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Sabía que tarde o temprano terminaría extrañándote.

A veces recuerdo como era la Tierra sin ti. Era un planeta oscuro. Le faltaba el brillo. Se veía muerta. Era un lago de contaminación frecuente. Las nubes blancas ya marchitas. El agua clara ya imposible de ver. Así era un planeta sin ti. Era como si el corazón ya hubiera parado de latir. Había perdido el sentido seguir dándole la vuelta al Sol. Así se sentía un planeta sin ti. Fue como llorar como llora un niño cuando le quitan un dulce. Simplemente triste.

Los caminos que te llevaban a todos sitios, ahora sólo te llevaban a un sólo lugar. El cielo nunca dejaba de llorar. Entonces llegaste tu, el mundo renació en un sólo parpadeo. Cada persona podía volver a respirar sin miedo a que alguien le quitará el aire. Las sonrisas eran las estrellas del día. Revivieron los muertos tristes y solitarios, por que encontraron la paz en la compañía. Esto duró todo lo que era posible. Duro mucho sin importar lo que la gente diga. Nadie había podido disfrutar de un mundo así.

¿Saturno que hiciste? Tu partida en este mundo trajo la destrucción. Muchas personas vieron que el amor era como una maldición. Yo, soy el último hijo nacido en la Tierra y cuando regresaste, sólo te llevaste mi corazón. Yo, sigo peleando en esta tierra. Esperando a que crezca un árbol y que florezcan las flores del amor. Que tu frívolamente, con tu partida, destruiste.

Si alguien lee esto, pensarán que estoy loco al escribirte una carta. Ellos piensan que eres un cruel criminal. Opino lo contrario, eres malvada, lo admito, pero eres más que el odio que te han plantado. Prefiero que me pinten de terco enamorado que de loco. Ya que si me pintan con tal palabra, delirio sería mi apellido.

Prometo no llorar otra vez por tu nombre. Sólo prométeme algo: ¡Saturno vuelve!

Letras a Saturno©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora