Capitulo 8. Accidente

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Andrea tenía los ojos como plato al ver como Sergio cayo al suelo por el golpe de samuel, samuel sin embargo no sabe porque lo hizo, pero lo lleno de rabia ver como el besaba a andrea

Andrea: a ver si así entiendes que no quiero nada contigo. Gracias samu

Samuel: ¡largate ahora, niño!

Sergio: esto no se queda así -dijo mientras limpiaba su nariz-

Andrea: mira no seas baboso!! Creo que deberías volverte niña porque como hombre eres un fracaso

Sergio: eso no era lo que decía cuando teníamos sexo desesfrenado

Andrea: desenfrenado tal vez para ti, aparte de precosito también lo tienes chiquito o tu por que crees que te deje!  Aparte de que eres más intenso que mi madre

Sergio: cállate cállate cállate!!

Samuel: mira mejor vete y no me hagas partirte la boca completa

Andrea: largo de mi casa!! -grito mientras aplaudía para que se fuera más rápido-

En cuanto Sergio se fue, andrea intentó abrazar y besar a samuel, pero este simplemete se alejó de ella y se fue directo a la habitación nuevamente

Al principio que empezaron a limpiar el ambiente se sentía tensó, pero todo empezó a cambiar cuando andrea le tiró un zapato a samuel y así empataron a correr por toda la casa hasta que samuel la atrapo y terminaron besandose en el suelo en de la habitación

Samuel: que es esto? -preguntó al ver un libro debajo de la cama y separarse del beso-

Andrea: creo.. -dijo mientra se acomodaba la blusa y su sugetador- que es mi álbum de fotos

Samuel: oh vaya -dijo y saco el libro de donde estaba-

Andrea: no pensarás ver mis fotos, ¿o si?

Samuel: eso es justo lo qe quiero -dijo emocionado y se sentó en la cama empezando abrir el libro- oh wow, desde pequeña eras hermosa -dijo cuando vio una foto de andrea de uno o dos años-

Andrea: ya! No sigas!!

Samuel: que es esto?!

Andrea: ¿que cosa?

Samuel: porque en esta foto tienes un vestido, panti-medias y un casco en la cabeza, ¿acaso ibas a montar bicicleta así?

Andrea: nop, tenía doce en ese entonces -dijo y le quitó el álbum a samuel- ya me había roto la cabeza en más de 3 ocasiones y mi mama para que no siguiera pasando, me obligo a llevarlo siempre, sólo me lo quitaba para bañarme y dormir, en una ocacion quiso que durmiera con el porque me caí de la cama y me golpee la cabeza

Samuel: ahora entiendo porque tu madre dice que le costaste

Andrea: este... Digamos que era un poco traviesa

Samuel: traviesa es poco... Pobre de tus hijos cuando los tengas

Andrea: y a ti quien te dijo que quiero tener hijo?

Samuel: otra cosa que tenemos en común

Andrea: los hijos siempre son un problema

Samel: lloran todo el tiempo

Andrea: y no te dejan tener una vida libre y feliz, me faltan muchas cosas por hacer y no creo que las termines pronto

Samuel: justo lo que me pasa, desde que nació mi sobrina, me di cuenta que era alérgico a los niño, está claro que la adoro, pero de lejitos

Andrea: no me imagino tener que vivir 24 con un niño

Samuel: sería demasiado

Andrea: prefiero la vida loca y ya! Menos plática que ya me estoy cansando y aún queda mucho por limpiar

Samuel y andrea se acoplaron muy bien a su nueva vida, le habían dado largas a su apuesta porque uno tenía que escoger la conquista del otro. El apartamento había dado un gran cambio, samuel había habilitado su estudio e incluso se conpro un violín, al fin de cuenta término encantándole ese instrumento, sólo que no tocaba cuando andrea estaba en casa, le daba un poco de pena y sabía que Andrea se pasaría todo el tiempo burlándose de el.

Andrea ya tenía definido el concepto de su escultura, sabía que le iba a encantar a la empresa para la que la haría, pasaba más tiempo en su estudio y eso estaba empezado a incomodarle a samuel ya que tenían más de una semana sin tener relaciones, ya que andrea sólo salía del estudio a dormir, estaba empezando a pensar en otros métodos para satifaccer sus necesidades, sólo que un extraño cargo de conciencia se instalaba en su pecho, cada vez que pensaba en irse a otro lado en busca de lo que no tenía en casa

Más que un juego, parecían una pareja de verdad, andrea cada vez que podía preparaba el desayuno o igual lo hacía samuel, salían a comer juntos y llegaban casi siempre juntos a casa.

Cada día la publicación del libro de samuel se acercaba más, estaban a pocas semanas de que eso pasara y aquello lo tenía muy nervioso.

Habían pasado un mes viviendo juntos, si, le gustaba vivir con andrea, que aunque en las última semanas no le daba la atención que el quería, las veces que si estaban juntos, eran tan intensas como a el le encantaba

Samel: ¿ahora que haces ahí arriba? -preguntó cuando la vi sobre una silla que estaba sobre la mesa de la cocina-

Andrea: estoy buscando algo que creo haber dejado aquí, es el último toque para terminar la escultura

Samuel: y así puedas darme toda la atención que merezco -dijo con una gran sonrisa mientras se quedaba mirando fijamente sus piernas-

Andrea: y que yo también necesito, pero no lo encuentro, démonios!! -dijo y se puso de puntitas sobre la silla-

Samuel: anda baja de ahí, puede ser peligroso

Andrea: querido, esa palabra no está en mi vocabulario -dijo mientras empezaba a saltar en la silla-

Samuel: deja de hacer eso y baja de ahí!

Andrea: que no! Necesito eso

Samuel: puedes usar otra cosa!

Andrea: ya cállate y déjame en... -dijo antes de perder el equilibrio y caer al suelo inconciente luego de golpearse la cabeza más de una vez mientras caía-

Samuel: no!! Andrea!! Andrea por favor! Despierta -samuel la tomo para poner su cabeza sobre sus piernas y ahí se dio cueta como salía sangre de su cabeza- no! No no no, no puede ser....

Jugando a Enamorarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora