5. Pesadillas

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Para Star, había tenido la peor semana de su vida según ella, temía lo peor al levantarse de su cama y realizar su nueva rutina diaria.

Mientras que Marco sólo consideraba a su vecina como un juguete de estorbo, jugando con ella como si no le importara nada.

"Maldito chico malo cara bonita, ojalá algún día tu reputación se vaya a..."

Suspiró y seguido dio un pequeño grito ahogado escuchando sus pensamientos que la tenían loca una y otra vez.

Ya en la parada de autobuses apareció Marco con sus auriculares puestos percibiendo canciones rockeras que se escuchaban como pequeños susurros.

Apunto de subir al autobús Marco se adelantó empujándola del hombro dejándola en el suelo. Parándose rápidamente, subió y se dirigió al fondo donde nadie la vería.

Llegando a la escuela, la oji-azul sacó un libro de su mochila para dejarlo en la biblioteca, el castaño de piel morena perseguía en secreto a su enemiga.

Para el no era interés, si no, era para conocer sus virtudes y convertirlas en defectos. Iba detrás de ella esperando algo embarazoso que nunca sucedió.

Entró a la biblioteca sin antes decir: "Se que estás ahí Diaz, te vez ridículo al perseguirme"

Quedó estupefacto por sus adentros, él no mostraba expresión alguna, sin perder el rastro de la rubia siguió detrás de ella.

Fue al fondo de la biblioteca y así simplemente para acorralar a su presa. Ella se mostraba indiferente y él algo interesado cuando sus rostros se miraban mutuamente.

-Todas las chicas caen a mis pies ¿lo sabías? -preguntó mirando los ojos azules de la rubia usando un tono seductor.

-Yo no soy todas las chicas -admitió, quitando el brazo derecho del mexicano dónde se sujetaba haciendo que cayera al suelo.

-Oh, vamos, yo causó esa sensación en las chicas es dulce -comentó alardeando.

-Eres un asco, hipócrita -las palabras resonaron en la mente del chico, simplemente paro en seco y ella continuó caminando.

-Vaya...que carácter -sonrió de lado, notó una pizca de odio en sus palabras sin dejar de resonar en su cabeza.

"Alumnos, es hora de entrar a las aulas, repito, es hora de entrar a las aulas"

Dijo el altavoz, el chico dio un bufido y seguidamente fue a clase. Ya estando en el aula se encuentra con la misma chica que había cambiado su vida.

Eso se había vuelto molesto para él, rematando que a su lado era el único asiento desocupado.

-Señor Diaz, llego algo tarde, tomé asiento -se impresiono la maestra al volver a ver al mencionado.

-No tengo tiempo para esto maestra -dijo desinteresado.

-Y yo tampoco -rodó los ojos sarcásticamente.

-¿Qué estas haciendo? -susurró el castaño a su compañera.

-...

-Pst!

-¿Qué quieres? -preguntó cortante.

-Cambiame el puesto...

Rogó el chico, en cuanto vio la expresión de la muchacha, una sonrisa triunfante se asomaba mirando la pizarra.

Mi mejor error [Starco AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora