Vuelve.

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Ed, Edd y Eddy son propiedad de Danny Antonucci.

Nathan Kedd Goldberg es propiedad de c2ndy2c1d.

Esta historia es mía para ustedes.

*No soy dueña de ninguna imagen. Créditos a quién corresponda.*

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Eddward había cambiado, radicalmente, en solo un par de meses. Miles de cosas le habían sucedido, que lo hicieron madurar mucho, había aprendido a ser fuerte, y se dio cuenta que la vida no era fácil, la realidad lo golpeó en la cara, deprimiéndolo y aislándolo aún más de los demás.

Si bien Jim le había traído una enorme felicidad, ahora era su responsabilidad criarlo y protegerlo, y ser un debilucho ingenuo no sería de gran ayuda. Por eso su cambio. Ed y Eddy habían seguido a su lado incondicionalmente, como siempre, eso lo mantenía de pie.

Al llegar a la escuela, Edd miró a su alrededor, todas la miradas estaban sobre él, y eso ya lo comenzaba a cansar. Alcanzó a ver a Marie que lo saludaba con la mano y una enorme sonrisa, junto a ella estaba Eddy. Edd se acercó a ellos. Aunque la temporada de invierno ya estaba terminando, hacía un frío intenso.

—¿Dónde está tu bufanda? – Le preguntó Edd a Marie al verla toser un poco. Marie simplemente le sacó la lengua con una risilla. Los tres entraron al edificio.

Eddy ahora era un chico muy popular, el presidente del consejo claro está, todo el que se cruzaba por su camino le daba los buenos días, pero al mirar a Edd bajaban la mirada

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Eddy ahora era un chico muy popular, el presidente del consejo claro está, todo el que se cruzaba por su camino le daba los buenos días, pero al mirar a Edd bajaban la mirada. No era rechazo por su sexualidad, o por el hecho que Kevin lo amaba y ahora todos lo sabían, más bien era un tipo de miedo, como si en realidad no quisieran meterse con él. Esto para Eddy era extraño, ese no era el tipo de respeto que quería para su mejor amigo, Edd ya era muy diferente.

—¿Qué clase tenemos? – Preguntó Marie sacando a Eddy de sus pensamientos.

—Deportes... ¿entrarás Doble D?

—No tengo ganas... pero no puedo perder esa materia por mucho que la odie.

—No puedo creer que hayas faltado tanto y aun así digas que no tienes ganas. – Dijo Eddy.

—Sabes que nunca me ha gustado ejercitarme.

—Pero nunca faltabas.

—Por si no lo recuerdas no fue por gusto Eddy. – Le dijo algo molesto.

—No empiecen a pelear. – Les dijo Marie. —Doble D, no te preocupes por ejercitarte, el entrenador nunca mira, solo se concentra en los jugadores del equipo.

La clase de deportes siempre era una tortura para Edd, no le gustaba ningún tipo de competencia física, detestaba correr y qué decir de su fuerza, o mejor dicho su poca fuerza. Aun así cumplía con su presencia para no tener faltas aunque no era muy participativo. El entrenador nunca lo obligó pues no le agradaba tratar con debiluchos, razón por la cual Edd simplemente se sentaba en las gradas del gimnasio y solo miraba a los demás, para el entrenador era mejor que no le estorbara a los otros.

Filofobia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora