-Capitulo 8-

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-Capitulo 8-


Angélica


Lo observe de perfil, su mandíbula estaba apretada, su labio rojo en carne viva.


- Alex


- Pelee con Erick. Soltó de golpe.


- ¿Qué? Abrí mis ojos de golpe.


- Pelee...


- Escuche perfectamente lo que dijiste.- Lo corte de golpe.- Pero, ¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo?


Miles de preguntas me pasan por la mente, Alex me miraba fijamente analizando mi reacción ante sus palabras. Lo observe dar media vuelta y sentarse en la ventana, observando el sol. Mi corazón se detuvo ante aquella imagen, el sol reflejaba contra el cuerpo de Alex, haciéndolo parecer un dios.


- Varas.- Me miro por segundos antes de correr su mirada.- Tu al ser humana no lo entiendes, pero entre hombres lobos lo que hicimos es traición, en el momento que estuvimos juntos yo rompí tu vínculo con Erick, pero lo hice mal, naturalmente te debo de marcar para reclamarte, cosa que hicimos al revés. El resultado de esto es un dolor insoportable que te debilita por tres lunas llenas.


- ¿Erick? Susurre.


- El está bien ahora, pero, durante la noche, cuando haya luna llena, se sentirá morir, agonizara de dolor.- Suspiro.- Tu no sufrirás nada, ya que eres humana, pero él se lleva la peor parte.


- Eso.- Murmure.- Eso no responde a mi pregunta Alex.


- Maldición.- Susurro.- Angélica soy un macho Alpha, aunque tú no lo notes, los demás lo saben, Erick supo perfectamente con quien estuviste tú, mi aura es lo suficientemente fuerte como para que él lo notase. Ahora mismo tú también tienes tal aura y no por nada, pero apestas a mí. Gruño.


- ¿Y eso es bueno o


- ¡Joder! Su rostro se giró a verme, su ojos estaban tan fríos que mi hizo dar instintivamente un paso hacia atrás.- Estaría bien si fuéramos algo, si sintiéramos algo, pero un revolcón no es nada. Gruño.


- Alex


- No hables.- Pidió.- No te quiero oír.


[...]


- ¿Esta trite? La pregunta de Nathan me hizo girar mi rostro y mirarlo.


Observe su rostro lleno de chocolate con nata y sonreí. Tome una servilleta e intente limpiarlo lo mejor posible. Le dedique un sonrisa cuando una vez que termine de limpiarlo volvió a comer de su pastel.


Mire mi plato y suspire. No tenia hambre, aunque el pastel fuera delicioso y se viera exquisito, no podía tomar otro bocado, solo uno.

Passion And DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora