Capítulo 4

627 52 2
                                    

-¿Qué?

-Rompiste la regla más importante Perrie.

-Jade, por favor.

-Te dije que si rompías las reglas, habría consecuencias.

-¿Qué me harás?

-Ya lo verás.- me tomo del brazo y me tironeo hasta entrar a una habitación. Era la habitación que estaba a oscuras, sin ventanas y con solo una silla. Donde desperté cuando Jade me había secuestrado.

-¿Qué estamos haciendo aquí?- hizo que tome asiento.

-Este será tú castigo- Ya estaba atada a la silla, el castigo no parecía tan malo- ¿soportarías no comer ni beber durante cuatro días? – era más malo de lo que pensé.

-¿¡Qué!? No Jade, por favor.- coloco una cinta que rodeaba toda mi cabeza y cubría mi boca.

-Es mejor cuando estas callada – intente gritar pero fue inútil- Lo siento Perrie, pero reglas son reglas. – cerró la puerta, entonces toda la habitación quedo a oscuras.

Las horas pasaban y Jade seguía sin entrar en la habitación. Esto me estaba asustando, por un momento creí que sería broma, pero no lo era. Yo y mi estúpida curiosidad, debería guardarla, como decía Jade. Ahora solo debía afrontar las consecuencias.

Al día siguiente desperté en esa misma habitación, oscura y sin nada. Intente librarme de las ataduras, pero esta vez eran demasiado fuertes y estaban demasiado ajustadas. Jade en verdad se había molestado, pero ¿por entrar a una habitación? Seguiría pensando que eso es bobo, si me lo hubiera dicho en un principio, no hubiera entrado.

Me perdí en mis pensamientos hasta que logre dormirme. Siempre dormía completamente incómoda, no era para nada cómodo dormir en una silla.

Desperté esa tarde con la esperanza de que Jade me sacara de esa habitación. Estaba algo adormilada, cansada. Tenía hambre, sed y quería moverme. Intenté una vez más librarme de las ataduras, pero al no poder hacerlo estalle en una completa histeria y balancee mi cuerpo hacía la izquierda, obteniendo que la silla callera al suelo conmigo en ella.

La posición en la que estaba era más cómoda que la anterior, por lo tanto no hice mucho berrinche para intentar levantarme.

Estaba a punto de dormirme otra vez, pero Jade entro a la habitación. Frunció el seño, estaba confundida al verme así. No dije nada e intente dormir otra vez, hasta que sentí que la silla se movía. Jade la había levantado, entonces volví a la anterior posición, estaba incómoda, otra vez. Comencé a quejarme, dejando que Jade solo oyera palabras sin sentido ya que una cinta cubría mi boca.

Jade se acercó a mí y despegó la cinta que estaba sobre mi boca, lo hizo tan rápido que me causo dolor.

-¡Hija de perra!

-¿Ibas a decir algo?

-¿Por qué me levantaste? Prefiero esa posición. – No respondió- no quiero estar así, prefiero estar en el suelo.

-No dejare que duermas en el suelo.

-¿No en el suelo? Pero si en una silla, en una habitación a oscuras y sin comer ni beber. Guau, me tratas tan bien.- notó mi sarcasmo.

-No es mi culpa que me hayas desobedecido. Ahora afronta el castigo.

-Púdrete.- sin previo aviso, salió de la habitación.

Intente moverme descontroladamente para volver a caer al suelo, si, era raro que prefiriera esa posición, pero resultaba más cómoda.

Lo intente una y otra vez sin resultados. ¿Por qué demonios antes pude hacerlo y ahora ya no? Mierda, esto era un asco. La muy imbécil se molesta por cualquier mierda que hago, me trataba para la mierda y yo solo debía soportarla. Claro, según el serian solo cuatro días, así que debía soportar solo un poco más.

Bloody hell//Jerrie Thirlwards.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora