Capítulo 15- El destino y el modo en que se mueven las piezas A ojos de Jacob

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Había pasado un mes y medio después de lo ocurrido en Brasil. El embarazo de Bella estaba avanzando aunque no tanto como yo lo deseaba, parecía como si la chica tuviese seis meses de gestación. Se encontraba delgada y la piel de su abdomen estaba completamente surcada por las estrías y moretones que el crecimiento tan acelerado del bebé le causaba, aunque ella no se quejaba de nada.

Había llamado a Charlie y le había notificado que su hija me había contactado, informándome que se encontraba bien y que se había ido a vivir a Canadá con un multimillonario. Aunque por supuesto no estaba tan lejos de la realidad ya que eso éramos Edward y yo para ella, una mina de oro, pues lo que la chica pedía era rápidamente complacida, aunque yo solo lo hacía por el bebé mientras que Edward por el sentimiento de culpa.

Poco nos hablábamos él y yo últimamente, Edward intentaba por todos los medios que yo cediera y fuera racional, pero él sabía lo terco que yo podía llegar a ser y que no daría mi brazo a torcer ante mis decisiones, y aunque en mi primera decisión había cometido el error de involucrarla entre ambos, sabía perfectamente que no me equivocaría en mi segunda decisión.

Yo comía sobre la barra de la cocina, intentando que Bella comiera algo sin éxito alguno.

—Vamos Bella... debes comer un poco. —Pero ella negó con la cabeza, haciendo arcadas, alegando que nada le agradaba.

Carlisle a cada tanto le tomaba los signos vitales, alegando que la chica se encontraba de mal en peor. Alice me observó un tanto molesta, Intentando ignorarla tal y como lo hacía con Edward, el cual entró en aquel preciso momento en el comedor, contemplando a Bella y luego a mí con el ceño fruncido, preguntándole a su padre como estaba la salud de ella.

—Pues está bastante anémica... trata de comer pero no puede retener los alimentos. —Justo en ese momento Rosalie entró acompañada de Emmett, quien trajo una bolsa repleta de suministros, dejándolos muy cerca de Bella, comenzó a hablarle a la barriga de la muchacha.

—¿Cómo está hoy el bebé del tío, Emmy? —Edward le rugió, siendo Alice quien saliera de la cocina, volteándome el rostro de mala gana, mientras Carlisle me miró completamente serio sin decir ni una sola palabra. Esme se encontraba averiguando como se encontraba Charlie ante la situación de que Bella se hubiese ido de la casa, y Jasper simplemente trataba de mantenerse lejos de Bella.

Una de las bolsas de alimentos se rodó a un lado, cayendo sobre la barra de la cocina, dejando ver varios de los suministros.

—Mmm... Que rico huele. —Alegó Bella, comenzando a buscar dentro de la bolsa.

—¡Vaya!... hasta que algo le atrae. —Traté de ayudarla a sacar las cosas, observando como la chica tomó una bandeja de carne troceada en pedazos aun ensangrentada a causa de la frescura de esta.

Todos nos mirábamos las caras, contemplando como la chica sin ningún indicio de pretender detenerse, rompió el empaque y comenzó a comerse la carne cruda sin hacer ningún mal gesto, mientras yo me comencé a sentir un poco mareado.

Sí, era cierto que yo había comido animales crudos, pero en mi forma animal ya que jamás comería carne cruda como humano y menos con el deleite con el que ella lo estaba haciendo.

Se tragó toda la bandeja al punto de lamerse hasta los dedos, ante los ojos atónitos de todos los presentes, siendo Emmett quien rompiera el silencio.

—Está rico ¿eh? —Bella sonrió enfocándose en mi persona, argumento a las palabras del atolondrado vampiro.

—Sé que parecerá extraño pero he escuchado que los antojos de las mujeres embarazadas suelen ser las cosas más insólitas jeje... y creo que este bebé es tan tragón como tú, Jake. —Edward me observó y luego a Carlisle, quien ya había notado las miradas entre nosotros.

Eclipse al AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora