capítulo 14

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-Hmm, este está difícil. –dijo Jade sin despegar la vista del periódico, en el cual estaba resolviendo un crucigrama.

No le preste mucha atención, estaba inmersa en un mar de pensamientos y sensaciones nuevas.

El sueño de anoche seguía angustiándome internamente. Sigo sin poder comprenderlo.¿Será algún tipo de presagio?

-Perrie. –llamó Jade. -¿Qué sucede? –dejo el periódico a un lado y fijó su atención en mi.

-Emm, ¿nada? –no sucedía nada realmente. Solo un estúpido sueño.

Tomó mis manos y preguntó:-¿Segura?

–Segura. –sonreí para tranquilizarla.

-No tocaste tu desayuno.

-No tengo hambre. –Jade hizo su común y ya predecible elevación de ceja izquierda. No me cree. –Es que... Estoy indispuesta. –Mierda, ¿qué carajo tiene que ver? no lo entenderá.

-¿Las mujeres pierden el apetito cuando están indispuestas? nunca me había pasado –Dijo con una suave mezcla de curiosidad yasombro.

-No, pero me duelen tanto los ovarios que no puedo pensar en comida. –Dios, soy una retrasada. Jade carcajeó durante varios segundos.

-Está bien, te creo. –sonrió.Comparar esto con la "confianza" que tenía antes sobre mí es dar un gran paso.-Ahora ayúdame con este crucigrama. –soltó mis manos y tomó el periódico. –Elemento químico cuyo númeroatómico es ochenta. –Leyó - Tiene ocho letras. ¿Sabes cuál es?

Recuerdo mucho sobre química, era una de mis materias favoritas y recuerdo estudiar la tabla periódica dememoria. Hmmm, tabla periódica-número atómico ochenta-ocho letras. Creo saber cuál es.

-¿Tiene alguna letra? –pregunté para estar más segura.

-Tiene una "E" en el segundo casillero y termina con "O". –Dijo con el bolígrafo entre los dientes.

-Mercurio. –Miró el periódico por unos segundos; se tomó otros segundos para escribir y luego me miró estupefacta.

-¿Cómo lo sabías? –levanté ambos hombros.

-Era buena en Química. –sonrió y buscó algún otro casillero vacío.Al terminar el desayuno levanté los platos y llevé el de Jade al lavatorio, mientras que el mío lo dejé en el refrigerador.

Mientras volcaba detergente en la esponja Jade se acercó hacía donde yo estaba por la izquierda.

-Voy a salir. –aseguró. –Voy a comprar algunos utensilios para el hogar.

-Bueno. –dije sin prestarle mucha atención; sumida por completo en mis propios pensamientos sobre el sueño de anoche, mientras mi mano derecha hacía círculos espumosos sobre el plato que estaba lavando. -¿Tardarás mucho? –dirigí mi mirada hacía ella. Percatándome de que había reemplazado la remera blanca que tenía por una camisa a cuadros con diferentes tonalidades de rojo, y el pantalón pijama por un jean apretado de color azul fuerte.

-Voy a estar un buen rato afuera. –Siempre que va a hacer compras tarda demasiado. -¿Necesitas algo? –Medité durante unos segundos: ya tenía las cosas que necesitaba; lo único que se estaba agotando en ese edificio era la comida, lo cual es obvio que Jade va a comprar.

–No, no necesito nada. –le sonreí. Provocando una sonrisa en ella. Se ve tan tierna.

-Bueno, me iré entonces. –dijo quedándose en el mismo lugar. Tuve que aguantar la risa. ¿Qué mierda está haciendo?

-Nos vemos. –dije mirándolo con una sonrisa que no pude ocultar.

-Trataré de no tardar mucho. –La miré y tenía un pequeño rubor carmesí en las mejillas. Solté una risita, ¿por qué no se fue aun? Alcé mi vista para encontrarme con la suya y noté que bajó su vista hacía mis labios. ''quiere besarme'' pensé y reí por lo bajo.

Bloody hell//Jerrie Thirlwards.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora