′ Bajo el sombrero ′ .
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—Por favor, señor, no me haga reír. — El chico de cabellos castaños alborotados de tanto pasar su mano en señal de nerviosismo por su cabeza, tensó su mandíbula. — ¿Es una broma?
— Joven Takahashi. — Ese acento suyo le hizo arquear una ceja. Encantador. Un siseo no muy común salía de él al pronunciar su apellido. — No sería capaz de hacerle algo como eso a un lindo chico como usted.
Oh, Misaki no tenía inconveniente con que el hombre de, calculando, unos próximos treinta años de edad le estuviese coqueteando.
Para ser sincero, él nunca tuvo una preferencia, no lo incomodaba ni un poco. No le provocaba rechazo; quizá era por el obvio detalle extra de que el señor Usami era de buen parecer.—Supongamos que le creo. — Bebió de la taza de porcelana, parte de una vajilla que guardaba para ocasiones especiales; y esta ocasión le pareció la indicada, tanto que preparó un café cuidando de que su sabor no fuese tan amargo, al señor Usami no parecían gustarle lo dulce y no quería que quedará tan insípido tampoco. — Si le creo, ¿qué pasará?
— Bueno, eso solo lo sabremos si me cree, ¿no? Empecemos por ahí. —El guapo hombre de nombre Akihiko llevó una de sus piernas encima de la otra y cruzó los dedos de sus manos poniéndolas sobre su rodilla. — Cuénteme, ¿qué le hace dudar cuando le he confesado algo, que no hay forma de que otra alma sepa?
— Eso mismo es lo que me hace dudar.
— Muy bien, ya que hemos llegado a este punto, permítame mostrarle algunas cosas. —De los bolsillos de su saco retiró un papel y lo extendió al chico.
Tan formal. Akihiko era muy formal, muy guapo, muy correcto, muy todo, muy no sé qué.
Misaki miró el papel detenidamente. Solo cuando lo tomó en sus manos se enteró de que no era un simple papel, sino un sobre con una carta dentro. Uno muy bien cuidado, seguro que se habría desintegrado de no haber sido resguardado.— ¿Acaso le causa temor, Takahashi?—Usami dejó su postura para beber el último sorbo de su café.
— No, me causa sospecha, ¿por qué ha tomado la misión de buscarme?
— Porque usted es el chico de mis sueños, literalmente. Y ahora sé que es realidad. Lea la carta, por favor.
No tuvo otra opción más que abrirla, deslizando sus dedos por los bordes desgastados.
Usami lo observó con esperanza de que recordara algo; al voltear una vez terminó de leerla, seguía con una mirada confundida.— ¿Esto es?
— Es la prueba que pedía.
Ante la atenta mirada del hombre Misaki se hallaba dubitativo; esperó mucho para ese momento, ¿por qué dudaba? Si en sus sueños a su lado se sentía feliz... Algo no andaba bien.
— Iré con usted.
Y así, contrario a ese sentimiento que golpeaba contra su pecho, Misaki subió al auto de ese señor al día siguiente, con sus manos bien sujetas a sus maletas; despidiéndose de su casa, la cual no vería en unas semanas.
Escribió una carta a su buen amigo Todō para que no se preocupara y adjuntó lo que sería la dirección de los Usami. No tuvo ni tiempo de pedirle un consejo... Bueno, seguro que él terminaba yendo de todas maneras. Era su oportunidad de descubrirlo todo.En el momento en que llegó, Misaki sintió un leve tirón en la puerta principal. Lo ignoró, Akihiko le dijo que eran sus nervios y decidió creerle, ¿qué otra cosa sería?
Le fue permitido explorar el lugar. Le llevó una semana reunir las ganas de investigar toda la casa, incluído el colorido jardín.
No pudo evitarlo, el jardín extenso fue lo que más llamó su atención al llegar, pero sus pies daban la vuelta cada día que trataba de entrar un poco más; lo recorrió, acercando su rostro a las flores para admirar la diminuta vida que se escondía entre los pétalos. Esa zona en específico, junto a su habitación en el segundo piso tenían ambientes completamente diferentes al resto del terreno y casa. Su habitación lo relajaba, lo percibía como un refugio; en cambio, el jardín lo agobiaba, no debería pasar estando cerca de cosas tan bonitas como el pasto y las flores.Un mareo se presentó, de pronto creyó verse arrodillado con marcas en sus muñecas y brazos. Llorando y sangrando. Se estaba agitando.
— ¿Ocupado? — Oyó la voz de Akihiko sacándolo del trance.
— Allí. — Apuntó a un espacio donde la tierra parecía estar muerta.
— ¿Qué pasa?
— Había... Había. — Balbuceaba y acortaba las palabras como si fuesen toda la oración.
— ¿Había qué? — El hombre con el sombrero que no parecía quitarse nunca se aproximó al lugar y lo pisoteó. — No hay nada aquí, ¿otra vez? Ya es la décima.
— No... No era nada. — Misaki se avergonzó de sí mismo. — Estoy cansado, iré a tomar una siesta.
— Joven Takahashi... ¿Todo bien?
— Todo está bien, con permiso.
Nadie más que Todō logró entenderlo. Ahuyentaría a aquel hombre si continuaba portándose como un loco.
Volvió a lo que era su recámara en esos días y se dejó caer en la comodidad de su cama temporal; para posteriormente, dejarse llevar por el sueño.— Hey, ¿por qué lloras?
— No estoy llorando. — Entre sollozos, se envolvió con los brazos del más alto.
— Mírame. — Al cruzar sus ojos esmeralda con aquellos amatista, se relajó instantáneamente. — No puedo decírtelo.
— ¿Por qué no? — Sus labios se abultaron cuando Akihiko negó con su cabeza. — Dímelo, por favor. No me has dicho nada, no has querido hablarme, solo veo esas imágenes una y otra vez, ¿cómo crees que me hace sentir?
— Perdona, no puedo... Quiero que prestes atención.
— Lo hago.
— Y quiero que te vayas, Misaki. Que te vayas lejos. Pero él no me deja decirte el porqué.
Lo último que recordó de ese sueño, fue todo su alrededor arder en llamas. Sin gritos, solo el calor extremo quemándole.
Esos ojos eran la respuesta a todo, él necesitaba ver esos ojos en persona para sentirse en paz y comprobar que era lo correcto; enredar sus dedos en su cabello plateado y que le sonriera. Y Akihiko nunca se había quitado ese sombrero que cubría su cabeza y parte de su rostro frente a él.❣FIN DEL ACTO 9❣
N/A: Tardé mucho, espero que no me hayan olvidado jajssdgk. NennyCx ¿Usted me olvidó?
Estaré actualizando mejor, no le quedan muchos capítulos, ¿alguien tiene teorías acerca de lo que pueda pasar o lo que significa?Espero que estén bien todos, que aprovechen su tiempo y que no se descuiden mucho en estos tiempos difíciles. Gracias por continuar leyéndome hasta ahora. ♥
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Desde La Oscuridad (Junjō Romantica)
FanfictionMisaki siempre le temió a aquella casa que podía ver fácilmente desde su ventana. "¿Qué clase de secretos se ocultan dentro?", se preguntaba.