Sentimientos reales.

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Ed, Edd y Eddy son propiedad de Danny Antonucci.

Nathan Kedd Goldberg es propiedad de c2ndy2c1d

Esta historia es mía para ustedes.

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Mientras su madre preparaba alguna especie de sopa extraña, algo se cocinaba en el horno, y su padre se limitaba a ver televisión en silencio, Ed se preparaba para recoger a su novia, sus padres querían conocerla y la rubia aceptó aunque moría de nervios. El gran chico se había esforzado en pedírselo, porque era la primera vez que llevaría a una chica a casa, mejor dicho, era la primera vez que tenía una chica que llevar a casa. Algo ansioso subió las escaleras del sótano que usaba de habitación y salió de su hogar.

—Vuelvo enseguida iré por May. –se despidió Ed cerrando la puerta tras de sí sin esperar respuesta.

El camino por el pequeño bosque que conducía hacia el remolque de las hermanas lo distrajo, amaba caminar por ese lugar, le recordaba su infancia. Cuando llego a la entrada del parque de remolques, un auto que nunca había visto se estacionó tras él, Ed se detuvo y una mujer de edad madura y de ropa muy formal bajó del auto.

—"Demasiado elegante para vivir en un lugar como este." –Pensó.

La mujer de cabello largo y negro, labios rojos y tacones altos pasó a su lado dedicándole una ligera sonrisa a modo de saludo, para su sorpresa se dirigía hacia el pequeño remolque de las hermanas el cuál llamaban hogar. Ed la alcanzó rápidamente, hasta que la mujer tocó la puerta, Lee fue la que abrió después de unos minutos.

—¿Si?

—Buenas tardes, busco a la señorita Lee Kanker.

—¿Usted quién es? –preguntó de mala gana

—Me llamo Laura Howard, soy abogada y asistente social. –le dijo la mujer mostrándole su identificación. –Necesito hablar con la señorita Lee de algo importante.

—Bien, aquí me tiene, ¿Qué es eso de lo que quiere hablar?

—¿Puedo pasar? Hay varias cosas que debo mostrarle.

—Si claro como diga. ¡May tu novio mono está aquí! ¡Marie tenemos una invitada!

—Si ya lo noté. –dijo Marie que estaba acostada en el sofá con los brazos detrás de su cabeza.

May salió de su habitación sonriente, Ed la recibió con un abrazo, pero esa mujer lo preocupaba un poco ¿Por qué estaba ahí? Eso no era de su incumbencia, pero su naturaleza curiosa siempre ganaba.

—¿Conoces a esa persona May? –le dijo despacio al oído

—No, la verdad no tengo idea de quién sea. –la rubia ahora la miró atenta, la mujer que lucía con tanta clase le provocaba respeto inmediato. A diferencia de Marie y Lee, May era una chica educada y trataba de comportarse frente a los demás. – ¿Disculpe? –La llamó –¿Puedo ofrecerle algo de beber?

—Oh muy amable, agua por favor. –Le sonrió la mujer –Tu debes ser May.

—Si... ¿usted es?

—Dijo que se llama Lauren no sé qué. –dijo Lee

—Howard.

—¿Y qué hace aquí? –esta vez fue Marie la que habló. –Usted ha llegó desde hace diez minutos y aun no nos ha dicho que necesita.

—Bien, pues vengo en representación de la señora Cheryl. –El silencio se hizo presente en la habitación. Lee se quedó estática, Marie se incorporó rápidamente con los ojos muy abiertos, May dejó caer el vaso con agua que se estrelló en mil pedazos. Ed rápidamente fue a su lado, pues el sonido del cristal contra el suelo las hizo reaccionar.

Filofobia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora