El reloj indicaban las 5 de la tarde y el timbre sonó, Megan corrió abrir la puerta mientras se ponía una de sus zapatillas.
-Oh, me alegra que hayas llegado ya, se me hace tarde. La niña esta durmiendo en su cuarto. -Indico la señora Anderson a la nueva niñera de Haley. - Saldre en 10 minutos, mi esposo regresa en 4 horas, el te pagara.La niñera cuyo nombre era Alice asintió y fue por la niña, no le asombro en lo mas mínimo que Meg no la saludara, estaba acostumbrada a que siempre tenia prisa y hacia mil cosas a la ves, el nacimiento de Haley no impidió que su madre siguiera trabajando, dejándola así con niñeras.
En la corta vida de Haley había tenido ya mas de 28 niñeras ya que ninguna les duraba un mes entero. Todas se iban.
-Pero cuanto has crecido. -dijo Alice cargando a la bebe cuando se dio cuanta que no dormía.
-Lo se, dos años ya, no lo puedo creer, aun recuerdo cuando nació... -grito Megan desde la cocina (la casa era de una sola planta, entonces lo que pasaba en los cuartos se escuchaba en la sala y la cocina). -Bueno ya me voy, ya sabes donde están las cosas.La madre salio en su carro dejando a Alicia sola con el bebe, quien salio del cuarto con Haley en brazos.
-Bien, ¿quieres ver tele?, creo que aun no es tu hora de comer. -dijo revisando su reloj de muñeca y repuso: -Okey, creo que veremos la tele.Camino hasta la pequeña sala que la casa tenia, como era una familia de tres integrantes la casa solo contaba con una pequeña sala de estar -con televisor y algunos juguetes de la bebe regados-, una cocina, comedor, un baño y dos cuartos -el cuarto de Haley y el de sus padres-. Sentó a la bebe en la alfombra y la rodio de juguetes, prendió la televisión y le puso una caricatura a la bebe.
-¿Esa te gusta?
Pregunto Alice al bebe, obviamente no esperaba respuesta. La niña de dos años que apenas sabia caminar jugaba con un bloque que era parte de uno de sus juguetes y así transcurrió el tiempo hasta que la niñera se percato que ya era la hora de su cena. Tomo a la niña en brazos y la sento en su silla de bebe colocando el protector para que no callera. Le dio la espalda por unos momentos a la niña en lo que ella se apoyaba en la barra para abrir la papilla y buscar una cuchara, cuando se dio vuelta para darle de comer algo poco común en una niña de dos años ocurrió... la bebe ya no estaba en su silla.-¿Pero que...? -no termino su oración, estaba demasiado extrañada con lo ocurrido, la silla era alta y tenia protección para que la niña pudiese salir de alguna u otra forma. -¡Haley! ¿donde estas?
Grito al aire como si una niña de dos años le fuera a contestar.
-¡Haley! -insistió poniendo la papilla en la barra.
Camino hasta la sala donde escucho un ruido, el ruido de la televisión. Y ahí estaba Haley, sentada viendo su caricatura de hace unos momentos.Pero algo no andaba bien, a decir verdad ya era la segunda cosa que no andaba bien:
1) La niña de dos años de edad no se pudo bajar de su silla sola, entonces, ¿como le hizo para llegar hasta la sala?
2) Alice había apagado el televisor antes de irse y la pequeña pantalla que tenían en ese cuarto no tenia botones, no servían, se tenia que prender a control remoto de a fuerzas pero el control remoto lo había puesto en la repisa tan alto que Alice necesitaba ponerse de puntillas para alcanzar, ¿entonces como le hizo la niña -que no le llegaba ni a la cintura a Alice- para prender el televisor?
Alice lo dejo pasar, no queria inquietarse por eso. Alcanzo el control remoto de la televisión y con una mano en su cintura apago el televisor con la otra.
-Bien, no se como lo hiciste pero tienes que parar, ¿de acuerdo? A comer.
Puso el control donde mismo y cargo a la niña para regresarla a su silla. A lo que la niña, enojada, comenzó a llorar, pues quería ver sus caricaturas, no comer.
-Para ya, sabes que tienes que comer.Alice le hablaba como si fuera una niña y no una bebe, una niña que entendiera las cosas, aun asi Haley entendía muy bien, mas de lo que a esa edad se podía entender.
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La Hija Del Diablo
Ficción GeneralHaley Anderson no tuvo una vida que se le puede llamar buena, si no todo lo contrario. Al cumplir 14 sus padres la abandonaron y así se fue metiendo poco a poco en una vida de delincuencia, convirtiéndose, con tan solo 20 años de edad, en la mas bus...