La chica del té

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Yaquelin:

Estuve pensando en lo que pasó ayer.

Como te acercaste a mí y mi corazón se volvió loco, como tu aroma me embriagó y como tu mirada color café me hizo sentir vivo.

Ese momento donde casi te beso y tú me detuviste, pusiste una mano en mi pecho, podías sentir lo nervioso que estaba, luego tu dulce voz dijo lo que yo siempre quise oír, bueno, la esencia de lo que dijiste y no pude evitar sentirme realmente emocionado.

Entonces me hiciste despertar, me hiciste darme cuenta de que no podía ser tan fácil después de lo que te hice, aunque ayer me dejaste con la palabra en la boca.

¿Me creerías si te dijera que no sabía que estabas enamorada de mí antes? Sí, teníamos nuestros acercamientos, hablábamos de todo y tú te sonrojabas cuando nos preguntaban si era pareja, ¡pero creí que eran alucinaciones mías!

Cuando me hice novio de Vicky solo sabía que te habías enojado conmigo, pero nunca supe porqué.

Hasta hace 46 días. Cuando te vi atendiendo a la gente en aquel local de té, me diste mi té y casi lo dejabas caer sobre mí, me pediste disculpas y nos miramos a los ojos.

¿Te han dicho que tienes los ojos cafés más hermosos? Sentí tantas cosas en mi interior con esa simple mirada, vi el resentimiento contra mí, pero había algo más. Así que empecé a prestarte atención, noté que cada vez que estaba con Vicky te dolía y allí entendí que estaba con la chica equivocada, siempre lo estuve.

Te quiero y quiero que me des una segunda oportunidad. Prometo cuidar bien tu corazón está vez.

Ya probé una vida sin ti y no me gustó. Me aseguraré de no volver a pasar por eso.

Atte
Víctor