Nacimiento Del Mal

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La hambulancia salio a todo lo que daba mientras en la cabina de atrás tenian a una mujer de unos 33 años, esperando a su primera hija, de un matrimonio de 8 años. Ella no podía embarazarse hasta que cumplió 33, ella era estéril pero algo que, no podian explicar los doctores, paso, y quedo embarazada. Ella y su esposo Edd esperaban con ansias a su primer bebe.
-Despejen- dijo uno de los paramedicos y soltó choques eléctricos en su pecho. La mujer en la camilla no reacciono. -La perdemos.- informo, juntando las planchas una con otra, frotandolas. -Despejen.- repitio por segunda ocasión y pego las planchas en el pecho de aquella mujer, de nuevo. El cuerpo que yacia en la camilla respiro hondo, había regresado, su corazón había vuelto a later.
Uno de los dos paramedicos que estaba en la pequeña cabina trasera puso un aparato en su boca que funcionaba para darle respiracion desde un tubo que se conectaba a una maquina.

-Por favor, Megan, no me dejes. No podre criarlo sin ti.
Dijo Edd, su esposo, tomandola de la mano. En la mano tenia dos agujas, una que le daba suero y la otra sangre. Realmente Megan estaba en una situación determinante. Estaba entre la vida y la muerte. Edd habia presenciado como casi pierden a su esposa y como la recuperaron.

5 minutos después llegaron al hospital central de San Diego, California. Ahora eran 3 enfermeras y un doctor quien llevaba la camilla a cuidados intensivos y claro, Edd.
-Lo siento, señor, hasta aquí puede pasar.
Dijo una de las enfermeras deteniendolo. El coloco sus manos en su cabeza, desesperado. Asustado.
-Por favor señorita... -dijo buscando su apellido- Rayan, necesito entrar.
-Lo siento, señor, pero tiene que esperar aquí.
-¿A donde la llevan? ¿Que le harán?
-La llevaremos a cuidado intensivo, empesaremos con trabajo de parto. Es todo lo que le puedo decir, espere en la sala 7C, cuando terminemos alguien le informara.

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Entraron a una sala donde había 7 enfermeros y un doctor. El problema de Meg era algo grande y corría peligro su vida. La mujer en la camilla había despertado aun con el respirador, se lo quito.
-¿Edd? ¿donde esta Edd?
Pregunto casi en un susurro.
-Señora Anderson... -dijo una enfermera acercándose y colocando de nuevo el respirador en su boca.- ...el esta bien, ahora ocupamos que se relaje ¿de acuerdo?
La mujer asintió y se relajo. Estaba perdiendo la conciencia por segunda ocasión, el aparato que indicaba sus latidos del corazón comenzó a anunciar que su ritmo cardíaco estaba bajando. Ella seguía entre despierta y dormida.
-Señora Anderson quédese conmigo, no se duerme, vamos, quédese aquí. -Dijo la misma enfermera, sabiendo que si se quedaba inconsiente de nuevo su corazon se pararía.

Su ritmo bajaba con forme ella se iba quedando dormida. Así pues Megan logro luchar contra la pesades de sus ojos pensando en su deseo mas grande: tener una hija. A la que conocería pronto. Lucho contra aquel cansancio que sentía durante 3 horas, pensando en su bebe.
Al momento que sacaron al bebe de su vientre algo raro paso, no escucho ningún grito ni llorido de aquel bebe.
-¿Que esta pasando? - dijo megan preocupada, temiendo la respuesta - Quiero a mi bebe, ¿por que no ha llorado? ¡Quiero a mi bebe! -grito esta ves mas insistente.
Su corazón ahora iba en aumento, si seguía así podría pararse debido a su estado. No podría ni alterarse tanto, ni relajarse tanto.
-Apliquen sedante. Enfermera. -Señalo a uno de los enfermeros que aplicaran el sedante y a otra enfermera que fuera por el bebe que no mostraba señales de vida. Así hicieron cada uno lo que les mandaron. La señora Anderson aun gritaba pero cada ves con menos intensidad.
La enfermera tomo al bebe que parecia muerto en sus brazos. Cuando lo vio a los ojos algo no común de los muertos paso. La niña parpadeo.
-Doctor, esta niña no esta muerta. Vea la.
El doctor la vio sonreir y parpadear sin emitir ningun sonido, entonces creyeron que era sorda-muda, se equivocaban.
Se la acercaron a la Megan quien estaba a punto de quedar sedada.
-Felicidades señora Anderson, tiene una hermosa bebe. -dijo el doctor colocándosela en la
las manos.
-Mi... bebe. -dijo Meg feliz. Apenas en un susurro por culpa del sedante. Luego callo en un sueño. Le retiraron al bebe.
En el aparato marcaba que estaba ya estabilizada y fuera de peligro. La movieron a un cuarto normal.

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Sentado viendo las horas pasar, viendo como el reloj giraba lentamente recordaba la primera ves que quisieron tener un hijo y se les informo que ella era estéril, el dolor que sintieron, pero con el tiempo lo superaron, 8 años despues al darle la noticia que estaba embarazada, la emoción, ambos querían ser padres.

Lo deseaban hace tiempo pero el no sabia de los riesgos, en cambio, Megan si, sabia que podía perder su vida, sin embargo decidió arriesgarse, no solo pensando en ella, si no pensando también en lo mucho que lo deseaba Edd. No le comento nada de los riesgos por que sabia que de otra forma no dejaría que ella lo intentara. No importaba si ella tenia que abortar y matar al bebe, no la dejaría arriesgarse.
Después de 3 horas y media, le hablaron.
-¿Señor Anderson?- pregunto una enfermera y Edd asintió. -Felicidades, es padre.- dijo la enfermera. -sigamé.- ordeno y se dio media vuelta para caminar.
-¿Como esta Megan?- Pregunto Edd tomándola de la muñeca para evitar que siguiera caminando, al darse cuenta la solto de inmediato.
-Estará bien, pudimos estabilizarla. Pero sera mejor no molestarla por ahora. Sigamé, le mostrare donde esta su bebe.
-¿Pero Megan? Esta bien ¿cierto? ¿fuera de riesgos? ¿cierto?
Pregunto temiendo la respuesta. Nervioso, la voz le temblaba al igual que las manos.
-Fuera de riesgos. - Sonrió la enfermera. - Ahora sigame, es por aquí.
Edd lo siguió sin decir nada mas, la noticia lo había tranquilizado. Siguió a la enfermera dos pisos arriba donde tenia a los bebes.
-Esa de ahí... -Dijo la mujer de uniforme blanco apuntando con el dedo- es la suya. La numero HA6.
El hombre la veía encantado. Pero una ligera preocupacion recorrió sus venas al ver a la niña que estaba conectada de un aparato.
-¿Que es el aparato? -Se le borro la sonrisa al preguntar, y el miedo volvió a el. -Esta bien ¿verdad?
-Esta fuera de peligro, la maquina le esta dando nutrientes que necesita. A nacido débil, demasiado debil, nació con los ojos grises y eso es señal de que perdió mucho aire, y le faltan ciertos nutrientes, sin mencionar que es prematura y necesita calor. Le quitaremos el aparato dentro de 6 horas. Para entonces la podrá tener en sus brazos, estará bien.
-¿Puedo ver a Meg?
-Puede verla por fuera del vidrio señor, ella se recupera, perdió mucha sangre y el trabajo de parto no fue sencillo para ella. El doctor le ha dado un sedante para calmarla. Cuando despierte puede entrar a verla.
Dicho esto bajaron al piso que estaban desde un principio.
La vio por fuera del vidrio. Estaba dormida con un respirador y dos agujas adheridas a su muñeca con sabanas blancas en una cama de hospital ya no en una camilla de ambulancia. La maquina que estaba unida a ella con un aparato en el dedo, marcaba su pulso y ritmo sanguíneo. Lo marcaba normal. Ya no estaba en peligro.
Entonces, por primera ves desde esa mañana, se relajo, tomo aire y decidio salir. Buscando un regalo para su nueva niña. Encontró en la calle a un hombre que vendía cosas artesanales y le parecio bonito aquel collar con una preciosa piedra azul casi blanca. Con un signo poco común que nunca había visto en su vida y las letras "HA6" impregnadas en ella. No se dio cuenta que ese patrón con 3 dígitos se repetiría en la vida de su hija mas de una ves.

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Pasadas las 6 horas pudo ver a su hija. La cargo en brazos, por primera ves, le coloco aquel collar con un signo en especial y la piedra preciosa con un codigo inpregnado en el. La enfermera lo dejo bajar a la niña hasta con su mujer, hasta con Meg, que ya estaba despierta. Los ojos de la niña no habían cambiado de color, seguían grises, la enfermera no pudo explicar por que, pero como todos sus signos vitales parecían normales decidieron hacerle pruebas mas tarde.

Edd bajo hasta el cuarto de Megan. La encontro despierta, con una gran sonrisa al ver a su esposo con su hija en brazos.
-Edd, es una preciosa niña.- Dijo Meg apenas el había puesto un pie en la habitación. -vamos, déjame cargarla.
Apoyándose en un codo con mucha pesadez por las heridas que había dejado el trabajo de parto se puso sentada con espalda pegada contra el respaldo de la cama. Edd le paso a la niña.
-Lo hemos conseguido Meg. -dijo el viendo a su progenitora. Feliz, pronto Edd abrazaba a su esposa que estaba en la cama y la esposa abrazaba a su bebe que estaba en sus brazos. Parecían una hermosa familia, lo parecian.
-Pero que bien se ven como familia, señores Anderson -dijo una enfermera entrando con un papel y una pluma. -¿Han pensando ya en un nombre? -Les paso el papel y la pluma.
Ellos se voltearon a ver y sonrieron.
-Claro que lo tenemos. -Dijo Edd poniendo el nombre en el documento. Y le regreso el papel y la pluma. La enfermera lo reviso
-Bonito nombre. -dijo revisando lo y poniedo el documento en una mesita. - Alguien vendrá a buscarlo mas tarde.- Dicho eso salio del cuarto.
El papel decia que aquella niña con ojos grises se llamaba Haley Anderson.

La Hija Del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora