5. Puesta de sol, amanecer

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-Tengo la sensación de que va a ser tu trabajo esta noche

POV Camila

El resto de la noche fue todo. Ni una vez se rompió el contacto entre nosotras. Pero ya estaba sintiendo placer, una vez que la intensidad fue aumentada por la punta de mis labios contra su pecho seguido por el suyo entre mis piernas. No sabía como es que Lauren hacía magia allí abajo, pero sin duda alguna eso me estaba matando. De algún modo, volvimos a entrar en el dormitorio, nuestra ropa se abrió paso en el suelo y nuestros cuerpos se abrieron paso bajo las sábanas.

Lauren era realmente posesiva y aunque suene muy masoquista de mi parte me encantaba ese lado de ella. Me dejé llevar. En cuestión de segundos y ella estaba debajo de mi, lo disfrutaba tanto como yo, y me excitaba verla de esa manera.

Ella movía sus dedos cada vez más rápido haciendo presión contra mi clítoris, era tan placentero. No terminaría nunca de explicar todo lo que Lauren me hizo sentir; ella tenía sus dedos dentro de mi hasta el final de mi orgasmo, hasta que sentí débil tanto mis piernas como mis brazos.

Solamente pronuncié las siguientes palabras cuando estaba completamente sin aliento, con los brazos extendidos de modo que uno estaba cubierto por el pecho desnudo de Lauren y el otro ocupaba el resto de la cama. -Oh Dios mío. -Tarareé, dejando que mis ojos se cerraran de contenido por lo que se sentía como la décima vez esa noche. -¿Hay algo que no puedas hacer?

-No puedo hornear una tarta de lima. -Lauren murmuró, tomando mi mano y empezando a jugar distraídamente con mis dedos. -Nunca conseguí que la corteza se pusiera bien... por alguna razón, siempre salía del horno cocido desigual, suave y picante por un lado y quemado por el otro.

Cansada, incliné mi cabeza para mirarla. -Acabamos de tener sexo, y ¿ya estás hablando de pastel?

Lauren suspiró. -Sí. Fíjate en el post abrazándote, besándote, hablando de corazones en el aire, y solo quiero pastel.

Miré hacia el techo, rechinando mis molares traseros en el pensamiento. -Sabes... no veo por qué no podemos hacer que eso suceda.

Con un ruido bastante incómodo de aire fresco, el cuerpo de Lauren había cortado la distancia entre nosotras y se acurruco contra el mío. Como un dibujo de una historieta, sus ojos crecieron tres veces su tamaño mientras ella se apoyó sobre un codo y me miró.

-¿En serio? -Ella preguntó, su voz adorablemente rasposa y con tanto entusiasmo como en sus ojos.

-Lo digo en serio. -Dije, parpadeando hacia ella. -Y para que sepas, cuando te sientas así presiona tus tetas juntas, es muy agradable.

Lauren miró hacia abajo a su pecho, moviendo su cabello hacia un lado para que cubriera elegantemente su hombro. -¿Cual es tu punto?

-No tiene sentido. -Me encogí de hombros, acercándome a ella y cogiendo mi teléfono de donde estaba. -Sólo una observación.

Lauren apoyó la barbilla en mi hombro, esperando mientras encendía el móvil. La dirección que estaba buscando era para una panadería de propiedad familiar que había muerto como mi placer culpable de la infancia. Cuando la ubicación y el menú apareció en su página web, me volteó la pantalla para observar.

-¿Podemos ir? -Ella preguntó, entrecerrando los ojos en la pantalla. -Quiero pastel.

-Se puede ir. -Dejé caer el teléfono contra su rostro, arrastrando los pies bajo ella y volviendo a caer en la almohada. Rodando sobre mi espalda, la sentí descender contra mi cuello, acurrucándose allí como si fuera su lugar favorito para estar.

-Ven conmigo. -Ella murmuró.

-Oh Dios ¿de verdad crees que me voy a mudar de esta cama por el resto de la noche? -Arrojé las cubiertas sobre mis hombros, y las suyas también. -Ya casi está oscuro afuera, ordenemos una pizza o algo así y comamos aquí. -Acaricié la cama.

Reversal - Camren (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora