las 3:30

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Finca de los vicario...
-¡Buenas tardes joven!¿que se le ofrece?
-Me puede hacer el favor de comunicarle a la señorita Angélica que Santiago Nasar ya esta aquí.
-Claro, enseguida voy - no sabia como actuar, pronto tendría Angélica de frente y como ya se volvió común sentirme fuera del planeta cuando la veo o cuando pienso en ella.
-Santiago, que puntual eres ¡me sorprende!
-Eso esta bien, pues gano puntos, digo no te vas con las personas impuntuales.
-¿ A que lugar vamos?
-Aguas Vivas, no se si hayas  escuchado hablar de ese lugar, es uno de los paisajes del pueblo, puesto a que es muy tranquilo y hermoso como tu- vi como se siberiana y eso me daba de pensar muchas cosas que quizás no me equivocaba al pensar que ella, al igual que yo sentía lo mismo y estábamos destinados a estar juntos.

Fuimos en cicla, ya que ora llegar a ese lugar hay que hacerlo de esa Forma o canoas algo que nunca aprendí a usar.
-Este es el lugar, espero y te guste.
-¡Me encanta! Tiene una vista perfecta a la ciénaga y los manglares, el silencio, el canto de las aves y la tranquilidad de la naturaleza me hace sentir bien y con una buena compañía, nada mal.
-¿Te parezco una buena compañía y mas en un lugar como estos? Si es así, lo mismo pienso yo de ti, tu este paisaje, combinación perfecta.
-No es para tanto, pero si tu lo dices lo acepto.
En un momento me perdí en su mirada, en la forma de como admiraba el lugar, eso me hacia sentir feliz, por que la hice sentir bien trayendola a este lugar a unos de mis lugares favoritos del pueblo y que se podía convertir en el de ella y eso me daba puntos, pero no debía armarme películas en la cabeza hasta que me dijera lo que pensaba de lo escrito es esa carta.
-Santiago, mira el atardecer, ¡es hermoso! Esos arreboles, como se oculta el sol ¡Me encanta! No dudo en decir que vendré mas de seguido, este lugar es perfecto.
-Es mas perfecto si tu estas aquí -Nuevamente pude ver como se sonrojaba y también la marca de sus hoyuelos de como sonreía y se que le había gustado.
-Angélica, mira esto es para ti-Me sentía... La verdad no se como me sentía, pero mi corazón se aceleraba, creo que estaba nervioso.
-Pero...- le coloque el dedo en su boca y le dije...
-Sss... Tranquila solo léela cuando estés en tu casa y luego me dices la opinión de lo que pienses o sientas, mientras creo que hay que  marchar, pero no olvides que cada palabra que hay en ese papel son verdaderas y que es lo que habla el corazón. 

En transcurso del camino hubo silencio, ella aun estaba sorprendida o quizás no entendía lo que pasaba, pero no faltaba mucho en saber lo que sucedía, llegamos a la finca, nos despedimos y quedamos en vernos en e mismo lugar y a la misma hora. 

Un amor fuera del planetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora