Uno

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Cuando Barton anunció que la cena estaba servida todos se dirigieron a la mesa.

Natasha escuchó por primera vez la voz de los niños cuando se quejaron con su madre de que querían seguir jugando y aseguraron que no tenían hambre; sin embargo Emma los obligó a levantarse y les prometió que iban a volver a jugar luego. Los observó bien; descubrió que Tyler, el más pequeño, tenía un sorprendente parecido a su tío. La pelirroja supuso que Barton lucía así en su infancia —dejando de lado que su sobrino era nuy flacucho y con futuro de seguir siendolo— y se alegró al sentir que obtenía más datos de la vida del arquero, aunque no haya sido comprobado.

Ya en la mesa, comenzaron a servirse la comida. El menú era sencillo pero variado. Había un poco de carne con papas, diferentes ensaladas y hasta pasta. No se tardó en retomar la conversación que habían dejado en el living antes de acercarse a la mesa. La pelirroja comenzaba a sentirse cómoda entre ellos y hasta bromeó con el hermano de Clint. Kate la hacía reír mucho, y se permitió alagar a Emma por lo bien que cocinaba.

En un momento, cuando notó que Tyler —que estaba sentado al lado de ella junto con su hermano— no podía cortar un trozo de carne y prácticamente luchaba con éste, Natasha le ofreció ayuda con un gesto un poco tímido e inseguro (nunca había tratado con niños antes). Al escuchar la voz de la pelirroja, Tyler se percató de su presencia por primera vez, no le había estado prestando atención en lo más mínimo. Él no le respondió, se quedó observándola fijamente, sin expresión alguna.

—Tyler —le habló Emma. Él no dejó de mirarla—, Natasha te hizo una pregunta, contestale.

Miró un momento a su madre, volvió la mirada a su plato y solo asintió con un movimiento enérgico de cabeza. Natasha tomó los cubiertos del niño y con cuidado le corto la porción de carne en cubitos. Le dedicó una sonrisa antes de devolverle el cuchillo y tenedor.

—Gracias —Tyler susurró bajito y siguió comiendo.

Para la pelirroja, ese niño le resultaba adorable. No creyó que se iba a llevar bien con él hasta que, mientras la cena se desarrollaba cómodamente, fue Tyler quien se animó a pedirle ayuda con el siguiente trozo que tomó de carne. Luego le pidió que le sirva bebida porque la botella era muy pesada, le señaló la ensalada para que se la pasara y cuando tomó confianza, le preguntó —aunque lo sabía— cómo se llamaba, también cuántos años tenía, cuál era su color favorito y su videojuego preferido. Natasha, respondió todas las preguntas con su rostro reflejando diversión y les hizo las mismas a él. Tyler se emocionó cuando la espía le respondió que su color favorito era el rojo, ese era su color favorito también.

Barton no se molestaba en disimular la felicidad que sentía. Le resultó gracioso, de todas formas, que su sobrino se haya hecho amigo de la pelirroja con tanta facilidad, cuando él sentía que le costaba demasiado. Le hubiera gustado volver a la infancia, donde te hacías un amigo por tener una sola cosa en común o cuando tan sólo se lo pedías.
Terminaron de comer, y lo primero que hizo Tyler fue invitarla a Natasha a jugar con ellos. Ella accedió, y el niño la tomó de la mano como si nunca hubiera existido falta de confianza y la llevó a las corridas hasta la consola de juegos, donde su hermano Josh los estaba esperando.

Mientras Emma ayudaba a Kate a levantar los platos sucios y demás de la mesa, Barton se asomó a la puerta del living, se apoyó en el umbral con los brazos cruzados y contempló a sus sobrinos y a Romanoff jugar. Detuvo la mirada por unos segundos en la espía, que parecía analizar y estudiar el juego con detalle para tratar de comprender cómo se jugaba. Le resulraba extraño verla sentada en el suelo entre medio de ellos dos porque desencajaba a simple vista, pero se podía acostumbrar a esa imagen.

—¿Debería preocuparme? —oyó la voz de su hermano detrás de él. Hablaba lo suficientemente bajo para que los niños no lo escucharan.

—¿De qué? —preguntó Barton, sin correr la mirada de ellos.

—De ella, Clint —contestó, su tono resaltó que la respuesta era una obviedad, por lo menos para él. Se acercó al arquero y se apoyó en el otro costado de la puerta.

Clint observó a su hermano, se lo notaba preocupado.

—A Tyler sorprendentemente le cayó bien tu amiga —prosigió Barney—, y recuerdo lo que me contaste de ella antes, de lo que solía hacer. Y de que mató a varios niños en una ocasión.

—Esa vez fue un accidente. Además ella cambió. Todo eso quedó en el pasado. Y lo que sucedió en el pasado ya no importa, lo sabes, Bar.

—El pasado construye a la persona que somos hoy, Clint. Eso también lo sabes.

—Si no confías en ella está bien, lo entiendo. Pero sí confías en mí... y a pesar de que no tengamos una relación más estrecha, yo confío en ella. Así que no te preocupes por Romanoff. Ya no es lo que era antes, cambió. Natalia murió en el pasado.

—No quiero sonar exagerado, Clint, lo siento. Es solo que quiero saber si mis hijos están a salvo a su lado. Solo eso.

—Lo entiendo, Bar. No dejaría a mis sobrinos acercarse a cualquiera, no te preocupes. —Volvió la mirada hacia los tres cuando los escuchó reír—. A Romanoff parece que le agrada Tyler, y te puedo asegurar que no hay lugar más seguro que al lado de ella. Incluso está más a salvo a su lado que en el mío. Cuando Romanoff quiere proteger algo... te aseguro que lo hace.
—Eso espero.

Luego de que se haya generado una pausa, Clint habló:

—¿Sabes lo primero que me dijo cuando finalizamos la primera misión juntos para SHIELD? —Le preguntó, mirandolo a los ojos. No esperó a que su hermano respondiera para seguir— Que si se volvía a convertir en la que era antes, que yo mismo la matara. Me hizo prometerlo encima.

Barney no respondió, estaba mirando atentamente a ese pequeño grupito jugar e imaginando el momento en el que esas palabras salieron de la boca de la espía. También trató de contemplar mentalmente cómo había sido la reacción de su hermano después de escucharla. Probablemente no fue una que Romanoff haya querido, pero Barney estaba seguro que esa promesa su hermano no la iba romper, lo conoce.

—La ayudé a salir de ese infierno que tenía de vida —continuó Clint—, pero ella me salvó la mía aquella vez en Europa. Y lo hace en cada misión que vamos. —Apoyó su mano en el hombro de Barney—. No te preocupes por ella, hermano.

Barton ingresó al living y se acercó hacia ellos. Se paró en frente del televisor tapando la visión con la intención de molestarlos y los tres que estaban sentados en el suelo lo miraron molestos.

—¡Tío, apartate! —le gritó Josh, casi desesperado, tirándole manotazos para que se moviera. Tyler también protestó. Clint se río cuando hasta incluso Natasha se quejó. Ella iba ganando.

—No sean malos, yo solo quería preguntarles si querían postre. Pero por lo que veo no.

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¡Hola! Falta muy poquito para año nuevo, así que te deseo un muy feliz 2017, que lo pases muy bien y que sea el mejor año de tu vida.

También falta muy poco para que esto se termine, voy a tratar de terminarlo antes del 2018 (soy muy lenta actualizando a veces) 😂.

Muchas gracias por leerme, el capítulo fue corto pero espero que te haya gustado. ¡Saludos! 😘

-Cami

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