capítulo 11

618 47 16
                                    

La voz de Jade se quebró. ¿A qué se refiere con eso?

Era la primera vez que la veía triste, desolada. Su mirada sacaba a flote la cantidad de tristeza que tanto me ocultaba, ésta vez era muy notorio.

Oh, Jade..

Quiero saber más, mucho más. Pero eso ocasionaría aún más tristeza en ella al recordarlo por la culpa de una curiosa entrometida. Mejor le pregunto luego.. o nunca.

-No me digas más. −su gesto volvía a la normalidad poco a poco. Ahora no estaba triste, pero tampoco estaba feliz. 

-Es raro oírte decir eso.

-La única razón por la cuál no deseo saber más es porque tú no deseas contármelo.

-Nunca quiero contarte nada sobre mí. −eso, de alguna extraña manera, me hirió. −Pero como presionas tanto, lo dejo salir. −ésta mujer si que es experta en herir a las personas.

-¿Por qué no se lo cuentas a alguien más profesional?

-¿Cómo a quién?

-Un psicólogo −negó de inmediato.

-No necesito un estúpido psicólogo. Son simplemente habladores caros.

-¿No te gustaría desahogarte emocionalmente contándoselo a alguien? ¿O alguna persona ya lo sabe?

-¿Contar qué exactamente?

-Tu vida, tus problemas, tu pasado. Lo que quieras dejar salir.

-Nunca dije que quería dar a conocer mi vida, ni siquiera una pequeña porción de ella. −vaya, que reservada es. −Prefiero guardármelas.

-Pero me contaste muchas cosas a mí, eso es dar un gran paso.

-Perrie, no hables como una psicóloga que está tratando a una paciente. Todo lo que tenga que ver con la psicología es una basura.

-Está bien, señora trauma. −Oh, ¿por qué carajo dije eso?

-¿Cómo me llamaste?

Mierda.

-Hmm... ¿Señora trauma?

-¿En verdad crees que tengo un trauma? −asentí. −¿Por las pocas cosas que te he dicho sobre mí? −asentí otra vez −Si supieras toda mi vida creerías que debería estar en un hospital psiquiátrico con una camisa de fuerza y totalmente paranoíca. 

¿Por qué diablos despierta mi curiosidad de esta forma?

-¿Qué tan mala fue tu infancia? −presionó ambos labios y dejó salir su labio inferior hacia afuera.

-Mi infancia no fue mala. −apoyó su hombro en la almohada.

-¿Entonces? ¿En qué etapa de tu vida ocurrieron los malos sucesos? −imité su acción.

Me propuse a mí misma no preguntarle más sobre su pasado, pero es irresistible.

-En la adolescencia −frunció el ceño y comenzó a rascarse la barbilla con la mano izquierda, mientras que miraba a un punto muerto en la habitación. −Si más bien lo recuerdo.

-¿Es demasiado pedir que me digas cuantos años tenías? 

-¿Cuántos años tenía cuando comenzó la época del terror? −rió al decir lo último. Asentí.

Esto de alguna forma no la ponía nostálgica, cuando hace unos pocos minutos estaba comenzando a compungirse.

-Tenía doce u once cuando comenzó. Aunque no hay una etapa exacta, pudo haber comenzado mucho antes y yo no era lo suficientemente atenta como para darme cuenta. −¿darse cuenta de qué?

Bloody hell//Jerrie Thirlwards.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora