Intenciones contadas

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Narra Jazmín

Hace mucho tiempo que Zulú había dejado de tener estos ataques pero eso no daba la seguridad de que tarde o temprano tendría una recaída.

Una vez que se estabilizó, se apoyo en sus rodillas y alzó la mirada. Una mirada de melancolía, hacia la nada.

--Vamos a mi casa-- se enderezó y soltó un largo suspiro.

Asentí y emprendimos camino a la casa de Zulú. Difícilmente puedo convencer a mi amiga de que haga algo, por eso me limite a decirle que una mejor opción hubiera sido ir a el hospital, pero la conozco bien y se que no quiere tener líos con su tía.
Esa desagradable mujer ha cambiado repentinamente su actitud los meses pasados, pues todo ocurrió porque Zulú tiene ya 17 años. Tengo la sensación de que su tía esta dispuesta a tomar los bienes que se le heredaron a mi amiga por derecho, pero como su tutora, tiene la potestad de administrarlos.

--¿En que piensas Jaz?-- hablo mi primo, guardando el aparato que lo mantenía excluido de nosotras.

No quise responder con honestidad todo lo que en mi mente organicé, puesto que ese asunto es privado y no le compete en lo absoluto a Ethan.

--Nada en especial-- sonreí.

El taxi nos dejo a unas pocas cuadras de mi casa, y por ende la de Zulú, que vive a unas 2 más. Así que no tardamos en llegar a mi hogar en menos de 5 minutos que se pasaron volando en mis pensamientos.

Zulú ya estaba mejor, pero todo el trayecto no hablo para nada, claro que no era necesario que me de señales de vida hablando, pero me siento mejor si  no es callada, puesto que conmigo no lo es y verla así me parece raro. No creo que sea por Ethan.

Nos detuvimos frente a mi casa, ya que tengo el presentimiento que si llevo a Ethan a la casa de Zulú, sin anticipación por parte de ella,  su tía se disgustara mucho. Solo me permite a mi.

--Ethan, le dices a mi madre que estoy acompañando a Zulú a su casa. Y le dices el porque-- le dije amablemente a Ethan, que estaba de acuerdo, y me sonrió al ingresar-- regresare en un par de horas-- finalicé con eso.

Ethan tomo camino ingresando a mi casa, pero se detuvo en seco y regresó a despedirse de Zulú.

--Adiós Zulú-- intento acercarse a darle un abrazo, ella se quedó inmóvil, sin ninguna sonrisa por debajo, ni afecto alguno por el abrazo, nada.

--Adiós-- soltó ella.

Dicen que "las personas frías tienen los sentimientos mas sinceros". Zulú no es fría, solo es...
Es ella misma. Pero muchas veces lo hace porque no lleva una vida ideal, como cualquiera.

Narra Zulú

Que se habrá creído el sin cerebro ese, ¿cree que mostrándome una sonrisa encantadora yo seré una niña como las que encontró en el cine y que caeré ante sus encantos? No, esta confundido conmigo. Y espero haber sido muy clara con mi tajante respuesta.

Observe el rostro de Jaz con una sonrisa que no se porque  razón, sin embargo continuamos caminando hacia mi casa. Seguía teniendo esa sonrisa de oreja a oreja, que ya me estaba intimidando. Me detuve y rompí el silencio.

--¿Por que tan alegre?-- alce una ceja.

--Tu sabes que siempre soy así-- puse los ojos en blanco y me reprimí a seguir preguntando. Tengo el presentimiento de que si preguntó algo mas, solo conseguiré darle importancia al asunto o a lo que se que la tenga tan alegre.

Llegamos a mi casa y coloque la llave en el portal. Ingresé y me sorprendió que mi tía no estaba sentada donde siempre, en su sillón.

Una sensación de misterio me recorrió todo el cuerpo, la casa estaba en completo silencio. Un silencio nuevo.

¡No soy Femenina!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora