¿Asi se empieza?

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NARRA JAZMÍN


Sonó el despertador anunciando que era hora de ir a la escuela, acto que no me daba mucha alegría. Abrí los ojos y me quede mirando el techo de mi cuarto, no tenía la emoción que antes explotaba en mi los años pasados ya que la única razón por la cual sigo en "esa cárcel" era porque necesitaba el certificado que avalara el hecho de haber culminado mi secundaria, así tendría ya el primer paso para poder ingresar a una universidad, tomar mi carrera, ser profesional y vivir en paz.

--¡Jaz, te harás tarde! Recuerda que es tu primer día y tu ultimo año-- dijo mi madre.

--Ya desperté-- dije y suspire al escuchar la ultima parte de la frase. -- Que sera de mi en un par de años-- dije para mis adentros y empecé a frotarme los ojos moviendo las muñecas en forma de desajustar algo.

Tome mi toalla, mi salida de baño y entre a ducharme. Puse mi canción favorita y abrí el fregadero. Después de unos 40 minutos terminé.

Salí del baño con una gran satisfacción, *Hoy sera una grandioso día* dije para mi misma, aunque sabia que seria tan ordinario como todos los años .
Me senté en mi cama a observar uno de mis zapatos sin razón alguna e ingrese a un estado de trance extraño, en donde no pensaba absolutamente nada, pasaron 2 minutos, hasta que bostezo y me retiro de aquel trance.

Me levante de mi cama, la acomode y al terminar me volví a sentar en ella a observar el mismo zapato pero esta vez se me vino algo a la cabeza.

--El zapato es de color rojo vino como el amor, pero también como la sangre... Eso sonó raro-- dije y me reí sola.

Me puse de pie y fui a mi armario a escoger un vestido que seria el ¡BOOM! del primer día.
Escogí uno color plomo que tenia escote moderado para hacer babear a idiotas, que son lo de menos, y tome un sostén de color blanco. Me puse mis zapatillas adidas, esas que están de moda, busqué mis audífonos blancos seguido tome mi celular, tome mi mochila, también mi reloj y baje a desayunar.

Pase por la sala y deje mi mochila en el sillón, el sol le daba un aspecto acogedor a mi hogar y eso me encantaba.
Entre a la cocina seguido de mi padre, y observe la mesa que ya estaba lista con todo para el desayuno.

--Buenos días Hija-- dijo mi madre.

--Buenos días Hija-- dijo mi padre.

--Buenos días Pa y buenos días Ma-- me acerque a darle un beso en la mejilla a ambos.

Jale una silla de la mesa y tome asiento mientras mi mamá me pasaba la mantequilla. Tome la jarra de naranja y me serví un vaso después tome un par de tostadas y empecé a comer.

--¿Emocionada?-- me pregunta mi papá. Mi madre se sentó a desayunar con nosotros y se pone a observarme fijamente para que diera mi respuesta.

--Para nada-- dije en seco. --¿Me llevaras a la escuela?-- le dije a mi padre amablemente.

Asintió tomando un sorbo de su café. Luego se dispuso a hablar con mi madre, cosa que no me intereso. Yo por otro lado estaba pensando si llegaría a encontrarme con mis compañeros de siempre y tal vez conseguir un novio.

Mire mi reloj y eran las 7:40, le hice una señal a mi padre para salir ya, a lo que el asintió de nuevo terminando de tomar su café.

¡No soy Femenina!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora