Prologo

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-Dos de mayo del 2035 ,Brooklyn, Nueva York, caso de Haley Anderson, 22 años de edad, nacida en San Diego, California, el 15 de Junio del 2013, mujer, 1.65 de alto, ojos grises, piel blanca, cabello blanco. Se le acusa de asesinato, robo a mano armada, violencia, saqueo, trafico de drogas, lavado de dinero, fraude, estafa, trata de blancas y secuestro. Su sentencia es pena de muerte sin embargo, no omitire la ley numero 157 de derechos humanos a criminales que dice que le doy dos años de prisión en busca de una segunda oportunidad, si logra mostrar mejora, habrá un segundo juicio para cambiar su sentencia, de otro modo, pasado los dos años, su condena sera la muerte. Culpable.

Escuchaba como la secretaria a lado del jurado tecleaba tan rápido todo lo que decía el juez, tan rápido que parecía imposible. Al decir la palabra "culpable" dio un pequeño golpe con su mazo y luego se levanto para darse media vuelta e irse, como lo hizo todo mundo en ese lugar, mi abogado defensor que realmente me hubiera servido mas defenderme yo misma, solo me ha dicho "no puedo hacer mas, te veré en dos años" y se ha ido, me hubiera defendido yo si no ha de ser que no quería perder el control y matar mas gente. Debía de controlarme.

Desde un punto de vista de cualquier persona, se podría decir que soy un monstruo sin corazón, ¿como he podido hacer tantas atrocidades? Fácil, no mentire, ellos mienten, no he hecho todo aquello, se equivocan con las tratas de blanca, secuestro y lavado de dinero. Lo demás lo he hecho yo. Las personas que no me conocen me juzgaran pero yo tengo mis motivos del por que lo hice.

Estaba encadenada de las mano y los pies con una sola cadena, fui muy buena en lo que hacia y siempre lograba escapar.

Empecé vendiendo droga a los 16 años después de dos años de que mis padres me abandonaran y cansarme de vivir en la calle. Al principio solo eran narcoticos: mentafetamina, adrenalina y morfina que robaba del hospital al que tenia acceso por el descuido de una enfermera al romperme el brazo y quedar en el hospital gracias a mi seguro medico, es decir no me costo nada estar en el hospital, robe su llave y la duplique, después la regrese discretamente para que no cambiaran de chapa, es lo que hacen para evitar riesgos al perder una llave, pero las enfermeras no solían decir que la habían perdido o les costaría su trabajo. Era muy buena ladrona. Pero no muy grande traficante por lo que los grandes en el negocio se enteraron y me obligaron a trabajar para ellos vendiendo algo mejor y mas caro: crack, cocina, mariguana, heroina, etc. Ya no simplemente eran químicos farmacéuticos, si no algo mas grande.

No me quejo me pagaban bien y de uno u otra forma terminaría en el negocio ya que con el tiempo cambiaron la chapa, se tardaron 3 meses en darse cuenta que alguien les robaba para cambiarla, pero para ese tiempo yo ya trabajaba para uno de los mas grandes en el negocio de San Diego, no solo manejaba San Diego si no casi toda California. A veces salia en viajes de "negocio".

Después de unos años mi habilidad creció, y no hablo de mi habilidad de robar y traficar, hablo de la habilidad por la cual mis padres me abandonaron y después de una pelea que tuve con mi jefe, lo mate, sin siquiera tocarlo, lo que no sabia es que el tenia influencias del gobierno y para la ley el era un hombre "respetable", en todas partes hay corrupción, después se descubrió que fui yo quien lo había matado, no se pudo comprobar nada concreto, pero alguien se encargo de que hubiera pruebas debiles para eso. Aun que solo existía un video donde el se pone las manos al rededor del cuello intentando respirar, el aire se le iba.

Alguien puso una frasco vacío de veneno en mis cosas en el departamento donde vivía, una botella con mis huellas en el escritorio del jefe con un contenido de agua con veneno del frasco ya antes mencionado y una pequeña alteración en el documento de su autopsia para que dijeran que yo lo había envenenado y por eso no pudo respirar. Mienten! De nuevo mienten, yo no lo envenene, realmente no pude explicar lo que paso esa noche pero dos años después de mi sentencia en el juzgado lo comprendí.
Ese día lo mate sin tocarle, pensando en que lo ahorcaba con mis manos, y ahí estaba el sin poder respirar, aun que tenia miedo una parte de mi lo disfrutaba y se quedo ahí hasta asegurarse que estaba realmente muerto. Creo que dejar mis huellas en su yugular al comprobar que estaba muerto no fue buena idea, pero no pude controlarlo, era como si alguien pensara por mi.

La Hija Del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora