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Al día siguiente Mario se levantó temprano para ir a trabajar, se despidió con un beso en la mejilla, que rechace, después de que Mario saliera de la habitación, trate de quitarme el pañuelo de la boca y la corbata con la que me ató a la cabecera de la cama, Mario regresó con su pijama puesta y me desató y quito el pañuelo de la boca, me levante lo más rápido que pude y me fui a bañar.

Después de todo lo que ocurrió esa noche Mario no dijo nada, en fin, baje a desayunar y después a vestirme, las piernas aún me dolían de lo que ocurrió apenas y me podía sostener.

La mañana se pasó muy rápido y otra vez estaba comiendo, no tenía que hacer así que decidí ir a ver el despacho de Mario para seguir investigando un poco más sobre el supuesto dueño de la casa.

Abro la puerta del despacho y entró, todo está limpio y acomodado, así que tengo que dejar yodo en su lugar cuando me vaya.

Voy a su escritorio, trató de abrir el cajón donde supuestamente tiene las escrituras de la casa, pero no abre; tiene seguro, busca un objeto con el cual pueda abrirle cajón y lo que encuentro es un abre cartas, lo tomó y trató de abrir el cajón por más que trate de abrir el cajón con el abre cartas no lo voy a lograr, necesito algo más delgado y fino.

Salgo del despacho y voy a la habitación, busco en mi joyero con lo que pueda abrir el cajón, y veo un pasador puede que si funcione nunca lo eh intentado, pero nada es imposible, lo tomó y busco en el cajón del mueble que está a un lado de la cama y me encuentro con un empujado de cutícula, lo tomó y salgo de la habitación en dirección al despacho, llego y me colocó detrás del escritorio para tratar de abrir el cajón, me apresuró antes de que Mario llegué, por que si llega Mario no dudará en repetir lo que pasó una vez en este despacho, sólo de pensarlo me ocasiona temor y vergüenza.

El cerrojo del cajón no abre por más que lo intente, me rindo y me recargo en el librero, pienso una y otra vez pero no logró descifrar cómo lo abriré.

De repente se escucha cerrar la puerta de la entrada de la casa y claro Mario a llegado, tomó las cosas que trague, me encaminó a la puerta, pero eh olvidado que no eh dejado el abre cartas en su lugar, me regresó y no lo encuentro, me pongo de rodillas para ver si está en el suelo pero no ahí nada, escucho unas pisadas acercarse y me trató de levantar pero me golpeó con el escritorio.

Escucho más cerca las pisadas y me levanto sin hacer ruido, me recargo en el escritorio para levantarme mas fácil, camino en dirección a la puerta y por desgracia no encontré el abre cartas.

Salgo lo más rápido y corro en dirección a la habitación, afortunadamente  no me topé a Mario en mi trayecto a la habitación, llegó abro la puerta, entró y cierro, dejó Las cosas que traía en la mano y tomó un cambio de ropa y una toalla, entró al baño, abro el grifo de la regadera y me quitó la ropa, entró a la regadera y Me baño lo más rápido que puedo, salgo de la ducha y me cambió, no pienso salir en ropa interior a la habitación y menos suponiendo que Mario esté ahí afuera.

Salgo del baño y me encuentro a Mario parado de espaldas.

No logró evitar ponerme nerviosa, espero que no haya ido al despacho, si encuentra el abre cartas fuera de su lugar va a sospechar de que estuve hurgando sus cosas.

sin hacer ruido voy directo a la puerta.

en donde estabas? ---dijo Mario.

me detuve y me quede de espaldas.

quieres que te vuelva enseñar como consigo mi placer ? ---dijo Mario yendo por mi espalda, pegándome a la puerta.

aléjate ---dije con voz temblorosa.

FORZADA (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora