balbuceando, quería arreglar las cosas con él justo como el primer día que tuvo que ignorarlo.
—Claro — le respondió sonriendo y ambos empezaron a caminar juntos.
—Así que, ¿terminaste con Vicky por lo de la nota? — le preguntó ella viendo al suelo.
Vicky solo era una chica que era como un grano en el trasero para ella. Era la responsable de la pelea original con él y una enfadosa que solo la molestaba.
—Fue un conjunto de cosas — le respondió él —. Pero lo de la nota fue el detonante.
—Defendiste mi honor — dijo ella tratando de contener una sonrisa.
—Te dije que lo haría — replicó él y ambos siguieron caminando en silencio.
Estaban a punto de llegar a sus casas cuando él se detuvo, ella volteó a verlo confundida y él apretó sus labios.
—No quiero que esto termine — le confesó él con una mano en su nuca.
—¿A qué te refieres? — le preguntó ella parpadeando aturdida.
—Te conozco, entrarás a tu casa, te llamarás estúpida y mañana me ignorarás — le dijo él casi como un reclamo —. No quiero eso.
—¿Qué es lo que quieres? — le preguntó ella acercándose a él, su corazón latía fuerte, él estaba justo enfrente de ella. Él agarró su mentón y pasó un dedo por sus labios justo como lo había hecho hace casi una eternidad para ella.
—A ti — le dijo y se acercó a ella con intención de besarla pero ella puso una mano en su pecho y bajó la mirada, la sensación de déjà-vu la invadió.
—No, no haré esto de nuevo — dijo ella viendo el suelo —. Tienes razón, fui una estúpida.
—Jacqueline — la llamó él con un tono que la hizo helarse —. Mírame.
—No quiero — dijo ella casi riendo de los nervios.
—Por favor — le suplicó y ella volteó a verlo, él tenía una amplia sonrisa y sus ojos brillaban emocionados.
Ella retrocedió dos pasos sorprendida, reconocía esa expresión, sabía que él estaba a punto de hacer una escena.
—Jacqui — la llamó él y la abrazó mientras ella maldecía.
“Tenía que acercarme a él. Tenía que caminar junto a él, muy bien Jacqui, oficialmente eres estúpida.” pensó ella con amargura.
—Esto no significa nada, Víctor — le dijo ella en tono serio.
—¿Cómo qué no significa nada? — lepreguntó él atónito retrocediendo y agarrando sus hombros —. Sientes algo por mí como yo siento algo por ti.
—¿Y eso qué? — le preguntó molesta quitando sus manos de sus hombros —. También sentíamos algo por el otro antes, ¿y qué pasó? Te le declaraste a Victoria.
—Jacqui... — inició él tratando de agarrar sus manos.
—No, esto fue un error — dijo ella con las manos en su cabello —, he pasado estos últimos meses tratando de superarte y tratar de odiarte por lo que hiciste pero no puedo, simplemente eres anti odiable y puede que siempre sienta algo por ti, pero no va a pasar nada, porque eres un idiota que ya jugó con mis sentimientos una vez y no dejaré que me vuelvas a romper el corazón.
Ella se dio la vuelta y corrió a su casa antes de hacer algo estúpido como llorar enfrente de él, entonces sintió una mano en su brazo justo antes de entrar a su casa, volteó y lo vio. Pero ella ya no sabía a quien ver, si a su chico misterioso, al idiota que le rompió el corazón o el dulce chico del que se había enamorado.
—Déjame Víctor — le dijo irritada mientras el nudo en su garganta le dolía.
—No haré eso — dijo él en tono determinado.
—Víctor — dijo ella sin saber que decirle.
—Dame una segunda oportunidad — le pidió él.
—Déjame pensarlo — le pidió ella y él la soltó.
—Tomate el tiempo que necesites, esperaré — le dijo él asintiendo.
—No hiciste eso la última vez — señaló ella con una sonrisa triste.
—La última vez no sabía como era un mundo sin ti — replicó él haciendo que las mejillas de ella se calentaran.
Se dio la vuelta antes que él la viera y cerró la puerta antes que él dijera algo, suspiro cansada. Con Víctor, todos sus días eran más raros que el anterior.
ESTÁS LEYENDO
La chica del té
Short StoryElla sólo necesitaba un poco de dinero extra. Él sólo la quería de vuelta. Hermosa portada hecha por: @Just_Dann