-Ja, ja, ja, ja...- Estuvo muy buena esa pelí...- Me distrae Kathe con su risa dismulada que se podría escuchar unas casas más.
-La comida también- Le indico mostrándole mi platón.
Suena el teléfono de Kathe, ella lo contesta ve la pantalla de un salto se va para el comedor a buscar sus notas y apunta lo que le indican por este -Vale, gracias por la información, estaré al pendiente- Responde ella mientras escribe rápido.
-¿Qué pasa?- Le pregunto mientras me siento en una de las sillas del comedor y con una mano debajo de mi mentón.
-Al parecer existe una nueva especie de animal...- Mirando sus apuntes se lo imagina- Será una gran nota y mucho más cuando se le encuentre... - Dice Kathe sonriendo.
-¿Y cómo es?- Le pregunto intentando mirar sus notas por encima.
-No lo sé- Responde ella, sigue pensando -Trabajaré en el caso, debe ser mío debo encontrarle y en este pueblo será el punto- Dice ella tocándose el mentón.
-¿Punto? ¿Qué punto?- Le digo a Kathe encontrando su mirada.
-Hoy fueron encontrados dos personas mayores con signos de maltrato que solo podría hacerlos este animal y lo más curioso... -Ella me fija la mirada.
-¿Qué? Dime- Le espeto.
-No sé, no quiero circular aun nada pero... Debo irme, necesito mirar las huellas que me mandaron- Me da un beso en la frente y sale feliz por esa puerta, yo me quedo mirando la puerta cuando escucho un fuerte ruido en la oficina de mi padre, me levanto de la silla y me quedo mirando la puerta de esa oficina.
Escucho que tumban algo y me acerco, toco la chapa de la puerta y me lo pienso.
Luego escucho la voz de Jace y decido entrar, la lampara de la oficina esta botada en el suelo, en pedacitos.
-Jace se queda mirándola, luego me mira con sarcasmo y me dice - Era el único monumento que tenías en casa...-
- Esa cosa ni servía, le indico, era un milagro que hubiese resistido todo este tiempo-
-Esa lampara tenía 352 años, traída de España del Rey Carlos IV... Quién se la regalo a Dante Enrique, su mano derecha...- Indica
-¡Qué rey! ja, ja,ja deja de decir pavadas- Me doy vuelta para traer la escoba y el recogedor.
Al regresar Jace aprecia los pedacitos y yo le retiro- Ten cuidado, eso no es juego, te puedes cortar- Jace se aleja sin expresar nada en la mirada.
Al recoger los pedacitos, sale un cofrecito que estaba incrustado y por eso esa lampara nunca encendió, nunca tuvo bombillo, era un cofrecito pequeño, elegante quien se encontraba allí, lo tomó y lo abro, encuentro un pañuelo untado de sangre y debajo una carta.
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¿Qué callas?
Teen Fiction-¿Qué ha pasado contigo, Caroline?- Pregunta Katherine, mi mejor amiga. -No sé. ¿A qué te refieres?- Le pregunto. -Dime tú, te siento cansada. ¿Tienes muchos trabajos en la universidad o algo así?- Dice eso en medio de risas. -No, no es eso... Es q...