Epílogo

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Near abrió los ojos pesadamente, podía sentir un dolor punzante en la nuca y dificultad para respirar, su nariz estaba tapada y su cabeza se sentía como si lo atravesaran varias agujas a la vez. Al parecer, después de todo, se enfermó tal como se lo había advertido Mello. Observo a su alrededor y no habían señales de él, aprovechó de acurrucarse en la chaqueta de cuero, odiaba estar resfriado, tal vez descansar un poco más aliviaría sus molestias. Justo cuando estaba dispuesto a volverse a dormir Mello salió del baño, se había cambiado de ropa en una vestimenta más cómoda y unos cuantos mechones rubios estaban escondidos detrás de su oreja, tomó unos restos de chocolate que estaban sobre la mesa y se sentó en el sillón contiguo. Sus ojos se posaron sobre Near mientras se llevaba los pequeños trozos a su boca, lo miró atentamente y soltó una risa

“¿A quién intentas engañar? Se que estas despierto”

Near siempre se había enorgullecido de su capacidad para convencer a la gente, si no tuviese esas habilidades no seria capaz de proteger a Mello de los radares de la policía japonesa, aún así parecía que nunca era capaz de engañar al rubio; Era demasiado perceptivo en cuanto a la forma de actuar de la gente, podía saber quienes le mentían con solo mirarlos a los ojos.

Cuando el albino se rindió y quiso sentarse un quejido escapó sus labios, se sentía mareado y la presión en su cabeza no ayudaba mucho. Apretó los ojos ya que la habitación parecía dar vueltas a su alrededor, sintió una suave mano posándose en su frente, cuando volvió a abrir los ojos se dio cuenta de que el rubio estaba apenas a unos cuantos centímetros de su rostro, podía sentir su leve respiración mientras sus orbes zafiro lo penetraban con la mirada. No pudo evitar el sonrojo en sus mejillas, si la fiebre era demasiado calor ahora era insoportable. Se apartó de las manos del rubio, aunque en realidad le hubiera gustado que sus manos recorrieran todo su rostro.

“Estoy bien, no importa”- dijo Near con una evidente voz gangosa

“Pues no lo parece, estas muy enfermo”- respondió Mello con una mueca burlona, cómo si intentara hacerle ver lo ridículo de su afirmación

El albino suspiró-“Es solo una gripe, fiebre, dolor de cabeza, tos, ya se me pasara, me vestiré y volveré a trabajar en un rato más”

“De ningún modo, tú vas a quedarte aquí y vas a descansar”- dijo el rubio con tono autoritario, Near se sorprendió, parecía como una madre reprimiendo a su hijo, casi se le había olvidado que él mismo ya era un adulto.

“Estas exagerando otra vez, querido Mihael”

“Tu temperatura no dice lo mismo, Nate”

“¿Siquiera has revisado con un termómetro? que poco científico de tu parte”

“Confió bastante en mi instinto, pero si quieres voy ahora y traigo uno”

“Creo haber escuchado ayer que no ibas a cuidarme si me enfermaba”- Esta vez era su turno de sonreír, él rubio detestaba retractarse de lo que decía

“¿Por qué no solo admites que te da vergüenza estar tan vulnerable? Eres humano y los humanos se enferman”

“¿No fuiste tú quien dijo que era un robot insensible?”

Mello rodó los ojos con fastidio-“Tú sabes que eso fue hace tiempo y yo se que ya me perdonaste”

“Déjame ir a trabajar y te perdonare”- dijo el albino con la expresión mas inocente que podía hacer

El rubio lo miró irritado-“¿Crees que me dejaría manipular así? Ve a darte un baño, te preparare algo”

Antes de que Near pudiera reclamar Mello ya se había levantado y se dirigía hacia la cocina, al parecer no tenía otra opción que obedecerlo, tenía bien entendido que no se debía subestimar el enojo del rubio. Se levantó lentamente y caminó hacia el baño, era bastante pequeño pero con todo lo necesario. Abrió la llave de la bañera y dejo correr el agua caliente, de a poco se fue llenando la tina, esparciendo vapor a su alrededor. Comenzó a desabotonarse su blanca camisa, la bajo por sus hombros y siguió con el resto de su ropa, cuidadosamente colocó un pie dentro del agua para comprobar que tan caliente estaba, siguió hasta que su cuerpo quedo completamente sumergido; Podía sentir como el calor relajaba sus miembros tensos, dejó salir un suspiro y por un momento silencio su mente, la cual nunca se callaba durante el día, con múltiples preguntas, ideas e inquietudes.

Ni siquiera la muerte - (MelloxNear)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora