"Estaba enamorado de ella.
De sus ojos imposibles.
De su piel canela.
De ella por qué era ella, única.
No era diferente a otra, pero estaba enamorado de ella..."- padre había comenzado a leer una hoja que siempre tenía en su bolsillo. Cuando le había preguntado por ella, me dijo que algún día sería necesaria."Ella era más que sólo una mujer.
Ella era vida y muerte al mismo tiempo.
Ella era distinta pero similar a cualquier otra mujer.
Era alta y pequeña.
Era delgada y un poco robusta.
Era el sueño de cualquier hombre.
¿Por que nadie se enamoró de ella?
Por que ella estaba hecha sólo para mi, así me dije..."- sus ojos estaban llorosos. No podría dejar que ninguna gota de lágrima cayera en el papel. Así que con calma y tranquilidad, se lo quite de las manos.La noche seguía siendo noche, más el atardecer lentamente se asomaba. Todos tenían sueño más querían saber que contenía la carta.
"Ella volvió un día hacia mi.
Nadie se había enterado.
Me pidió que regresará al pasado.
Yo rápido me había negado.
Que trajera a un niño triste y abandonado.
Ese era un reflejo de mi yo oxidado.
Nacido y dejado en un orfanato.
Mi historia contada por otros labios.
Ese era yo.
Triste y abandonado.
Cuando me encontré así de pequeño,
descubrí que no andaría sólo en la vida.
Por que así andaba el yo del futuro.
Así es que es así.
Te enamoraste de Saturno como un día yo lo hice..."- las palabras que leía me dejaban mudo, más debía terminar lo que leía."Yo soy tu y tu eres yo.
Yo soy el futuro que sufrió el peor pasado.
Tu eres el pasado que tendrá un mejor futuro.
Eres todo lo contrario a mi.
Por eso te quise o me quise como a un hijo.
Las palabras son pocas al contarte este hecho.
Más Saturno por mi a llegado.
Quiso que te buscará en el pasado por que yo ya estoy muy viejo.
El futuro me necesita a mi,
Hijo que soy yo, estaremos así al principio como al final,
Conectados..."- la carta finalizaba con puntos suspensivos.Al mirar donde se encontraba mi padre, quería una explicación lógica y obvia para que arreglará el caos mental que me había creado a mi, a los ciudadanos y a la Tierra. Más el sólo se convirtió en polvo y como susurro se escuchó un: "Saturno me ha buscado"
Y todo el mundo que estaba cerca de mi se vio impactado. Pero el sueño era más grande que el caos formado. ¿Era el amor que yo sentía por Saturno que hizo que mi futuro yo fuera tan corrupto o fue las ganas de que mi futuro yo estuviera con ella que lo cegó del martirio creado para su versión joven? Sinceramente está historia que vivía no podía ser un romance. Más así se estaba viviendo o escribiendo. A bases de eso. El romance que Saturno y yo viviríamos... Me dijo Sesenta y cuatro:
- El romance que Saturno y tu vivirán, será un juego eterno. - y como todos, Sesenta y cuatro se marchó a dormir en el día como los murciélagos.
Yo quedé arraigado con la noticia que supuestamente mi futura versión me había entregado. Así seguía frente a un fuego ya apagado. El sol ya estaba en su punto máximo. El calor poco a poco fue la gota que apagaría mi sistema. Quede inconsciente en las visiones de mi pasado-futuro.
*Visión*
Era yo. Cerca de ella. Por primera vez podía ver su cara tan fina cerca de la mía. Nos besamos. Era la primera vez que sentía los labios de alguien tan presionados sobre los míos. Y gracias a la fuerza natural de la vida, que a veces llega a ser tan complicada, no eran otros besos, mas los de ella, Saturno. Estaba enamorado de ella. El aroma que creaban nuestros cuerpos mientras se unían cada vez mas, era un perfume, un afrodisiaco que pocos podían tener, atesorar. Así que beso tras besos los marcaba en su piel tanto en la mía.
Saturno gemía de gozos imperdonables gracias a mi. Pero eso era parte del amor que estábamos formando. Mi pasado yo que era mi futuro yo, había sido capaz de haber tenido a Saturno en sus brazos. También fue capaz de no contárselo a nadie. Aún así, yo también tenía pinta de egoísta. No le contaría a nadie que yo y Saturno, estuvimos juntos en una noche alocada de placer. Que tuvimos sueños compartidos piel con piel. Que la besé y no me arrepentía de nada. Más de sus palabras si lo hice. Toda esa vida que ya está apagada. Ella pedía ser libre, y la única forma era asesinarla. Pero para eso ella tenía un plan. Traería la versión más joven de mi hacia el futuro tembloroso y apartado. Crearía que Saturno reviviera por qué existe un yo triste y abandonado que necesita de ella. Alguien que desea escribirle cartas a alguien pero ese alguien aún no ha llegado.
Yo fui asesino del amor que jamás he amado. Por eso ella no contestaba, estaba muerta y yo de mi pasado era la llave de su resurrección. Aún así, el yo del futuro engaño a todo humano que apenas seguía vivo. Le hizo creer en esperanzas que el mismo sabía que sólo existía ese punto cero cero un porciento de probabilidad de éxito. Y fue así. Tuvo razón. Si regresa Saturno y el mundo se pone de pie y le aplaude, y la ama, yo seré el corrupto que la odié aunque su nube traiga amor fuerte, yo no lo beberé, tragaré o comeré. Incluso si es respirable moriré por falta de oxígeno. Pero no la voy a volver a amar.
Y me engañe hablándome y peleándome dentro de visiones. Al abrir los ojos la tierra estaba sana y frente de mi estaba Saturno. Me beso aunque fuera pequeño en edad y tamaño. Ella ya sabía que su plan había resultado. Que yo había recuperado la memoria pasada y que tendríamos un futuro juntos.
Entonces de la nada. Dentro de un abrazo de vivieron felices para siempre. Con una cuchilla que desee que apareciera en mis brazos y que así hizo, la acuchilló el alma pasada y futura. Ella sabia que la amaba tanto, bien fuerte. Pero nunca supo, ni yo supe, que mi amor verdadero era la Tierra, no alguien de Saturno.
¿Aquí terminó el romance que las letras escribían para Saturno?
No, las personas que me vieron cometer el crimen voraz estaban sorprendidos. El grupo de damas cuarentonas estabas felices. Alguien había cumplido las palabras y deseos de ellas. Corrieron por palas y comenzaron a cavar la tumba de Saturno.
La tierra estaría curada para la eternidad con su cuerpo enterrado en ella. De mis ojos salieron lágrimas de pena y decepción. Mi padre que era yo del pasado tenía razón sobre mi. Por que el me conocía mejor de lo que yo me conozco y me conocía. El era yo después de todo.
Abrí los ojos. Mi yo futuristico me guiño el ojo izquierdo.
- Te regaló una oportunidad más de hacer lo correcto. - dijo en un susurro distante.
No se si la visión terminó para mal o para bien. Saturno no estaba enfrente de mi cuando los abrí. La Tierra no estaba curada para la eternidad como lo sentí. Fue la visión de querer algo. Pero casi nadie tiene lo que quiere.
¿ Es por eso que todavía no te tengo, Saturno?
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Letras a Saturno©
RomanceHabía deseado ir lejos. Tan lejos como le era posible. Las limitaciones eran bastantes. Sus sueños eran inconclusos. Comenzó a escribirle a su amor, que se encontraba a miles de años distante de el. Así, letra por letra, llegaron a Saturno. Portada...