Letras a Saturno©

Quería Más

Quería más y se notaba.

Las historias y visiones que alguien tiene como epifanía son cosa sería. Los ojos ven cosas que otros no pueden ver. Los reflejos verdaderos pueden ser mentira para otros, más si lo miras por otro lado, no son reflejos, son verdades.

Yo, tan simplemente divagaba. La verdad era que tenía un miedo colosal del cual nadie escapa y nadie se salva. ¿Era lo mismo no? Todos pedían a gritos que mencionara a la mujer de oro. Yo no quería. Sentía odio hacia ella, pero también amor. Un amor inmensurable que nadie puede describir. Nadie la ama más de lo que yo, como hombre y como versión pasada-futura del amor de Saturno la puede amar jamás.

Existían las ocasiones que deseaba poder narrar la historia mía y de Saturno como cualquier otra historia. Más como anécdota no era bueno narrando los hechos detalladamente. Yo como divagaba antes, lo hago ahora. ¿Se notaba que quería más? No sólo se trataba de tenerla en mis brazos o simplemente ese contacto piel con piel. Era lo que no se obtiene con el físico. La llave a la felicidad infinita si crees tenerlo todo. Eso me proporcionaba Saturno, más ella lejos de cualquier versión mía, no la podría obtener. Yo la amaba.

Sesenta y cuatro tenía una hermana, tristemente​ murió antes de yo tener memoria y recordarla. Pero me decía que era una buena mujer, vieja en físico pero una adolescente en edad. Era tan sólo veinte años menor que Sesenta y cuatro cuando falleció. Me hablaba por qué quería que saliera del trance, quería que le contará o explicará todo lo que había pasado con mi padre. << Sí, aún pensaban que mi yo futuristico era mi padre. >>

- La sequía estaba empeorado.- hablaba Sesenta y cuatro esperando a que yo moviera mis ojos o hablará.

Me sentía mal. El mundo había explotado, no literalmente, si no, en una mente como la mía. En una carta escrita por mi o por mi padre, aún no se si somos la misma persona, decía que no quería que lo llamarán demente. ¿Demente por escribirle una carta a Saturno o demente por estarlo realmente? ¿Demente por estar sano en la espera de la mujer de oro como todo el mundo la llamaba antes de conocer su nombre real o demente de forma desquiciada? Así que yo prefería estar demente, alguna de las formas de estar demente llamaba más la atención que otras. Entonces yo, sería demente en el delirio como padre se apellidaba.

-Si me dejó pintar como loco, delirio sería mi apellido. - dije y Sesenta y cuatro entendió el llamado.

Trajo lápiz y papel. Me sentía estático. Estaba en el estanque provocado por lágrimas inexistente como estaba escrito en las cartas. Sesenta y cuatro escribió todo lo que le pedí escribirle.

" Yo te amo. Nuestro romance pretenderá ser eterno como ya lo han predicho las visiones que algún día tendré o que ya tuve. Perdóname por no entender como se escribe una carta. Pues ya estoy viejo, nunca me contestaste una. Siento que estoy en una competencia y nuestro romance será nuestra salvación. Más ya no estoy seguro de nada, ¿recuerdas? Pedía que te quedarás por qué no quería perderte una segunda vez, ¿lo olvidas? Ya no vale seguir con la espera, no se si te seguiré esperando. Me había cansado de no saber si estaba bien no saber muchas cosas. Eres lo que eras antes y eres lo que eres ahora. Ya no hay pasado que se oculte de mi, ni presente que me diga cuál será mi futuro y menos si es contigo.

Aprenderemos a amar sin corazón. Por eso estás son mis últimas letras para ti. Estoy cansado de seguir esperando por alguien que jamás responde y que jamás llega. Por eso he decidido renacer a la Tierra sin ti. La tierra nunca necesito de tu fertilidad. La tierra necesita el amor que todo el mundo te había entregado. Esa es la razón más frívola que para tu corazón de piedra he encontrado. Me he enamorado de una egoísta que tiene miedo a volver al lugar que a abandonado. Admito que la Tierra estaría sana si estuvieras con nosotros, pero es necesario valer por nosotros mismos de vez en cuando, ¿no? Te odio y te amo al mismo tiempo, Saturno. El amor es más grande que el odio, pero el odio me hace olvidar el afecto que te tengo.

Si regresaras elegiría a la Tierra sobre ti. Debo se salvar mi hogar antes de salvar el amor de mi vida. Por que si te salvó a ti primero y luego me dejas, ¿hacia donde voy a regresar si ya todo lo perdí intentando salvarte? No llores si lees esta carta, con tal, jamás has llorado por alguna otra carta que te ha enviado. Me siento como soldado en el ejército, escribiendo una carta sin saber si regresará un mensaje. Me había vuelto un poeta, escritor y hasta cantante por ti. Nunca lo hubiera hecho por mi, yo soy un asco de persona. Sin ofender a nadie.

Estoy estático por qué así me has dejado. Escuchó risas pero son las del pasado, aquí ya nadie ríe. No es tu culpa, tu simplemente nos abandonaste. Eres de todo pero sólo eres un romance en vano.

Te amo, Saturno. Creo que esas serán mis últimas palabras. Así se acabará este capítulo de esta vida y de este libro. Despidiendome de alguien que jamás existió."

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El niño que estaba en coma despertó. Pero nadie estaba ahí para verlo sonreír por primera vez, por qué el había renacido.

A penas era un bebé cuando entro al coma. Las enfermeras le escribieron una serie de cartas que leería mas tarde. Una enfermera se enamoró de el pequeñín. Ella termino adoptando al chiquillo ya que sus padres se fueron y nunca regresaron. Cuando le pidieron el nombre del niño, la enfermera se dio cuenta que el niño no tenía nombre. Buscando algún nombre entre sus pertenencias encontró las cartas escritas por sus compañeras del hospital. Tarde o temprano, el niño se llamó Saturno.

Su madre adoptiva le dijo cuando cumplió 15 años:

- Llegará un momento en la vida, que serás el Saturno de alguien.

En ese momento le entregó todas las cartas escritas. Con una carta con cada letra de su nombre. Y una nota al final.

" Quizás no entiendas algunas cosas. Quizás no se escribieron para esta edad. Pero debes tener en cuenta algo, mientras para otros sólo eres una persona, hay otros que simplemente, eres su mundo...

MAMÁ"