Passion And Destiny

-Capitulo 42-

-Capitulo 42-

Angélica

* * *

—Tú me robaste todo...

—Al amor de mi vida...

—A mi hijo...

—Mi propia vida...

—Pero tus sonrisas se acabaran Angélica, créeme que lo harán.

—Algún día.

* * *

Desperté sobresaltada, respire profundamente viendo que la noche aún seguía en su lugar, era tarde. Sentí mis propias palpitaciones más rápidas de lo común.

— ¿Ann? —gire y vi a un Alex medio dormido—. ¿Sucede algo? —murmuro.

—No—le sonreí—. Vuelve a dormir, ire al baño—susurre salido de la cama.

Mire como Alex volvía a cerrar sus ojos antes de encerrarme en el baño. Con la luz podía ver con claridad el sudor en mi frente y también lo sentía en mi espalada.

| Esto no me gusta |

A mí tampoco.

Suspire antes de mojar mi rostro y mi nuca. Hacia aproximadamente casi una semana que venía despertándome con esas voces. Aunque Alexander solo presencio dos contando la de esta noche y seguramente pensara que es por el embarazo.

Después de todo, hace dos días se me cumplieron los nueves meses de gestación, según la doctora que vino atender personalmente, me daba una semana más para ponerme de parto, de lo contrario tal vez me mandaría una cesaría.

Aunque es algo que quiero evitar por ahora.

| ¿No le contaras? |

Dejare que pasen estas semanas hasta que nazca él bebe, tengo en mente tantas cosas que creo que todos esos sueños son productos de tanta estrés y ansiedad.

Si para después del parto, siguen los sueño, hablare con Alexander.

Aunque internamente sé que en realidad no se los cuento debido a que él está igual o peor que yo con el tema del bebe en camino. Creo que somos los únicos paranoicos con este tema, en toda la casa.

Yo por un lado tengo miedo, según Amy su experiencia con la cesaría no fue algo "malo", aún estoy feliz por ella y Ethan, al final pudieron tener a sus dos bebes, a pesar de todos los pronósticos que decían lo contrario.

Solo espero que mi bebe venga sana y salvo a este mundo.

| Lo hará Ann, no te preocupes |

* * *

— ¿Todo bien por aquí? —asentí viendo como la madre de Alexander me miraba con cautela, antes de retirarse y dejarme tomar un té tranquila.

Cuando cumplí los nueve meses y una semana, ella se trasladó nuevamente a la casa, para ayudarme en lo que quisiera, aunque no le di nada para hacer, debido a que ella directamente me arrebato toda responsabilidad de la casa.

No diré que seguimos llevándonos como perro y gato, pero andamos cerca. Hasta el momento creo que ella acepto que la nueva mujer de Alex soy yo y que es mi lugar estar al lado de Nathan como una madre.

Por otro lado creo que el hecho de que le daré un nieto o nieta nueva, la tiene algo ansiosa y por eso anda vigilándome en algunos momentos del día, como ahora.

Intente cruzarme de piernas sintiendo ese escozor, la doctora dijo que era algo normal ya que prácticamente él bebe está a punto de salir, sus propias palabras.

Aunque me dijo que el dolor aumentaría lentamente.

El dolor que siento no aumenta lentamente, cada paso o movimiento que doy es un milímetro más de dolor.

* * *

— ¿Nathan? —lo llame adentrándome a su habitación.

| Tal vez este en la cocina con Lucy |

Cierto.

Debo apresurarme, en veinte minutos Alex pasara por el para llevarlo de paseo.

| Como ya se bañó, no tardara mucho |

Fruncí mi ceño, deteniendo mis pasos cuando una ola de mareo se apodero de mío de golpe, hacia tiempo no tenía una, parpadee varias veces antes de volver a caminar.

... —Muerte...

¿Qué? Detuve mis pasos.

| ¿Sucede algo? |

¿No dijiste algo?

| No |

Sacudí mi cabeza antes de caminar con rapidez para llegar a las escaleras, últimamente está muy paranoica.

Detuve mis pasos al bajar el primer escalón y observar aquella imagen, las olas de su cabello castaño se movían con el viendo que se adentraba por la puerta, sus ojos verdes brillaban mirandome, el perfecto dorado de su piel parecía muy suave, sus pómulos apenas eran definidos y la dulce sonrisa que me daba dejaban a la vista unos perfectos hoyuelos.

Yo conocía a esa persona.

| ¡No! |

—Athenea—el susurro se me escapo de los labios, mis ojos no se apartaban de ella.

.... —Muerte....

Yo había visto muerta a esa persona.

... — ¡Muere! —un grito se coló a mis oídos antes de sentir un fuerte impacto en mi espalada y sin poder detenerme caí.

Sentí el primer golpe en mi frente.

Mis manos vagaron buscando detenerme sin éxito, el próximo golpe fue más fuerte que él primero y fue el que me dejo inconsciente. 

* * *

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