El Joven giró lentamente la cabeza, esperando encontrar a quién efectivamente encontró. Un hombre moreno, canoso, de pulida barba canosa y corte de cabello corto, lo miraba sonriente mientras se acomodaba la corbata. Llevaba puesto un traje de etiqueta blanco, dejando ver un pañuelo oscuro salir descuidadamente de la solapa. La recepcionista se puso de pie rápidamente, haciendo una reverencia, mientras que Eren permanecía callado, observando fijamente a su Jefe.
-Buenas tardes, Señor Naeme – Mooncutter saludaba con un respeto reverencial – LT Suárez ha venido a verle por un asunto... confidencial – La mujer esperaba una reacción anormal de su jefe, pero este permanecía sonriente e impasible – El Caso Rodríguez.
-Ah... era eso – Naeme sonreía – Bien pueda pasar a mi despacho, Suárez.
-Muchas gracias, pero hay otro asunto que debo tratar con usted, Señor Naeme...
-Que se hable en mi despacho, agente. Mooncutter, que nadie me moleste mientras me reúno con Suárez – El rostro de Naeme había mutado y ahora estaba serio – La última secretaria me causó una terrible molestia, por lo que tengo que usarla provisionalmente para esta tarea... sería una pena que terminara siendo su oficio permanente.
-Entendido, Señor Naeme – Mooncutter bajaba la vista – Hay otro asunto que debe tratar... la ST Lockhart saldrá de la ciudad. Aquí está el informe de su misión, me pidió que lo avisara acerca de su decisión de tomarse hoy libre para regresar mañana y reunirse con usted para hablar de los detalles.
-Entonces que sea ella mañana la recepcionista, Mooncutter – Naeme volvía a sonreír – Mientras tú partes a una misión especial. ¿Entendido? – Dijo, llevando a Eren dentro de su despacho y cerrando la puerta.
El despacho de Naeme desentonaba con la luminosidad de su vestíbulo; aquí todo era marcadamente oscuro, inclusive el rojo, o mejor dicho, el color vino tinto de las cortinas que caían pesadamente sobre las ventanas, claraboyas y troneras de la habitación. El cielo raso estaba pintado con un color azul medianoche tachonado de estrellas; las paredes eran verde oliva, y en ellas se dibujaban muchas cosas.
Flores oscuras, animales de pieles grises y pardas, fotografías a blanco y negro, diplomas, nombramientos policiales... Desentonaba. Y desentonaba más que nada el impecable traje blanco de Naeme, quién se sentaba tras un enorme escritorio de roble en una silla reclinable. Lo mismo hacía El Joven, sólo que a él le tocaba una pulida silla hecha con madera de naranjo.
-¿Qué otro asunto quería tratar conmigo? – La voz de Naeme se oía amigable y serena – Pues en torno a lo que me pide respecto al Caso Rodríguez poco puedo hacer, es usted apenas un LT y sólo ST escogidos por mí tratan ese caso...
-Más o menos por ahí va el asunto, Señor Naeme – Eren miraba fijamente a su Jefe – Llevo trabajando nueve años con el Buró, seis de ellos aquí en Río, y entré aquí con la esperanza de poder resolver una cuestión personal, origen de las pesadillas recurrentes y de la neurosis que me agobia... en ningún otro lugar hubieran recibido un sujeto con mis limitaciones...
-Con las distintas cualidades que posees, Eren – Naeme lo miraba seria y fijamente – no hay seres limitados en mi Buró.
-Bueno... pero pocos se le medían a trabajar con alguien obsesionado con el caso que daba origen a un incontenible loco... el Caso Rodríguez – Naeme desvió la mirada de los ojos de Eren, encendidos por la ira – Fue y sigue siendo mi principal razón para permanecer aquí. Por favor, asciéndame a ST... y permítame trabajar en el Caso, Señor Naeme – La ira se había ido para dar paso a una expresión suplicante, casi agónica – Se lo pido...
-Es cierto lo que has dicho, Eren – Naeme se incorporaba lentamente y desenfundaba una enorme pipa – y es cierto también que tú sólo, haciendo gala de unas capacidades inusuales de observación, reflexión y perspicacia haz logrado desentrañar casos de clase A – El viejo agregaba tabaco seco a la pipa y la encendía – Pero esas no son las únicas razones que considero antes de ascender a alguien. ¿Recuerdas tu primer ascenso, de agente a TT? No fue fácil, y tuviste que esperar dos años para eso – El rostro de Eren palidecía – y lo mismo sucede con este. Tienes las capacidades, el arrojo... Pero te sobreestimas si piensas que puedes resolver el Caso Rodríguez – Eren levantaba la mirada mientras Naeme expelía una bocanada de humo espeso – Y no puedo permitir ni falsas expectativas ni subestimación de mis agentes. Aún no estás listo, Eren. Y así fueras un ST, no soltaría un caso que ya trabajan mis dos mejores agentes...
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Periplo
General FictionUn Caso Irresoluble, un red criminal gigantesca, una organización secreta y las ansias de un hombre por resolver su pasado llenan estas líneas. Eren Suárez, un agente del Buró, la asociación de investigadores más grande del mundo, está obsesionado c...