¿Qué callas?

Capítulo I

1 de noviembre de 2012, ese  calendario me decía siempre la misma fecha mientras posaba en algún lugar del cementerio.

Yo debía correr ¿Por qué? No sé, simplemente lo hacía, mire atrás un par de veces y alguien venía detrás de mí, ¿Estaría en la misma carrera de pijamas por el cementerio? Yo paro y lo espero para preguntarle el porqué corremos,  la noche era muy oscura y esos ruidos me molestaban... Un búho, roedores  o qué vaya a saber pero no eran de agrado escucharles.

Esa persona corría, se acercaba más a mí y su presencia me daba frío.

¿Qué hago? Temblaban mis piernas.

¿Qué hago? Decía mi subconsciente.

Alguien se adelanta y lo tumba, parecen dos lobos feroces queriendo competir por la presa.

Oh, cielos!  Su presa es... Eres tú! Estúpida, gritaba mi subconsciente... Creo que mejor sigo en mi carrera ... O mejor dicho en mi huida para salvarme o algo así.

***

  -¿Qué ha pasado contigo, Caroline?- Pregunta Katherine, mi mejor amiga. 

-No sé. ¿A qué te refieres?- Le pregunto. 

-Dime tú, te siento cansada. ¿Tienes muchos trabajos en la universidad o algo así?- Dice eso en medio de risas. 

-No, no es eso... Es que anoche tuve un sueño algo ... No sé como explicarte- Le confieso. 

-¿El mismo de aquel noche? Pregunta ella frunciendo el ceño. 

-Creo. Siempre ese estúpido sueño, el calendario indicando la misma fecha, los mismos ruidos pero esta vez había algo más -Me quedo mirando a la nada. 

-¿Qué?- Pregunta haciendo una palma para que yo la mire. 

-Un hombre... No, dos... No recuerdo si eran hombres lobos o... - Me quedo pensando, mientras arqueo la ceja derecha. 

-¿Vampiros?- Pregunta ella, yo miro fijo sus ojos pero no doy respuesta alguna, ella abre sus grandes ojos verdes y suelta varias carcajadas. 

-¿Qué pasa chicas, de qué ríen?- Pregunta Mauricio Collins, el novio de Kathe; los tres somos amigos desde... Siempre. 

-Nada- Su risa no deja continuar a Kathe -Caro, sueña con lobos, vampiros y cosas raras... JA JA JA... -Ella resalta muy bien esa última palabra para darle entonación a su burla.Mauricio me observa por algunos segundos y luego se junta con Kathe; se ríen de mis sueños.  

***

-¡Corre! Maldita sea, corre!- Me grita uno de ellos.

Me levanto del suelo y empiezo a correr, mientras miro hacia atrás.

-Niña tonta, por lo menos mira hacia adelanta, puede que t..-

¿Qué me caiga? Ensucié mi pijama favorita en el lodo, ¡Qué desastre! ¿Qué otra cosa me pudiese pasar?

En ese momento uno de ellos se adelanta y viene hacia mi, saca las uñas como un gato y me las enseña ¡Qué bonitas uñas! ja, ja, ja dice mi subconsciente a punto de fallecer.

Es alto de tez blanca, muy blanca, alto, cabello negro, vestido de negro; como que le gusta mucho este color a este muchacho y... Unos ojos negros profundos los cuales inspiran miedo de solo verlos, tiene una mirada algo perversa también algo malvada.

A ver, a ver vida ¿En serio? ¿Por qué te lo tomas a pecho? Yo lo decía por decirlo no para que te encargarás de mi asquerosa vida en manos de este sujeto que me da escalofríos.

Toma de mis brazos y  con una mano suya me arrastra hasta lanzarme a un árbol y me sonríe, me encanta su sonrisa pero... También da miedo, es esa clase de gestos que sin hablar te dicen qué podría pasarte.

-¡Déjala en paz!- Exclama un chico, que esta botado al suelo y mueve su mano derecha mientras con la otra mano hace esfuerzo para levantarse.

-¿Qué crees que le haga a esta niña?- Dice mientras mira al otro muchacho.

-Ya no soy niña- Le bufo.

-¿Escuchaste, hermano?- Dice mientras se agacha un poco y mira su dedo índice.

-Ella era una niña, cuando sucedió... No tiene la culpa- Dice aquel muchacho mientras camina despacio ante nosotros. 

-Así que ya eres grande- Fija su mirada en mi - Cuéntame, Caroline ¿Qué hacías deambulando por el cementerio?- Pasa su dedo índice por encima de mi pierna izquierda y rompe mi pijama de gatos.

-No lo sé- Agacho la cabeza de la vergüenza y cierro mis ojos al miedo.

Los abro de nuevo y me levanto de mi cama, corro hacia la ventana y la cierro, bajo a la cocina a buscar un vaso de agua fría y me la tomó de un sorbo rápido.

Subo a mi habitación y enciendo la luz, me acerco al espejo y tomo mi cara en mis manos, luego dejo caer mis brazos y me curvo un poco mientras pienso, al bajar la mirada miro mi pijama ¿Qué es esto? Tengo lodo y mi short esta dañado.

Doy vueltas por la habitación, me saco la pijama y la llevo a la habitación  de aseo, me regreso a mi habitación, me siento en mi cama y cubro mi cabeza con mis piernas mientras me enlaguno en mis propias lágrimas.