Epílogo

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Oí la puerta de la casa abrirse, ocho de la noche. El mismo horario de siempre, puntual, sin un minuto más ni uno menos. Deje el puré de papa de la niña sobre la mesa y limpie mis manos con un repasador. Me hubiera gustado ir a saludarlo, pero no me animaba a dejar sola a la bebe, podría hacer un movimiento para tomar el puré y caerse. Mejor esperaba a que el apareciera.

Tome una pequeña cuchara, pero antes le coloque el babero a Michelle, no quería que nuevamente manche su ropa, como era constante a la hora de que Justin la alimentara.

-Hermosas -Dijo sonriente entrando a la cocina, mientras dejaba su maletín sobre la mesada.

Por mi parte sonreí, y la niña giro su cabeza en busca de la respuesta de quien nos había llamado "hermosas". El se acerco a mí para dejar un suave beso sobre mis labios, y luego a la niña para darle uno en su pequeña nariz.

-¿Como te ha ido? -Pregunte colocando el puré en la boca de ella.
-Excelente... Agotador -Dijo cambiando de opinión en solo dos segundos.
-¿Te gustaría que te haga unos masajes esta noche? -Pregunte observando sus dedos corriendo el corto cabello de la bebe.
-Por favor -Camino hacia la nevera- ¿Compraste Cola? 
-Sip, en la puerta -Sonreí.
-Gracias hermosa -Dicho eso, voltee mi cabeza para observarlo tomar una.

Seguí dándole de comer. Mientras observaba de reojo a Justin tomar su gaseosa. Se notaba exhausto, con solo ganas de dormir. La mirada la tenía cansada, al igual que sus hombros que caían de forma un tanto pesada.

Se preguntaran como habrá sido mi vida luego de el se haya ido ¿Verdad? Bueno, cuando se marcho, estaba una semana, llorando noche y noche, pensando en su aroma, en su risa, su brillo en los ojos... todo en el. Los días, semana y meses comenzaron a pasar y con los estudios, y exámenes a veces nos era imposible mantenernos en contacto por mucho tiempo. Intente viajar a Canadá, pero el dinero no era suficiente ni siquiera para la mitad de un pasaje.

El año tenía que pasar, y solo mantenernos conectados por videos llamadas, por chat o mensajes. El entraría a la universidad, al igual que yo, al igual que todos. Si el quería podía irse a Inglaterra, y estudiar lo que siempre quiso ser. Lo hizo. Todo empeoro al haberlo visto unas fotos donde el aparecía en una fiesta del campus... Con chicas, muchas chicas. Había pensado acabar con todo, y si se podía volver a solo ser amigos. El no se conectaba, no me llamaba, no me respondía. Mientras tanto yo estudiaba arte en una escuela de Nueva York, a unas cuadras del departamento. 

Cuando por fin el mal entendido con aquellas chicas acabo, pude "confiar" en el. Con solo el hecho de saber que, tenía familia allí, y dos de esas tres, eran sus primas. Cuando los años pasaban y la comunicación era nula, si pensé en terminarlo, no podía seguir así. Lo dije, aceptamos, solo nos daríamos un tiempo... Luego volveríamos. 

Y los cuatro malditos años de universidad acabaron, el volvió, estaba... distinto. Su cabello, se había rapado los costados, era mas alto, mas... ¿Mayor? Con veintidós años, uno lo es. No entendía que pretendía que hiciéramos el día en que me pidió que lo acompañara hacia un lugar, bastante lejos. No entendí, pero cuando llegamos. Cuando hizo su propuesta... Morí por dentro. Me había pedido casarnos. Así no nos separaríamos más, viviríamos juntos y formaríamos una bonita y "grande" familia. 

Y aquí nos encontramos, dos años después con ahora veinticuatro años. Viviendo el cuento de hadas soñado, claro que hubo una que otra pelea, celos, la mayoría. Pero nada que no se pueda arreglar.

-¿Quieres ir a dormir? Te notas cansado 
-Si... Lo sé, pero aún es temprano, y mañana es sábado así que quiero acostarme tarde y dormir todo el día.
-Como quieras -Reí.
-¿Hay algo nuevo? -Sonrío.
-Mmm... Si, algo que te encantara.
-Dime, quiero saber -Río.
-Luego, ahora no puedo.
-Vamos... -Junto sus manos mientras hacia unos pequeños morros- Por mí, por Justincito
-De acuerdo... -Me queje- Espérame.

Aleje el puré de papa con la cuchara dentro, la niña golpeo la mesa enfadada. Le saque su babero e hice a Justin caminar hacia ambas.

-¿Por que debo caminar yo si ella ya puede?
-Por que tienes que ver esto
-A ver -Río.
-Dí pa-pá 
-Pa... -Dijo.
-Pa-pá -La ayude.
-Papá -Dicho eso mostró sus pequeños dientes que solo tenia cuatro, por ahora.

-¡No lo puedo creer! -Dijo Justin sacándola de su silla y estrujándola sobre sus brazos- ¡Lo dijiste! ¡Lo dijiste! 

La hizo pegar saltos en un par de momentos. Estaba perdida, ella no entendía que era tanto lo que festejaba. Aunque para Justin, era todo. Hace dos meses intentaba que lo diga luego de decir "mamá". 

-¡LO DIJO! -Grito riendo.
-Tranquilo -Bese su mejilla. 
-No, no puedo estarlo -Río- Dilo de nuevo. Pa-pá 
-Papá, papá 

Ella comenzó a aplaudir, casi siempre que veía a alguien reír, lo hacía. La sonrisa de Justin no podía desaparecer de su rostro. Era increíble la felicidad que tenía. Era la misma que... cuando nos casamos, cuando le dije sobre mi embarazo... cuando le dije en plena mitad de la noche "Ya viene la bebe". Todo era increíble. Mi amor virtual... Tal vez no tuvimos una historia larga, solo nos habíamos visto dos veces, fuimos "novios". Nos dejamos por temas, nos casamos y mirarnos hoy, así... Es genial.

-Dilo de nuevo -Dijo el sentándola sobre su pequeña silla, la niña bostezo cansada.
-La cansaste -Reí.
-Tal vez... Dios ¿La escuchaste? ¡Esa vocecita diciendo papá! Es tan... especial ¿No lo crees? 
-Claro que si -Sonreí.

Un corto silencio se formo al notar la niña comenzar a cerrar los ojos y dar unos largos bostezos, mientras estiraba sus pequeños bracitos. 

-¿La llevamos a dormir?
-Si... sería la mejor -Dije.
-Yo la cargo 

La tomo suavemente sobre sus brazos, y dejo que ella colocará su cabeza en su hombro para refregarse en el un par de veces. Cuando llegamos a su habitación abrí la pequeña y corta sabana que la cubría. Justin la apoyo allí, sin antes dar un beso en su frente. 

Lave las cosas de la cocina, acompañada de las manos de Justin en mi cintura. Cuando logre terminar con ellos. Apague las luces poco a poco mientras salía de cada uno de los lugares. 

Entramos a la habitación, yo estaba con mi bata, y debajo de ella tenia un camisón que más o menos me llega un poco arriba de mis rodillas. Justin se desvistió, se quedo en boxer. Como siempre, y se introdujo en la cama.

-Te haré mañana los masajes –Reí.
-No te preocupes –Beso mi cuello mientras enredaba mi cintura- Estoy… tan alegre.
-Lo sé –Reí.
-Es fabuloso… -Dijo, yo bese sus labios- Descansa _____, te amo
-Y yo a ti –Sonreí- jamás, JAMAS lo olvides.
-Nunca –Sonrío- Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
-¿Sabes algo? Aún eres... mi amor virtual.

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Esto ha sido todo. Espero que les halla gustado la novela. ¿El epilogo podria tener 20 votos? seria genial si puedieran. Bueno chicas ¿pueden pasarse por el farsante?. Me encantaria que votaran y comentaran. 

Eso ha sido todo gracias por leer. 

                                                             Atte: Agus Swag

Amor Virtual. Justin y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora