0. Narrando los Inicios

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Nuestra historia empieza en la taberna de una posada común, es decir, no muy llamativa, de la ciudad de Lerithen, lugar donde un capitán de la guardia élfica y su compañero, un joven hechicero elfo, hablan sobre una carta que han recibido esa misma mañana. Las cartas han sido enviadas desde el Palacio Real y ambas dos contienen el mismo mensaje, además de un sello con forma de hoja, el cual únicamente se utiliza en cartas oficiales de grandes autoridades.

"Ciudad de Lerithen.

Día 11 de la segunda luna del año.

Se convoca la presencia del receptor de esta carta en el Palacio Real de la ciudad de Lerithen tras la puesta de sol del día siguiente a su recepción.

Emitida por: Zeleren Valesar, Rey de Lerithen."

El capitán, un elfo también joven, se muestra inseguro, pues es la primera carta oficial que recibe del propio Rey. 

Mientras, su compañero parece calmado. Tras pedir una copa de vino y pagar al tabernero, comienza una conversación para intentar calmar a Boror. 

-Compañero. -dice el mago mientras sujeta y observa la copa, removiendo el vino de su interior-. Creo que esto es algo que ya te esperabas, no entiendo tus nervios. En mi caso es más extraño, de normal es a mi maestro a quien convoca el Rey y no a mí, pero tú... Tú eres un capitán de la guardia ¡Y sólo tienes 25 años! Yo veo medianamente normal que se te convoque.

-A ver. -contesta el joven guerrero con la mirada perdida entre la copa de su compañero y la carta que tiene en sus manos-. Yo me lo esperaba pero... ¿Ya? ¿Tan pronto?. Es cierto que soy joven, de hecho, ni siquiera debería ser capitán todavía...

-¿¡Entonces qué te preocupa!? -pregunta el hechicero tras darle un sorbo al vino. 

-Nada realmente, sea lo que sea podemos con ello. -contesta el guerrero clavando la mirada en los verdes y luminosos ojos del mago-. 

-Muy seguro te veo, eso es buena señal. Me da a mí que tu "miedo" o "temor" tiene que ver con el pánico escénico. 

-¿Insinúas que me da miedo hablar con mi propio Rey? 

-No, no me has entendido decía que... 

-Disculpad. -se escucha una voz procedente de un extraño hombre encapuchado que estaba tomando una cerveza no muy lejos de ellos-. No quiero meterme donde no me llaman, pero habéis dicho algo de hablar con el Rey, y me ha llamado la atención.

El hombre misterioso se levanta. Deja a la gente cercana impresionada por su estatura, que es de más de dos metros y por su musculatura duramente trabajada. A la vez, se quita la capucha, pone el brazo sobre su pecho y haciendo una leve inclinación, como si se tratase de una reverencia, se presenta.

-Mi nombre es Saix Vikto. Vengo de Galar, ciudad de hombres. Estoy interesado en cualquier trabajo que tenga algo que ver con el ejército élfico de Lerithen. Perdonad por escuchar sin permiso, pero nunca está de más si quieres enterarte de cosas como esta, además, soy nuevo por la ciudad. 

-¡Me parece fat...! 

-¡Bienvenido a Lerithen! Saix Vikto. -responde el mago dejando a su compañero con la palabra en la boca-. Disculpa a mi compañero, tiene muy poca paciencia y se enfada incluso con las hojas que le caen en la cabeza. Mi nombre es Khalos Narzhen, aprendiz de Vyren Perythol. Este es Boror Berethen, el eterno malhumorado y el más gruñón capitán de la guardia. 

-No es que yo sea malhumorado. Es que no me gusta que metan las narices en asuntos ajenos. ¿Sabes? Podríamos estar hablando de algo secreto. -responde Boror con el ceño fruncido-. 

-Estamos en mitad de una taberna, bueno, en mitad de la taberna de una posada ¿Qué esperabas? ¿No llamar la atención? -contesta Khalos con una sonrisa pícara-. Saix, si traes contigo buenas intenciones y, obviamente, si nuestro Rey está de acuerdo, puedes acompañarnos. 

-Así sea, para cualquier cosa estaré en esta posada alojado, solo dime lugar al que ir y en qué momento quieres que vaya, que allá iré. -responde Saix-.

Tras este suceso Boror no parece muy contento por la invitación tan gratuita que ha recibido Saix pero, a pesar de ello, acaba cediendo y mostrándole la carta con la citación del Rey un poco a regañadientes.

Después de las presentaciones y unas copas tanto de vino como de cerveza, Khalos coge su bastón de madera, aparentemente bien trabajada, se despide de Boror y Saix, a quien han acordado llamar Saito debido a que es como le llaman en su ciudad y parte rumbo a la casa de su maestro, lugar en el que vive desde que abandonó la casa de sus padres adoptivos. Al ver que Khalos se despide, Boror decide retirarse también a casa, donde vive con sus padres, para prepararse su presentación ante el Rey con intención de no cometer ninguna metedura de pata. Saix, que es el único que queda en la taberna, decide ir a la herrería a comprar algunas cosas con las que equiparse. El joven montaraz consigue un mandoble élfico que le llama la atención desde el primer momento en que lo ve. Terminadas sus compras vuelve a su habitación en la posada para descansar.

La ciudad, que se encuentra en un profundo y oscuro bosque, parece tranquila, todas las tiendas mantienen sus horarios con normalidad, las calles tienen un ambiente acogedor, están repletas de elfos y algún que otro turista de tierras lejanas, pues la ciudad más cercana a Lerithen se encuentra a dos días en caballo. Son tiempos de paz entre medianos, enanos, elfos y hombres, a pesar de las amenazas que se encuentran al exterior, amenazas de criaturas salvajes que saquean y matan a placer a todo aquel que consiguen emboscar. Estas criaturas suelen ser trols, orcos y bestias salvajes, no obstante, no se atreven a vivir cerca de las ciudades, y esto se debe a que están perfectamente protegidas por soldados armados y vigilantes.

Una vez ha anochecido, el joven hombre se acuesta para poder levantarse temprano y buscar alternativas de trabajo, por si el Rey no solicitase sus servicios.

Los elfos, quienes no necesitan "dormir" más de dos o tres horas e incluso pueden pasar 72 horas seguidas sin acostarse y que esto no les repercuta físicamente, se acuestan tarde preparando todo lo necesario para estar presentables ante el Rey. Boror, además, entrena con su espada y su escudo junto a otros soldados ese mismo día. Khalos esa noche  se dedica a practicar sus hechizos junto a su maestro, el cual le enseña a controlar la magia y a utilizarla como es debido, gastando el poder justo y nunca más del necesario.

Tras esta noche, comenzará la aventura de los tres compañeros.

El Secreto del Destino (Parte 1) - Corazón EscarchadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora