′ Pista ′ .
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—Misaki—. Aquella voz grave volvía a escucharse.
En esta ocasión se encontraba frente a la gran casa. Siendo atraída por ella,se acercaba. Pero no lograba entrar; porque la puerta no se abría. Ni aunque jalara con todas sus fuerzas o intentase romperla lograría pasar.
—Es inútil —. Vio la pálida figura de un hombre mirándole desde la ventana. Un escalofrío recorrió su espalda.
Despertó. En vano intentaba controlar su respiración, totalmente agitado forzó su vista para lograr observar la hora.
3:45 A.M.
Lanzó un suspiro, como si quisiese expresar su aburrimiento ante tan repetitiva historia. Una casa que veía en todas sus pesadillas,una voz que escuchaba continuamente y por último,la sensación que le dejaba solía ser siempre la misma,ya no era tan aterrador después de tanto.
—Qué originalidad —. Le dijo a la dominante oscuridad. —Necesitarás más que esto para aterrorizarme.
A pesar de su valentía las horas pasaron y él ya no pudo volver a dormir. Los pensamientos lo invadieron.
“¿Si yo entro a esa casa, todo terminará? ”
Se preguntaba si su maldición terminaría al volver al inicio de su desgracia.
Relacionó sin querer todos los hechos que le sucedieron después de entrar a esa casa. La ida de su hermano,la muerte de sus padres,las constantes llamadas en sus pesadillas de aquél hombre.
Sacudió su cabeza. Entrar ahí le pareció absurdo luego de pensarlo un millón de veces. Se intentó calmar diciéndose una y otra vez que eso no podía ser y todo sólo era una coincidencia.
El sol comenzaba a atravesar su ventana y su dormitorio se llenó de su luz tenuemente.6:58 A.M.
Su vista se tornó borrosa, su respiración fallaba y de la nada sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Ya...basta — le dolía el pecho, le dolía mucho sin saber porqué,quedó paralizado. Suplicó que se detuviera pero fue en vano.
Oyó una canción. Pensaba que aquella melodía sólo podía ser escuchada en su sueño; pero su pesadilla se convertía en realidad.
Entre más pasase el tiempo más atrapado estaba.
No mencionaba nunca eso a sus conocidos. Creyó que si les confiaba su secreto lo tacharían de loco, sería peor que estar siendo acosado por la casa y el hombre.
A decir verdad, él jamás entró esa casa en sus pesadillas,caminaba solamente alrededor de ella o solía asomarse de vez en cuando; no obstante,jamás lo hizo.
El primer sueño que tuvo sobre ella fue inusual, recordaría esa escena para toda su vida. Fue justo unas semanas después de la ida de su hermano y la muerte de sus padres, en aquella fecha tendría aproximadamente unos catorce años.—La llave. Hace falta la llave — la misma voz tétrica y grave del mismo hombre lo envolvió por todo el cuerpo.
“Es verdad, no tengo la llave ”, pensó, y como sí ese ser pudiese oír sus pensamientos el dolor en su pecho se detuvo. Su cuerpo se ablandó, volvía a controlar sus movimientos.
Sostuvo una bocanada de aire y la soltó pasados cinco segundos, por un momento creyó que moriría recostado en su cama y no quería eso.Muy dentro se burlaba, ni las amenazas constantes lo convencerían de buscar la anteriormente mencionada llave.
—Como dije, necesitarás más que eso.
Llevó sus gruesas sábanas,que parecían mas bien cobertores*, a la sala. Allí se enrolló con ellas sobre el mueble, cerró los ojos esperando tener tranquilidad.
A pesar de sus falsas esperanzas de por fin tener un sueño pacífico, esperar no le funcionó para nada.Regresaron los lamentos en su mente.
—Misaki —. Detonaba tristeza profunda, aquel hombre no le conocía de nada y sentía lástima por él. O eso pensaba.
—No necesito que tengas lástima de mí — se abrazó a sí mismo,entretanto voluminosas lágrimas amenazaron con escapar de sus ojos —, ¡estoy increíblemente bien!
— Misaki. Perdóname — insistía progresivamente.
—¡Ya basta! ¡No sé a qué demonios te refieres! —Rompió en llanto.
Noviembre, diciembre,enero,febrero, incluidos marzo,abril hasta mayo pasaron. Todos esos meses sus pesadillas lo acecharon, cada día se convertían en constantes amenazas. Lo que había iniciado como una pesadilla cualquiera logró terminar en terribles acosos por parte de la desconocida voz.
Volteaba aterrorizado a sus espaldas para asegurarse de que no lo siguiesen. Vivía con un miedo terrible.—Veinticuatro...veinticinco...— contaba cuidadosamente el dinero en sus manos, procuraba no dejar escapar ni uno solo —, ¡muy bien!
Se felicitó por el trabajo bien hecho de ese día.
Agradecía continuamente el que encontrara un trabajo ya que sin el no tendría nada para seguir adelante.
Echó los billetes en una delgada bolsa que no medía más que su mano y la metió dentro de los bolsillos de su pantalón.Llegó a la esquina, diez casas antes de la suya se formaban en hilera. Dobló ahí.
Entre mas se acercaba temblaba más, sentía miradas sobre él. Deliraba.En las noches no podía dormir, se denotaba en su pálido rostro, a pesar de estar bien alimentado daba la sensación de que algo no andaba bien. Bajo sus ojos unas rosadas ojeras caían, no se le veían mal pero sin duda sería mejor si no las tuviera. Su cabello mal arreglado era ocultado por gorros o distintos accesorios; y por último, su caminar variaba, a veces lento a veces demasiado veloz, siempre aterrado.
Apresuró su paso una vez estuvo frente a su casa. Sacó la llave rápidamente con las manos temblorosas; cayeron en el intento de introducirlas en la cerradura.
— Disculpe, ¿usted es...?
Brincó de miedo. Una voz grave lo llamó detrás de él.
No pudo moverse. Terminó por desmayarse.El olor a té recién hecho lo despertó, aún se hallaba aturdido. Lanzó un corto bostezo y se reincorporó.
—Espera...¿té?— Nadie vivía con él. Fue corriendo hasta la cocina y allí lo conoció. Un hombre alto y de buen cuerpo, su cabello negro con destellos algo castaños se movía por una delicada brisa que conseguía entrar por las casi cerradas ventanas.
—¡Grandioso!,ya has despertado —. Dejó ver su rostro. Era amable. Tal vez demasiado para su gusto.
Clavó su mirada avellana sobre sus ojos jade. Una electricidad indescriptible recorrió cada fibra de su ser.—¿Qué...hace aquí? — Apenas y pudo formular pregunta alguna. Había visto una insignia en el traje de la persona que ahora le preparaba un té.
—Mi deber es cuidar de todos —, las comisuras de sus labios subieron —, ¿no lo cree así?
—Pero usted....
—Por ahora relájese y siéntese —. Sirvió de la tetera en una taza de vidrio el té, acercó una mesita y colocó la taza encima de un platito junto con una servilleta de tela blanca. Se la ofreció, Misaki la aceptó gustoso.
—Está aquí por un incidente,¿no es así?
—No puedo negárselo. Tiene razón.
—Sí,si puede. Pero agradezco que no lo hiciese,señor.
—Vine para hacer preguntas a los vecinos respecto a un caso, ¿le incomoda?
—Para nada...
—¿Puedo comenzar?
—Claro,oficial Takano.
❣FIN DEL ACTO 2❣Cobertor*: Colcha o frazada para la cama que sirve de adorno y de abrigo.
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Desde La Oscuridad (Junjō Romantica)
FanfictionMisaki siempre le temió a aquella casa que podía ver fácilmente desde su ventana. "¿Qué clase de secretos se ocultan dentro?", se preguntaba.