2. La huida

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La habitación, que antes estaba llena de suspiros y lágrimas, quedo en completo silencio ante mi respuesta. Giré mi cabeza y parecía que ellos esperaban la misma frase que Kevin había dicho, pero yo solo Salí corriendo mostrando les mi hermoso dedo medio en alza. Al salir del salón, atranque las puertas con un enorme banco, el cual por cierto me costó bastante arrastrar.

Cuando por fin reaccionaron, ya era demasiado tarde, yo ya me encontraba en el salón de fiesta, escondiendo todo el dinero que nos habían regalado por la boda, en el gigantesco y caluroso vestido, el cual estaba lleno de bolsillos internos y que de verdad detestaba, sobre todo ese tono champagne horrible, que había escogido la mama de Kevin, menos mal que lo mande a modificar un día antes de la boda. Tome todo el dinero que pude y corrí hacia la estación del tren, al llegar estaba muy cansada y sudorosa, (maldito vestido), me senté en un asiento para discapacitados, me sorprendió que nadie me reclamara, y para evitar cualquier conflicto dirigí mi mirada al suelo, tape mi cara y comencé a pensar en cómo había quedado Kevin.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por los incesantes comentarios de la gente en el tren.

-Pobre chica, seguro la dejaron plantada- dijo una señora de una cierta edad, mientras otra le repicaba en voz baja- no, de seguro su esposo murió- , la otra señora solo la "corrigio" – ¡¡como va a ser Gertrudis!!, estoy segura que la dejaron plantada en el altar- el tren comenzó a llenarse de comentarios, hasta que un señor se acercó a Gertrudis – deberían ser un poco más sensibles, ¿no ven que está sufriendo?- ya no aguantaba la risa – ya dejen el cuchicheo viejas chismosa, que a mí también me dejaron en el altar- dijo desde la esquina una mujer casi llorando. En ese instante solté un grito ahogado en risa, de inmediato todos me miraron fijamente y Gertrudis volvió a lanzar uno de sus insípidos comentarios de abuelita – pobre, ríe para no llorar- dijo secándose una lagrima fingida que dizque resbalaba por su papada – pobre, quedo loca- dijo la mujer que antes se identificaba con mi ¨dizque¨ gran sufrimiento

...

Después de varios pañuelos por parte de la novia plantada, e innumerables ofrecimientos de caramelos de miel de Gertrudis, por fin llegamos a la estación, me apresure a bajar. ya afuera, me di vuelta y les alce mi dedo medio – yo lo deje a él en el altar, montón de sufridas- ellas quedaron boquiabiertas.

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Kevin pov.

Cuando Elena salió del salón, quede completamente impresionado, no podía moverme. Creí que ella regresaría, que solo era una broma, pero cuando cerró las puertas, sabía que iba en serio. Todos comenzaron a desesperarse, sus familiares estaban tan impactados que no realizaron ninguna acción, sin embargo, mi familia enfurecida, pateaba y rasgaba la gran puerta del salón.

...

Cuando por fin logramos salir del salón, el padre pidió a todos que se retiraran, pero yo no podía moverme, solo me senté en el altar, a pensar, que era lo que había pasado, en medio de mis sollozos, sentí que alguien coloco su mano en mi hombro, rápidamente voltee para ver quién era – ¿Dylan, que sucede?- le pregunte rápidamente, él se sentó a mi lado y me abrazo – nada solo quería saber cómo estabas – el me miro con ojos comprensivos – no sé qué pensar, nunca creí que sería así.

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Dylan pov.

Cuando la vi correr y salir del salón, mi corazón comenzó a latir muy rápidamente, (¡¡¡siiiiiiiiiiiii!!!, por fin se va esa mísera arrastrada, si no lo hacía, debía oponerme a esta boda), después de todo el alboroto, el padre quería sacarnos del salón, pero logre esconderme detrás de una de las largas telas que tenía el salón, que yo mismo había decorado, y cuando el padre se había ido.

Cuando la vi correr y salir del salón, mi corazón comenzó a latir muy rápidamente, (¡¡¡siiiiiiiiiiiii!!!, por fin se va esa mísera arrastrada, si no lo hacía, debía oponerme a esta boda), después de todo el alboroto, el padre quería sacarnos del s...

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 Salí a consolar a Kevin, él estaba sentado en el altar, con la cabeza entre sus piernas, me acerque a él y coloque mi mano en su hombro. El volteo al instante - ¿Dylan, que sucede?- sus ojos estaban empapados,como si hubiese estado llorando, me senté a su lado y lo abrace (oh por dios, mis grandes ilusiones se cumplen hoy, solo me faltaría casarme con él y listo) –nada solo quería saber cómo estas- el me miro a los ojos – no sé qué pensar,nunca creí que sería así- el bajo su cabeza, inmediatamente la levante, (yo estoy aquí para ti mi príncipe adorado, de melena en llamas) –de seguro no es lo que piensas- le dije, no podía decirle lo que en verdad sentía –gracias tu siempre sabes cómo animarme- el me beso en la mejilla, luego se levantó algo apenado – aun así, ella me dejo y no se puede hacer más nada- yo le seguí y me coloque a su lado – bueno, es una lástima que todos esto se haya desperdiciado-el volteo a mirarme, y con una expresión decidida – ¿y tu, si te casarías conmigo?- 

Su Boda Trágica y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora