Capítulo 7.
Al principio me sentí un poco nerviosa y agitada, quería ver a mi mama, pero era un reto tener que decirle lo que paso con mi padre, tener que decirle que casi me mataba, de seguro ella no me iba a creer, desde que era pequeña nunca me creía, una vez vi a mi padre trayendo mujeres a la casa, le dije a mi madre pero lo único que dijo fue que estaba loca, después ella misma lo vio y me culpo a mí por no haberle dicho, cosa que si hice, desde ese día odie a mi padre y a mi madre, se divorciaron, después de eso vi muchas veces a mi padre, iba a su casa y pasaba el rato, pero no era divertido ver que cada vez que iba tenia distintas novias, tengo que admitir que una vez le dije a mi madre que la odiaba y que quería quedarme con mi padre, para eso era solo una niña pequeña que quería que la mimaran, mi madre se reusó y después de eso le dijo a mi padre que quería que se alejara de mi vida para siempre, y lo vi hasta hace unos días tratando de matarme por un maldito collar que me había dado mi exnovio.
Amo a mi madre, si, pero no lo suficiente como para llorar en su funeral, después del divorcio ella apenas me prestaba atención, cuando salía había veces que llegaba borracha, esperaba un regaño pero lo único que decía era…nada…nunca le importo ni él porque, ni el donde, solo pensaba un alguna estúpida manera de que mi padre la volviera a amar, mi padre nunca le prestó atención, hubo algunas veces que ni siquiera llegaba a dormir, pero mi madre seguía sin decir nada, solo me veía, arreglándome para un millón de fiestas con esos ojos acosadores con los que siempre me miraba, en un tiempo amenazaron a mi madre con separarme de ella y llevarme a una casa para niñas como yo, a ella no le importo y me llevaron, dure 2 meses, después no sé qué le paso a mi madre que fue por mí, como si nada hubiera pasado, ella fingía quererme, claro yo nunca le creí, la veía cada vez que tenía depresión destapando y bebiendo botellas de Whisky, cada maldita vez que se enfadaba no volvía a casa por días, había días que no tenía con quien sacar su histeria y la descargaba en mí, me golpeaba, me golpeaba tan fuerte que todavía tengo marcas, marcas de algo que siempre voy a querer olvidar, cada vez que me golpeaba ella me gritaba que todo esto era mi culpa, que si yo nunca hubiera nacido nada de esto habría pasado, hay algo de lo que nunca me voy a olvidar, fue cuando la vi besándose con otro hombre, ese hombre que una vez casi abuso de mí, cuando mi madre se enteró nos mudamos, nadie supo a donde, solo ella y yo, después de eso vivimos aquí, las 2 tranquilas y mejor que antes. Ella me pidió disculpas y yo solo asentí con un movimiento de cabeza, pero desde esos días nunca había tenido a alguien a quien contarle, después conocí a Nicolás, todo cambio, se convirtió en mi mejor amigo, el me apoyo con mis pequeños traumas y siempre me defendía de todo, y después de eso…no soporto a mi madre…
Cuando faltaban unas pocas cuadras para llegar con mi madre, mis manos empezaron a sudar y sentía un nudo en la garganta, Nicolás lo noto y tomo mis manos, ya parados enfrente de la puerta saque mis llaves y abrí, mi madre estaba en la cocina, de un brinco se volteo y me miro con cara de putrefacción, claramente no esperaba que llegara nunca.
-L-Lía, yo…yo no creí que llegarías- Se limpió sus manos en su delantal y se acercó a mí, con un movimiento brusco di un paso hacia atrás chocando con el pecho de Nicolás-H-Hija yo…Lo siento…solo que…
-C-A-L-L-A-T-E!- Le grite- Yo no te importo! Tu ni siquiera planeabas que llegara nunca!-Una lagrima corrió por mi rostro-Tu eres la peor persona que conozco! Qué clase de madre no espera a su hija para la cena!!? Te odio!!! Me estas oyendo!? Te odio!-Con una mirada severa la mire a los ojos ella tenía el maquillaje corrido, claramente la había hecho llorar con cada maldita palabra que le dije.
Se quedó en silencio por un rato hasta que yo me acerque a ella y la golpee, golpee a mi madre, le di una cachetada y ella lo acepto, nunca en mi vida le había dado un golpe, nunca, mas lagrimas corrieron por mi rostro y con un movimiento veloz ya estaba fuera de la casa corriendo a no sé dónde, Nicolás iba detrás de mí, gritando lo que supuse que era mi nombre…