capítulo 13

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Luego de comer un aperitivo que me dejó satisfecha fui a ver televisión a la sala de estar. Quería pasar más tiempo con Jade, pero ella fue a hacer unas compras que ella creía necesarias.

Lo bueno que puedo sacar de eso es que antes de irse me besó, otra vez.

No fue el tiempo que yo esperaba pero de todas maneras fue especial.

Dios, si alguien me escuchara diría que soy una idiota enamorada. Pero no estoy enamorada, eso es ir rápido, demasiado rápido. Simplemente estoy.. mmm ¿Cuál es la palabra? Halagada. ¡Sí, eso! Halagada por ser la primera mujer a quién besó y, si todo sale bien, la primera y única mujer en su vida.

Demasiado idiota, pero es lo que toda mujer querría. Supongo.

Luego de pasar un largo rato viendo televisión fui a cepillarme los dientes y luego a dormir. Me sentía cansada a pesar de que no hago una mierda en todo el día.

Esa noche soñé que estaba en un bosque corriendo y mientras corría estaba riéndome.

Si en la pura realidad yo me encontrara en un bosque no estaría corriendo ni menos riendo.

Llevaba un vestido blanco como la leche y la luz crepuscular iluminaba todo el bosque.

El viento movía las hojas de los árboles y las hacía susurrar.

No entendía mucho el sueño al principio, pero pude ver a Jade detrás de mí, persiguiéndome. Estabamos jugando.

Ella también reía como idiota, hasta que tropezó con una raíz saliente de un gran árbol que estaba a su izquierda.

Corrí para socorrerla, pero cuando llegué ya no estaba, desapareció.

— ¿Jade? —pregunté virando la cabeza de un lado a el otro. Tratando de encontrarla. —Jade, ¿Donde estás?— di unos pasos hacia adelante, pero me detuve porque el bosque empezaba a oscurecerse.

La hermosa luz que la iluminaba comenzaba a apagarse, comencé a sentir miedo.

— Jade, sabes que no me gustan estos tipos de juegos —dije con voz angustiosa.

Estaba a punto de romper en llanto hasta que la veo aparecer por entre la oscuridad. Me acerqué corriendo hacia ella, pero cuando lo hice se alejó.

— ¿Que está...? — pregunté sin entender que estaba pasando. — Jade, acércate.

Ella me miraba fijamente a los ojos, pero no reaccionaba. Di otro paso hacia adelante, pero es como si el suelo se hubiera movido, ella se alejó más.

— No. — denotó firmemente.

¿Qué está pasando?

— No te necesito. — espetó de forma tan hiriente que podría deprimir a una ciudad entera.

— Jadey, ¿Qué te sucede? — dije al borde de las lágrimas.

— Aléjate de mí.

Luego de escuchar esas tres últimas palabras de su parte, ella desapareció y el bosque se apagó.

— ¡Jade! ¡Jade! — grité pero no me oyó. — ¡Jade! No me dejes... por favor. —sollocé.

Sentí una intensa descarga de adrenalina en mi interior. Estaba oscuro, pero no estaba en el bosque, estaba en mi cama. Y Jade estaba ahí, acurrucada a mi lado.

Bloody hell//Jerrie Thirlwards.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora