Capítulo Once

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Cuando llegaron a lo de Tiffany, Yuri se había quedado en silencio. Pensaba en ese beso que le había dado la castaña, admitía que no se lo esperaba y la había pillado con la guardia baja. Quería repetirlo pero acababa de rechazarla hace unos minutos y creyó que eso podía haber molestado a Tiffany. A ella no solía importarle lo que la otra persona pensara pero esa vez era diferente.

Ambas seguían en el auto; no querían que la noche termine ahí.

Entonces Yuri se tragó sus prejuicios y agarró a Tiffany del rostro y la besó con todas las ganas que se venía conteniendo. La castaña le siguió el beso y por unos segundos se olvidaron de todo.

Cuando se separaron Yuri le sonrió y Tiffany jura que esa sonrisa era la más bonita que habia visto en su vida.

-¿Qué fue eso? -preguntó la castaña, asustada de saber la respuesta.

Yuri también quería saber qué había sido eso, a veces no podía controlar sus impulsos y las emociones que estaba experimentando en ese momento de su vida no le ayudaban mucho. Por un instante, se olvidó de Jessica.

-La verdad; no sé por qué lo hice. Pero de alguna forma me atraes.

El mundo de Tiffany se detuvo por lo creyó ser un segundo eterno. Sintió un escalofrío recorrer su espalda y las ganas de abrazar a la morena las desahogo con su almohada más tarde.

-Entiendo- es todo lo que logró decir, no pensaba con claridad y quería estar sola-Buenas noches- se bajó del vehículo para entrar en su departamento sintiendo una mezcla de alegría y confusión. Estaba en un estado de trance que le causó un insomnio que le duró días.

En el trabajo no lograba concentrarse.
Al día siguiente no tuvo oportunidad de hablar con Yuri pero en el fondo creyó tener suerte de que así sea, su corazón todavía latía con vemehencia al solo recordar aquellos labios que la volvían loca.

Hubo una tension inquientante entre ambas. Seohyun no ayudaba mucho que digamos.
La pelirroja no había vuelto a tener un encuentro con Hyoyeon a pesar de que se moría por verla.
Cada vez que quería a preguntarle a Tiffany por ella, se acobardaba al recordar lo que habían hecho en el departamento de la castaña.

Seohyun se había tomado muy en serio a la rubia, los primeros roces que tuvo con ella más la vez en que estuvieron juntas eran algo en lo que no paraba de pensar.

Podía hablarle pero no tenía su número, en ningún momento se lo pidió. Pero había algo más, tenía miedo. Miedo a haber sido algo de una sola vez y que Hyoyeon no quiera volver a saber nada de ella.

El destino la puso en su camino una tarde que estaba haciendo las compras para la cena.

Estaba buscando los ingredientes para la salsa cuando escucho la risa de la mujer que atormentaba sus pensamientos, dulce y amarga a la vez, la recordaba de memoria.

Se dió vuelta esperando verla pero la decepción la derrumbó al verla tomada de la mano con un hombre. Atractivo, alto, vestido de jeans y una remera de color mostaza; conversaba con Hyoyeon sobre algo aparentemente interesante mientras la rubia solo reía alegrando los oídos de Seohyun.

Hyoyeon la vio y ambas se tensaron por un momento pero cuando el hombre le pregunto a la rubia quien era la muchacha pelirroja parada a un metro de ellos, ambas volvieron a la realidad. Su contacto visual fue llamativo porque por un segundo se relamieron los labios al mismo tiempo y la tensión era notable.

—Se llama Seohyun, es amiga de mi prima Tiffany—dijo Hyoyeon mientras con una mano acariciaba su pelo tratando de quedarse tranquila.

La pelirroja ya se esperaba un trato frío conociendo lo poco que había llegado a ver de la rubia, frunció sus cejas pero luego sonrió.

—Hyoyeon, tenía ganas de verte—dijo mientras le daba un saludo con la cabeza y miraba al hombre que se había mantenido en silencio en lo que ambas mujeres se comían con la mirada. Cualquiera pensaría que era sólo un amigo de la mujer de cabello claro pero la manera en que Hyoyeon le apretaba la mano buscando desesperadamente mantener una postura inquebrantable hacia dar la idea de que era una pareja que no se amaba.

—¿En serio? Deberías darme tu número—era bastante obvio su coqueteo pero el pobre tipo no podía sospechar nada porque su estrecha mente llena de prejuicios se lo impedía.

Entonces Seohyun tomó el celular que Hyoyeon le extendió y puso ahí su número sintiéndose aliviada de que por fin podría ponerse en contacto con ella pero la rabia que sentía en el fondo por verla con ese hombre no se disipaba.

Luego de eso cada una se fue por su lado y Seohyun preparaba la cena cuando recibió un mensaje de texto de Hyoyeon con palabras simples y no tan secas.

«Anota mi número, soy Hyoyeon»

Mientras tanto Tiffany estaba exasperada porque llevaba más de tres dias sin ver a Yuri en la empresa, ella no era la única preocupada, todos estaban agitados porque la presidenta a cargo no estuviese presente cuando quedaba menos de dos días para el desfile que se transmitiria por televisión.

Todos los años era bien sabido que Croilet hacia la presentación de primavera y el desfile donde participaban diecinueve modelos de renombre internacional era transmitido por uno de los canales con más rating en toda Corea del Sur.

La castaña ya harta de no tener noticias de la morena decidió ir a su departamento a buscarla ya sin importarle si la otra llegaba a enojarse.

Tocó el timbre y no contestaba nadie. Tocó de vuelta y no sabía si sorprenderse por la voz que escuchó.

—¿Quién es? —fresca y suave, la voz de Yoona se hizo oír por el parlante ubicado al lado del timbre.

No quería hacerse ideas malas sobre la presencia de Yoona ahí pero le era inevitable, tenía muchos celos de ella.

—Soy Hwang Tiffany— respondió sutil y sin parecer nerviosa.

Por unos segundos no se oyó nada más que el ruido urbano proveniente de la calle.

—¿Tiffany? ¿La secretaria? Ah, pasa.

Y sin vacilar Tiffany abrió la puerta que se activó gracias a Yoona y subió por el ascensor.

La puerta del departamento ya estaba abierta y Yoona estaba poniéndose una chaqueta. Tenía una cartera colgando del codo y cuando terminó de vestirse se dió vuelta.

—Gracias por venir, necesitaba irme—dijo mientras parecía apurada.

—No entiendo ¿Qué pasó? —pregunto Tiffany sin entender la actitud de la otra.

—No tengo tiempo para explicarlo, mejor entra y verás.—Dicho esto, se fue por el ascensor y Tiffany no volvería a verla por un tiempo.

Metiéndose en el departamento y cerrando la puerta detrás de ella, encontró todo un desastre por lo que se conoce como pasillo, calzados y ropa tirados en el piso, restos de comida chatarra.

—¿Yuri?—no obtuvo respuesta. Vio una luz que venía del final del pasillo y fue hasta ahí, era la habitación donde encontró a la morena acostada en su cama con el sueño de un muerto.

Incontables situaciones se le vinieron a la mente imaginándose como la morena había terminado así. Sus celos, esos jodidos celos que le provocaba la presencia de Yoona.

Ya que estaba ahí decidió ponerse a ordenar el desorden que había. Levantó la ropa del piso y la guardó, limpió el piso, sacudió las cortinas y lavó los trastes que había en la cocina. Tiró los restos de comida chatarra y cuando estaba por sacar un aerosol desodorante se detuvo.

—¿Por qué hago esto? ¿A qué vine?

Su mente se nubló y solo pensaba en la reacción de Yuri cuando se despertase y viese lo que hizo.
¿Se enojaría? ¿Se molestaría por qué entró a su departamento?

Tiffany no quiso quedarse a averiguarlo, tomó sus cosas y salió hasta el ascensor cerrando la puerta tras ella, exaltada porque en el fondo quería quedarse hasta que la morena despierte, iba dando golpecitos con la punta de su zapato.
Creía que en vez de enfrentarla primero tenia que pensar lo que le iba a decir, porque ambas se gustaban ¿No?

How can i make you love me? Yulti [Yuri x Tiffany]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora